La NASA descubre indicios de “componentes básicos de la vida” en asteroide Bennu

La muestra del cuerpo celeste, traída a la Tierra por la sonda OSIRIS-REx, contiene agua y carbono. El exhaustivo análisis de los fragmentos de esta roca espacial podría darnos respuestas acerca del origen de la vida en nuestro propio planeta.

La muestra del cuerpo celeste, traída a la Tierra por la sonda OSIRIS-REx, contiene agua y carbono. El exhaustivo análisis de los fragmentos de esta roca espacial podría darnos respuestas acerca del origen de la vida en nuestro propio planeta.

Una muestra recolectada en el asteroide Bennu, una roca de 500 mts. de ancho que gira en el espacio, contiene abundante agua y carbono, claves para el origen de la vida, según reveló la NASA. El descubrimiento se produce tras un viaje de ida y vuelta de siete años a esta distante roca, como parte de la misión OSIRIS-REx, que dejó su preciosa carga en el desierto de Utah el mes pasado, la que está siendo sometida a un minucioso análisis científico.

“Esta es la mayor muestra obtenida en un asteroide, como nunca antes habíamos logrado que regresara a la Tierra”, dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson, en el Centro Espacial Johnson en Houston, donde se revelaron las primeras imágenes de polvo y guijarros negros, ricos en carbono -según los análisis preliminares por microscopía electrónica de barrido y tomografía computarizada de rayos X- “las que ayudarán a los científicos a investigar los orígenes de la vida en nuestro propio planeta para las generaciones venideras”,  agregó Nelson.

Durante las últimas tres semanas desde que la misión retornara, los científicos han llevado a cabo un análisis rápido para una comprensión inicial del material de Bennu, el tercer asteroide del que se recogen muestras y se logran traer a la Tierra -después de que lo lograran las sondas japonesas Hayabusa 1 y 2, en 2010 y 2020, respectivamente.

En este caso, el carbono se encontraba presente en el polvo negro tanto en forma orgánica como mineral, mientras que el agua estaba encerrada dentro de la estructura cristalina de los minerales arcillosos, dijo Nelson. Una teoría que gana terreno entre los científicos, afirma que los océanos, lagos y ríos de la Tierra se deben a que fue golpeada por asteroides que transportaban agua, unos 4.000 a 4.500 millones de años atrás, lo que, finalmente, la convirtió en un planeta habitable para seres vivos. 

Ello, porque la vida en el planeta se basa en el carbono, que forma enlaces con otros elementos para producir proteínas y enzimas, así como los componentes básicos del ADN y ARN. Se cree que Bennu se formó a partir de pedazos de un asteroide más grande en el cinturón de asteroides, luego de una colisión masiva, hace 1.000 a 2.000 millones de años atrás.

El investigador principal de OSIRIS-REx, Dante Lauretta, quien ha señalado que las moléculas de carbono y agua son “necesarias” para la vida, también ha destacado que a medida que “observamos” los antiguos secretos preservados dentro del polvo y las rocas del asteroide Bennu, “estamos desbloqueando” una cápsula del tiempo que “nos ofrece conocimientos profundos” sobre los orígenes de nuestro sistema solar.

Según la agencia espacial, aunque se necesita más trabajo para comprender la naturaleza de los compuestos de carbono encontrados, el descubrimiento inicial es un buen indicio para futuros análisis de la muestra de asteroide. Los estudios que se llevarán a cabo en las próximas décadas ofrecerán información sobre cómo se formó nuestro sistema solar, cómo se pudieron sembrar en la Tierra los materiales precursores de la vida y qué precauciones deben tomarse para evitar colisiones de cuerpos celestes contra el planeta. Es por ello que Bill Nelson afirma que “misiones como Osiris-Rex mejorarán nuestro conocimiento de los asteroides que podrían amenazar a la Tierra, al mismo tiempo que nos dan una mirada a lo que pueda haber más allá”, señala.

Bennu es uno los cuerpos celestes vigilados de cerca por la NASA, pues su perihelio (el punto más cercano al Sol), queda en el interior de la órbita terrestre. Aunque las posibilidades de que se estrelle contra la Tierra son muy bajas, Bennu continúa siendo uno de los dos asteroides conocidos más peligrosos de nuestro sistema solar, junto con otro asteroide llamado 1950 DA. Según un estudio NASA, que calculó hace años la trayectoria del asteroide con un extraordinario nivel de exactitud, el momento de máximo riesgo de impacto, aunque sólo con un 0,037% de probabilidad, ocurrirá el 24 de septiembre de 2182.

En palabras de la científica Kelly Fast, responsable del Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra, ”la misión de Defensa Planetaria de la NASA es encontrar y monitorear asteroides y cometas que pueden acercarse a la Tierra y puedan representar un peligro para nuestro planeta”. En relación con Bennu, la especialista explicó que “realizamos estudios astronómicos continuos que recopilan datos para descubrir objetos previamente desconocidos y refinar nuestros modelos orbitales”. En tal sentido, la misión OSIRIS-REx ha brindado una oportunidad extraordinaria para afinar y probar estos modelos, ayudando a una mejor predicción para ir sabiendo con mucha anticipación dónde estará Bennu cuando se acerque a la Tierra dentro de más de un siglo.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X