La vocera de Gobierno, Camila Vallejo, habló sobre las críticas de sectores el oficialismo y de organizaciones de derehos humanos al Presidente Gabriel Boric por sus declaraciones durante el funeral de Estado de Sebastián Piñera. Desde Viña del Mar, en medio del operativo gubernamental por los incendios forestales en Valparaíso, Vallejo reconocío las críticas, pero enfatiza que es ampliamente conocido que el Presidente Boric nunca ha negado ni desconocido las violaciones a los Derechos Humanos durante el estallido social en Chile, según lo indicado en los informes oficiales.

“De hecho, lo ha manifestado públicamente en distintas oportunidades, de lo importante que arroja como información y dato para poder hacernos cargo como Estado de que estas cosas no se vuelvan a repetir y que haya reparación a las víctimas”, indicó Vallejo.

En la misma línea, la vocera de Gobierno señaló que el Jefe de Estado ha enfatizado en que hay que mantener la calma, trabajar unidos y enfrentar las emergencias y necesidades ciudadanas prioritarias, como mejorar las pensiones, la seguridad, la salud y la educación.

“Lo que realmente necesitamos es unidad y consenso en estos momentos. A veces, en situaciones de crisis, se pueden malinterpretar o exagerar las palabras o los discursos. Pero el Presidente nunca ha negado ni desconocido lo que ocurrió en Chile en términos de violaciones a los Derechos Humanos durante el estallido social. Reconoce la importancia del papel de la Justicia en este asunto. Al mismo tiempo, hace un llamado a la unidad más allá de las diferencias políticas y las acusaciones cruzadas, porque el país necesita trabajar unido, especialmente en estos momentos”, concluyó.

Las palabras del Mandatario habían causado una serie de reacciones en el sector más de izquierda del progresismo y en el mundo de los derechos humanos. La diputada Lorena Pizarro había señalado que “yo no comparto para nada lo señalado por el Presidente Gabriel Boric, me parece muy grave, es una forma de negacionismo“. Con estas palabras, se desmarcó de la autocrítica realizada en el funeral de Estado de Sebastián Piñera apuntando a querellas y recriminaciones “más allá de lo justo y razonable”.

En esa línea, indicó que dicha acción derivó en “torturas, asesinatos, detenciones políticas con juicios que después de dos años terminaron con un número muy importante de esos detenidos en libertad, absolutamente absueltos y finalmente con víctimas mutiladas oculares”.

Misma posición expresaron dirigentes del Partido Comunista, el Frente Amplio y algunos socialistas como el diputado Jaime Naranjo, quienes defendieron la actitud adoptada por la entonces oposición frente a las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Chile.