“Ya no hay política sin AfD”, dijo Tino Chrupalla, copresidente de este partido antiinmigración, conocido por sus posiciones favorables a Rusia.
La Alianza por Alemania fue el partido más votado en las elecciones del parlamento de Turingia (32,8%); es la primera vez desde el nazismo que un partido de extrema derecha gana la mayoría en un parlamento de un estado alemán y ello de la mano de su candidato principal, el muy radical Björn Höcke, al que se le han atribuido fuertes contactos con grupos directamente neonazis.
Es muy difícil en todo caso que pueda gobernar porque no le alcanzan los votos para gobernar solos y todos los demás partidos han dicho que no harán coaliciones con la Alianza.
Con un tercio de los votos, que le dan 32 de las 88 bancadas en el parlamento, el partido de extrema derecha tendrá el poder de bloquear, muchísimas de las resoluciones del parlamento en Turingia. Por ejemplo, le permitiría entre otros evitar el nombramiento de jueces. En 1932 esta región fue la primera en llevar a los nazis al poder.
En Sajonia, la Democracia Cristiana (CDU) se convirtió en la mayor fuerza política de la región (31,9%), pero sólo apenas un punto por delante de la Alianza por Alemania (30,6%), que queda en una situación idéntica a en Turingia, no podrá gobernar, pero si bloquear las decisiones del parlamento. La extrema derecha alemana ha logrado llegar a su primer escalón en la escalera del poder.
Los resultados en estas regiones, donde la extrema derecha se ha arraigado en los últimos diez años, constituyen un nuevo revés para los tres partidos de la coalición gobernante en Alemania (socialdemócratas, verdes y liberales), antes de las elecciones legislativas de septiembre de 2025.
En las europeas de junio, ya fueron duramente golpeados por la oposición conservadora y la extrema derecha.
En Turingia, el partido SPD del jefe del gobierno alemán Olaf Scholz registró su peor resultado en una elección regional, con 6,1% de los votos. Y en Sajonia obtuvo un 7,3%, menos que hace cinco años.
El resultado refleja el descontento de una parte de la opinión pública con el gobierno actual a causa de la inflación o las medidas para implementar la transición ecológica.
Las continuas disputas dentro del gobierno tripartito también han alimentado su impopularidad.
Las elecciones también se vieron afectadas por el impacto del apuñalamiento que mató a tres personas en agosto en Solingen (oeste).
El presunto autor, un refugiado sirio de 26 años, debería haber sido deportado, lo que ha reavivado el debate sobre la inmigración.