Todo estaba planificado para la mañana del 11 de septiembre de 1973. Ese día, sería la inauguración oficial de la exposición “Por la vida siempre”, una serie de 18 afiches que desde finales de agosto, colgaban en el frontis de la casa central de la Universidad Técnica del Estado (UTE).
Al evento iban asistir dos figuras de gran relevancia. Por un lado, el cantautor y miembro del área de extensión artística de la UTE, Víctor Jara; y por otro, el Presidente de la República, Salvador Allende, que ese día llamaría a un plebiscito para dar una salida democrática a la compleja situación del país.
Ahora, cuando ya han pasado 50 años, la Universidad de Santiago (USACH), actual nombre de la Universidad Técnica, volverá a exponer los afiches de “Por la vida siempre” y prepara una inauguración que contará con la presencia del Presidente Gabriel Boric. Círculo completo.
A pocos días del evento, que se realizará el próximo 23 de agosto, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con el profesor y diseñador Mario Navarro, quien fue parte del equipo original del proyecto y actualmente está encargado de su relanzamiento.
Navarro asegura que la exposición, al igual que el plebiscito que iba a proponer Allende, surgió como una respuesta al clima político que se vivía en el Chile de 1973. Luego de una reunión con los rectores de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, quienes temían la posibilidad de una guerra civil, el rector de la UTE, Enrique Kirberg, propuso lo que él denominó “las jornadas antifascistas”.
Justamente, en el marco de esos encuentros, surgió una exposición a cargo del Taller Gráfico y el Taller de Vía Pública de la UTE, que de acuerdo a Navarro era “de carácter político-didáctico”.
“Para esos efectos, le solicité a Carlos Orellana, que era el jefe de la editorial de la universidad, que desarrollara un texto con ideas cortas. Vale decir, ideas de tres, cuatro, seis líneas, con puntos aparte, que pudieran incorporarse al diseño de varios afiches. Finalmente, esto llegó a un set de 18 afiches, cada uno con su número respectivo”.
Los afiches, dice Mario Navarro, también estaban ordenados por color. Iban del amarillo, pasando por el rojo magenta, hasta el verde; y tenían unas modestas dimensiones, de 55 por 38,5 centímetros.
“¿Y qué es lo que hicimos con los 18 afiches? Se ampliaron a un formato de tres metros 80 de alto por dos metros 65 de ancho, pintados a mano y la tipografía también resuelta a mano por el equipo de diseñadores gráficos del Taller de Vía Pública de la universidad y esa exposición se montó en el frontis de la Universidad Técnica”.
Sumado a ello, cientos de sets con los afiches de 55 por 38 se enviaron por correo a las distintas regiones de Chile, pues la idea era que la exposición se presentará de manera simultánea en otros lugares.
“La numeración permitía que en cualquier lugar del país pudiera montarse la exposición en forma muy simple”, afirma Navarro.
Al igual que muchas otras cosas, “Por la vida siempre”, se vio truncada con el golpe de Estado. Navarro relata que él y otros funcionarios de la UTE vieron el bombardeo a La Moneda desde la universidad y que pocas horas después, la violencia se trasladó a la misma casa de estudios.
“La universidad fue rodeada el día 11, a partir de las 4 o 5 tarde, por lo tanto el que quería salir no podía hacerlo y quedamos refugiados dentro de la universidad. Luego, vino el día 12 y a las 6 más menos, la Universidad Técnica es atacada con artillería pesada y eso significó la destrucción parcial de la casa central y obviamente de la exposición “Por la vida siempre”.
Después, todos fueron detenidos.
“Fue detenido el rector Kirberg, el presidente de la Federación de Estudiantes, los estudiantes, los profesores, los funcionarios que nos habíamos quedado en la universidad; y de ahí al Estadio Chile, después al Estadio Nacional, el rector Kirkberg a distintas partes y finalmente a Dawson. Lo mismo los estudiantes y profesores, algunos a Chacabuco, otros a las cárceles, etcétera. Son 50 años que han pasado pero eso es duro para nosotros todavía”.
En 2009, muchos años después de ese 11 de septiembre, Mario Navarro recibió una llamada del artista visual y académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, Mauricio Vico. Él estaba haciendo una investigación sobre afiches y había encontrado un material proveniente de la UTE que no lograba comprender.
“Él no entendía de qué se trataba, qué había sido esto. Y bueno, le explique que eso que había encontrado era un set, el único set de 18 afiches que se mandaron a regiones, que se ha encontrado hasta el momento. Vico lo encontró y él con mucha generosidad me dio la información para contactarme con la persona que tenía en su poder el material”.
Así, Mario Navarro llegó al diseñador Guido Olivares.
“Él es hijo del director provincial y dirigente de la CUT de San Fernando, quien recibió, en el año 73, a fines de agosto, este set de afiches para montarlo en su escuela. Cuando vino el golpe él los escondió en el entre techo y eso permitió que nos reencontráramos con el material el año 2011”.
Luego de recobrar los afiches, un grupo de diseñadores que trabajaron en la exposición original volvieron a montarla en el Museo de la Memoria, bajo la curatoría de Mario Navarro Carvacho.
“Mi hijo es un artista visual muy importante. Él oficiaba de curador en el Museo de la Memoria y es quien ideó que remontáramos la exposición”, explica.
Desde el 2011 hasta ahora, “Por la vida siempre” se ha presentado en el Museo de Bellas Artes, en el Museo de Arte Contemporáneo de Cerrillos, en Iquique, en Los Vilos e incluso fuera de nuestro país, en Canadá y Costa Rica. Sin embargo, esta muestra en el frontis de la USACH es especial para Mario Navarro y los antiguos funcionarios de la UTE: “Estamos cerrando un ciclo, de verdad”.
“Nos destruyeron nuestros proyectos, nos destruyeron la reforma, nos destruyeron el país con la dictadura, con el golpe, pero en los próximos días vamos a tener a la vista la exposición y esperamos que vayan todos, que asistan todos, que vean lo que fue destruido un día 11. La verdad, es que la potencia de las imágenes y la palabra, definitivamente es más fuerte que la de las armas”.