Alfredo Castro estrena nueva obra “Limpia”: “Es bastante crítica al mundo burgués”

La adaptación teatral de la novela de Alia Trabucco se estrenará este 3 de abril en el Teatro Nacional Chileno con las actuaciones de Paola Giannini, Taira Court y Álvaro Espinoza. Las entradas ya están disponibles en Ticketplus.cl.

La adaptación teatral de la novela de Alia Trabucco se estrenará este 3 de abril en el Teatro Nacional Chileno con las actuaciones de Paola Giannini, Taira Court y Álvaro Espinoza. Las entradas ya están disponibles en Ticketplus.cl.

El reconocido actor y director Alfredo Castro, quien se ha destacado tanto en teatro, televisión y premiadas películas nacionales, está a pocos días de estrenar “Limpia”, obra de teatro dirigida por él, que se basa en el libro homónimo de la escritora Alia Trabucco Zeran.

Luego de la muerte de la niña a quien cuidaba en la casa de una familia de clase alta, Estela, la empleada doméstica es interrogada al interior de una cámara Gesell, sala espejada donde se realizan interrogatorios judiciales y/o psiquiátricos. A través de la voz de Estela se da a conocer esta historia que engloba desarraigo, explotación, sincero cariño y humor.

La adaptación de la segunda novela de la premiada escritora nacional Alia Trabucco Zerán, llegará al Teatro Nacional Chileno, entre el 3 y 27 de abril, con una puesta en escena de Alfredo Castro, y un elenco conformado por Paola Giannini, Taira Court, Álvaro Espinoza, Teresita Ríos, Djure Gasic y Benjamín Muñoz.

“Tengo un aprendizaje de varios años con estas adaptaciones y versiones de novelas, he trabajado con textos de Carlos Droguett, Premio Nacional de Literatura chileno; Diamela Eltit también, que ha sido mi maestra en esto, y a Alia la conozco hace mucho tiempo, desde que tuvimos un encuentro en la Universidad de Cambridge en un simposio que se hizo organizado por Diamela Eltit”, contó Alfredo Castro a Radio y Diario Universidad de Chile.

“Me encanta cómo ella escribe, cuál es su mundo, su universo, y en cuanto salió esta novela, me la compré, la llevé a la playa y la leí, y en la mitad, que es un monólogo del padre, quedé tan impactado y emocionado que la llamé y le dije, ‘por favor, dame los derechos de esta novela’”, recordó el intérprete.

Con respecto a este proceso de adaptación de la novela a obra teatral, explicó que “lo que hago es seleccionar lo que a mí me parece que es más teatral, que se acomoda más a un diálogo, a una estructura narrativa teatral. Yo no cambio palabras de los autores y autoras, me parece que es una falta de respeto, porque, ya estos textos de Diamela, de Droguett y de Alia, son textos que ya vienen con una estructura narrativa que es muy teatral. Hicimos una primera versión yo con Víctor Valenzuela que es mi asistente, y con Paola Giannini que es la actriz protagonista, y después se integró todo el elenco, y fuimos trabajando otras versiones varias del texto final de la puesta en escena. Pero sí tengo que aclararte que es una versión y adaptación basada en la novela de Alia Trabucco, esta no es la novela llevada al teatro, porque la gente se confunde”.

– El que esté contado desde ese punto de vista de Estela, ¿es una especie de reivindicación de las voces que históricamente han sido silenciadas?

Es una novela bastante crítica al mundo burgués, a la elite santiaguina, a ciertos sectores de la sociedad, y también es una mirada a un mundo que está desapareciendo en Chile. Antaño, digamos, los años 40, 50, 60, 70, 80 incluso, el fenómeno sociológico ‘nana’ era fundamental porque eran familias con muchos hijos, a veces con madres trabajadoras, por lo tanto, había que cuidar a esos niños, y se usaba mucho como fuente de trabajo.

Eran chicas que venían de provincia a ganar dinero, probar suerte en Santiago, era toda una manifestación sociológica del fenómeno de las nanas, y eso conllevaba a una explotación muy grande porque no se les pagaban beneficios sociales, imposiciones, médicos, nada, a ellas se les pagaba casi en negro la mayoría de las veces, y después terminaban viejas, segregadas, volviendo al campo sin derecho a nada.

Eso ha sido suplantado por la mujer migrante ahora en Chile. El concepto ‘nana’ está asociado a gente con mucho dinero, que puede pagar sueldos muy altos, merecidos, pero que no todo el mundo los puede pagar, por lo tanto, ese nicho lo están tomando ahora mujeres migrantes, peruanas, ecuatorianas, venezolanas, haitianas, que siguen las labores por mucha menos plata, y sigue la explotación y no hay ninguna defensa de ellas, porque generalmente están sin papeles.

Pero la mirada de la Alia es desde la nana, que es muy apasionante, porque Estela tiene una relación física, metabólica con el campo, con Chiloé, y la vemos transitar desde que no reconoce este barrio, donde no hay gente en las calles, no hay micros, y ella siempre va haciendo un paralelo con su isla, con su pueblo, con su gente, con ese colectivo, que en Santiago se vuelve una cosa muy solitaria.

– ¿Las apuestas dramáticas actuales están representando este mundo de la explotación laboral, o de las clases más populares?

Yo no veo televisión hace muchos años, tampoco me gusta hablar ni bien ni mal de mis compañeros y colegas, porque sé lo difícil que es hacer esto, sé lo difícil que están las cosas para los actores y las actrices, directores, directoras, técnicos, está todo muy complicado. Pero, nosotros con Vicente Sabatini y todo ese elenco maravilloso, en los años 90 hicimos unas teleseries que tocaban temas súper radicales. Puertas Adentro, una teleserie sobre una nana interpretada por Claudia di Girolamo, donde había una pareja gay, de dos hombres viejos, que era Lucho Alarcón y Pepe Soza; en El circo de las Montini se trataba el tema del VIH. Esas teleseries fueron súper vanguardistas, porque tocaron temas que, bajo mi humilde opinión, se han dejado de tomar. Es como si en Chile no existieran clases sociales, es como si fuéramos una clase media pareja: gente muy rica y gente muy flaite.

– ¿Se cumple un rol social abordando estas temáticas en las producciones dramáticas?

Cumplían el rol que debe cumplir la televisión pública, y TVN es una televisión pública que dejó de cumplir su mandato hace muchos años. Con esas teleseries, esa creatividad, esos equipos, se cumplía a cabalidad lo que era la televisión pública. En Pampa ilusión se tocaba el tema de los migrantes muy fuerte, la explotación, la liberación femenina.

La gente todavía las ve, yo ando en la calle, en metro, en bus y los jóvenes las ven en YouTube, en plataformas diversas, y le hablan a uno de lo linda que eran esas teleseries, lo emocionante que era ver esos mundos, el humor que había también.

Durante los últimos días, se ha puesto en la mesa el debate en torno al abandono que la cultura alega por parte del Estado, y de las expectativas que tenían de la gestión del actual Gobierno. En este sentido, ¿qué propuestas se tienen desde el mundo de las artes para realizar una gestión que sí garantice derechos laborales para los trabajadores de la cultura?

Creo que ellos lo saben y ellos lo tienen, ha habido varias mesas en las cuales se le ha planteado al Gobierno, y yo estimo que este es un problema del Estado de Chile, más que del Gobierno de turno, que ha sido muy ingrato con sus creadores. Lo que está sucediendo ahora es gravísimo, de verdad que el nivel de cesantía en nuestra área es enorme, y sigue trabajándose con el sistema de fondos, que son muy engorrosos, muy poco democráticos y que habría que cambiar y el Gobierno sabe.

Ha sido un Gobierno asediado por la derecha, que no quiere hacer ni un cambio, de ninguna especie, en ningún ámbito, de nada, y su único afán es que este Gobierno fracase, y lo que está fracasando es el país, estamos fracasando los actores, las actrices, los técnicos, el cine.

Imagínate esta representación en los Oscar con tres películas: Los Colonos, La Memoria Infinita y El Conde, y el Gobierno no se pone, no da fondos, apoya muy magramente, y uno sabe que para ir a un Oscar se requiere un apoyo monetario y de redes sociales fuertísimo de un Gobierno, y no hay.

Es una ingratitud, un no entender lo que está pasando, porque es dramático. Hay un solo canal haciendo teleseries, la única entrada que un actor tenía eran las teleseries, y no hay más. Y ahí tú ves a los actores y actrices vendiendo los autos, vendiendo quesos, haciendo pymes, que está bien, pero yo creo que es un maltrato muy grande de parte del Estado de Chile a sus actrices, actores, a los trabajadores de la cultura, y a todo el ámbito de la cultura, también pintores, poetas, escritores, estamos todos en el desamparo más absoluto.

A los medios no les interesa para nada la cultura, lo único que les interesa es la farándula. Me han llamado todo el día para saber qué opino yo de que TVN venda los libretos de unas teleseries a Mega. Yo no tengo opinión sobre eso, no me corresponde a mí hablar sobre que un canal público venda un producto que fue un éxito increíble, con el cual ganó millones de millones de pesos.

Tú vez en Buenos Aires, en España, que un actor gana un premio, un escritor publica un libro, se abre una exposición de pintura, primera página, cuatro páginas adentro. Tú acá te ganas un premio, eres mencionado en algo, un párrafo si quiera, con suerte entremedio en la última página, antes de la hípica o de los autos.

Hay una sensación de abandono también por parte de los medios, y creo que somos un sector social muy desprotegido. Francamente aquí lo que ha faltado es sensibilidad del mundo político, del Estado de Chile, para entender que el arte es un aliado del Estado. Yo entiendo mi trabajo como un trabajo social, dedicado a la población para aportar a la sensibilidad de las personas, a la comprensión de lectura, a la comprensión de la humanidad.

Limpia se estrenará este 3 de abril en el Teatro Nacional Chileno con las actuaciones de Paola Giannini, Taira Court y Álvaro Espinoza. Las entradas ya están disponibles en Ticketplus.cl.

 

Imagen de portada: Fundación Teatro a Mil




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