El balance de víctimas mortales a causa del terremoto de magnitud 7,6 registrado el 1 de enero en el oeste de Japón ascendió a 126 y 211 personas continúan desaparecidas, según confirmaron este sábado autoridades locales recogidas por la agencia Kiodo, en lo que ya se trata del primer sismo que cuesta la vida a más de un centenar de personas desde el ocurrido en Kumamoto en abril de 2016, que provocó la muerte de 276 personas.
Según la prefectura de Ishikawa, la más afectada por el sismo, hasta las 17.00 de este sábado han sido confirmados 69 muertos en la ciudad de Wajima, 38 en la ciudad de Suzu, nueve personas en la ciudad de Anamizu, cinco en la ciudad de Nanao, dos fallecidos en Noto al igual que en Shika y una en Hakui.
Una de las pocas buenas noticias de las últimas horas fue el rescate de una mujer de unos 90 años de edad de entre los escombros de una casa destruida en la localidad de Suzu, en lo que se trata del primer salvamento de las últimas 24 horas. La mujer, hallada inconsciente, fue posteriormente estabilizada.
A cuatro días después del sismo todavía hay 14 localidades de la prefectura, entre ellas periféricas como Wajima, aisladas, mientras cerca de 30 mil evacuados de la prefectura seguían aguardando el retorno a sus hogares.
Mientras tanto, la policía japonesa incrementó el número de efectivos dedicados a la respuesta de emergencia, de 700 a mil 100, y el gobierno japonés duplicó el número de militares desplegados a las zonas afectadas, hasta los 5 mil participantes, informa la agencia oficial de noticias japonesa Kiodo.
El sismo desencadenó una inusual alerta de tsunami importante, aunque en la mañana del martes todos los avisos habían sido levantados, y se vio replicado por cientos de nuevos temblores.
La última de las réplicas, según Kiodo, fue un terremoto de magnitud 5,3 registrado este sábado por la mañana.