"50 años, 50 historias": un libro sobre los niños y niñas que crecieron en dictadura

Además de contener testimonios de exilio y pérdida, el texto también pone de relieve momentos de resiliencia y alegría. "Tiene una multitud de emociones, la diversidad de emociones de un ser humano", aseguró el periodista y coautor, Manuel Délano.

Además de contener testimonios de exilio y pérdida, el texto también pone de relieve momentos de resiliencia y alegría. "Tiene una multitud de emociones, la diversidad de emociones de un ser humano", aseguró el periodista y coautor, Manuel Délano.

“50 años, 50 historias: L@s niñ@s y adolescentes de la dictadura”, ese el título del libro de los periodistas Manuel Délano, Fabiana Rodriguez-Pastene y Karen Trajtemberg, en el que figuras tanto de la vida pública como más desconocidas, cuentan sus historias de exilio, pérdida y también de lucha social.

Los autores trabajaron más de un año recopilando testimonios, escribiendo y editando, convencidos, de que había una deuda pendiente con esos adultos que aunque muchas veces no se ven así mismos como víctimas, fueron vulnerados durante su infancia.

“Nosotros hicimos una investigación al respecto y nos dimos cuenta que los niños, niñas y adolescentes que no habían sido detenidos desaparecidos o ejecutados políticos, no aparecían en ninguna parte y no había tampoco ningún ni siquiera reconocimiento simbólico, respecto de su condición de víctimas”, contó en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la coautora Karen Trajtemberg.

“Después, se juntaron varias cosas, entre ellas que los tres somos docentes, que los tres somos padres, madres y por lo tanto nos dimos cuenta de que era un grupo súper importante, que había sufrido junto a sus padres, junto a sus hermanos y que merecían ser reconocidos en estos 50 años”, complementó.

Respecto a los motivos que explican esta invisibilización, el coautor, Manuel Délano aseguró que se debe, entre otras cosas, a lo adultocéntrica que es nuestra sociedad.

“El típico: ‘Callate niño, están hablando los grandes’. Son ignorados, son invisibilizados en general y en estos temas con mayor razón aún. Ante la justicia aparecen solamente como testigos y no se considera la herida que quedó en el corazón de ellos cuando se llevaron a un papá, o cuando vieron volver a su papá, mamá o hermano después de sufrir torturas. Son daños que persisten hasta hoy, aunque la gran mayoría de ellos no se siente víctima”.

De acuerdo a los autores, su idea siempre fue incluir varios enfoques. Contar las historias de hombres y mujeres, de personas de las grandes urbes y también de sectores rurales, de distintas militancias, de los denominados “casos emblemáticos” y otros menos conocidos.

“También, las distintas formas de dolor. Al que se le desapareció el hermano, el que vivió en la clandestinidad, el que vivió en el exilio, al que se le separó la familia y el destierro de ellos. Porque ojo, el destierro de los padres no es el mismo destierro de los niños. Para ellos, el destierro es cuando tienen que volver a un país que no conocen, que sus padres anhelaban y dejar el país donde ellos tenían amigos. Entonces, es un libro de infancia, esa es la principal premisa”, indicó la coautora, Fabiana Rodríguez-Pastene.

En todo caso, en ese mar de testimonios, los periodistas no encontraron sólo dolor, sino también resiliencia, a veces de parte de niños y niñas muy pequeños.

“Hay una multitud de emociones, no todo el libro es dolor, hay también alegría. En el libro hay rosas que crecen en lugares que uno jamás imaginaría que podría crecer una cosa bonita y sin embargo surge. El libro tiene una multitud de emociones, la diversidad de emociones de un ser humano. Es un libro de humanidad”, dijo Manuel Délano.

En esa misma línea, Karen Trajtemberg, destacó los lazos generados entre los mismos testimoniantes y sus familias, que se conocieron en lugares como la Vicaría de la Solidaridad.

“De repente pasaban el día entero en la Vicaría y todas las mamás eran mamás de todos y todas, pero además se daban situaciones como el de Lorena Díaz, una colega periodista que cuenta su historia también, que termina con una abuela adoptiva, que es Ana González de Recabarren”.

“Ella perdió a sus dos hijos, a su nuera embarazada, al marido y de cierta manera ella adopta a Lorena. Lorena tenía a su mamá, pero la mamá estaba buscando al papá y hasta el día en que Ana González muere, Lorena es su nieta. Son situaciones súper potentes y de blancos y negros de repente”, afirmó Trajtemberg.

En otros casos, comentaron los autores, los hijos e hijas de presos políticos, detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, se convirtieron “en la prueba viviente de que la vida le ganó a la muerte y que el amor le ganó a las torturas y las desapariciones. Eso también es algo que se repetía en varias entrevistas, cuando es: ‘Mi mamá ya no está o mi papá ya no está, pero vive en mí y en mis hijos’”, recordó Fabiana Rodríguez-Pastene.

En tanto, consultados respecto a lo que les gustaría lograr con el libro, los autores señalaron en que les gustaría aportar a la memoria y “a que el nunca más deje de ser un eslogan cada vez más trillado y sea de verdad”, dijo Karen Trajtemberg.

A eso, Manuel Délano agregó otra pretensión, que libros como el suyo, sean parte del currículum escolar: “O sea, que la gente llegara, no digo que sabiendo de memoria las historias, pero conociendo más carnalmente lo que ocurrió en ese período y no solo las fechas de la historia”.

Por su parte, Fabiana Rodríguez-Pastene, coincidió en que la idea es ponerle humanidad “a un concepto que está tan manoseado como hablar del golpe y los 50 años”.

“Nos han dicho de que así como uno en el colegio tiene que leer El diario de Ana Frank, qué lindo sería leer testimonios de quienes siendo niños, niñas y adolescentes crecieron en dictadura, que nuestros escolares se pudieran acercar a una realidad histórica, a través de voces que hablan su mismo idioma, que sentían lo que ellos están sintiendo ahora. Los hermana ese proceso que tiene que ver con la infancia, la adolescencia, el pensamiento mágico. Entonces, creo que eso sería muy bonito”, concluyó.





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