El Botiquín ideal para el verano

Las vacaciones en el campo, la playa o en otros destinos pueden verse empañadas por algunos problemas leves de salud. Las molestias gastrointestinales, contusiones, quemaduras, alergias, picaduras de insectos e insolaciones pueden terminar por estropearnos el descanso estival.

Las vacaciones en el campo, la playa o en otros destinos pueden verse empañadas por algunos problemas leves de salud. Las molestias gastrointestinales, contusiones, quemaduras, alergias, picaduras de insectos e insolaciones pueden terminar por estropearnos el descanso estival.

El Dr. Julio Cárdenas asegura que lo mejor es la prevención de accidentes domésticos y que siempre es recomendable la consulta con el especialista si el problema se agrava.

Las vacaciones en el campo, la playa o en otros destinos pueden verse empañadas por algunos problemas leves de salud. Las molestias gastrointestinales, contusiones, quemaduras, alergias, picaduras de insectos e insolaciones pueden terminar por estropearnos el descanso estival.

El Dr. Julio Cárdenas, médico internista del Hospital Clínico Universidad de Chile comenta: “Un buen botiquín debe tener cosas básicas que se pueden tener con poco dinero: gasa y algodón en cantidad suficiente de acuerdo al número de integrantes del grupo familiar, povidona, alcohol con uso restringido porque es muy irritante, el agua oxigenada ya no se usa porque provoca quemaduras en las heridas, tijeras, vendas adhesivas”. Asimismo indica “medicamentos como analgésicos, aspirina para adultos que no tengan contraindicaciones, nunca en niños, antiinflamatorios como ibuprofeno y antiespasmódico en gotas para problemas estomacales. El uso de los medicamentos siempre como primer auxilio: no porque haya andado bien una vez, significa que a todos les va a ser bien, los pacientes tienen reacciones distintas. No hay que abusar de las dosis de medicamentos, porque finalmente puede enmascarar un trastorno mayor o más  grave”.

Con los altos índices de radiación que hoy tenemos en el país es imprescindible contar con protector solar. También es fundamental hidratar la piel y consumir suficiente líquido. Es recomendable igualmente llevar anti estaminicos para tratar las reacciones alérgicas a plantas, insectos y pomadas para picaduras de mosquitos y medusas porque pueden llegar a ser muy dolorosas y molestas.

El médico indica la necesidad de tener siempre a mano un termómetro “Durante el verano, con el cambio de temperaturas, pueden surgir estados febriles y resfríos. Un buen botiquín debe contener un termómetro para controlar la temperatura corporal” afirma.

En el caso de los niños que suelen agitarse más durante sus vacaciones es importante estar atentos frente a un golpe en la cabeza. “En términos generales hay que observarlos, fijarse si hay compromiso neurológico, por ejemplo, si luego del golpe tiene una reacción distinta a la habitual, si al preguntarle contesta otra cosa, mirar las pupilas por si tiene una más grande que otra, pero siempre llevarlos con un especialista”.

Entre los problemas más habituales durante el verano se encuentran los trastornos gastrointestinales, diarreas y estreñimiento. Estas complicaciones están ocasionadas por el descuido de nuestros hábitos de alimentación  y por la ingesta de comidas, a veces en mal estado debido al calor, y de agua que no siempre está potabilizada o a la que nuestro organismo no está acostumbrado.

Para hacer frente a la diarrea, conviene tener siempre a mano un antidiarreico y algún suero de rehidratación oral.

Vacaciones en el extranjero

Un porcentaje considerable de las personas que realizan viajes de corta duración  a zonas tropicales o subtropicales padecen algún trastorno.

A los problemas habituales de cambios de hábitos deben añadirse las condiciones de higiene del país de destino, que no siempre son los más óptimos, las dificultades para acceder a los servicios sanitarios o el alcance de la red farmacéutica.

Existe la posibilidad de que el medicamento que estamos acostumbrados a tomar para tratar los dolores o la fiebre, por ejemplo, no esté disponible o se comercialice con otro nombre, por lo que es aconsejable conocer el principio activo, por ejemplo la aspirina es el nombre comercial del ácido acetilsalicílico.





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