La Cumbre de los Pueblos, actividad alternativa al encuentro Celac-Unión Europea, tuvo su momento más notorio la tarde de este viernes cuando centenares de personas marcharon desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile hasta la Plaza de Armas.
En un recorrido tranquilo, movimientos políticos, sociales, estudiantiles y ciudadanos, además de organizaciones extranjeras, expresaron una contraparte al encuentro empresarial y político que supone la actividad que comenzó el viernes recibiendo a jefes de Estado y delegaciones de distintos países de América Latina y Europa.
Durante la marcha, el presidente de la FECH, Andrés Fielbaum, expuso sobre el contexto social y político en que se desarrolla la actividad: “Para casi toda América Latina, es impensado creer que hay que pagar por la educación y menos aún pagar la cantidad de plata que hay que pagar en Chile. Es impensado el trato a nuestros pueblos originarios y cómo se les reprime, en vez de buscar soluciones a sus demandas. Es impensado cómo los recursos naturales se siguen privatizando. En el fondo, Chile está a contrapelo de todo lo que se hace, especialmente en América Latina, y esta cumbre nos permite poner eso en evidencia”, dijo.
Por otra parte, Juan Pablo Orrego, dirigente de Ecosistemas, destacó la participación de delegaciones internacionales, pese a las dificultades: “Esta gente está subestimando absolutamente lo que está pasando en relación a los movimientos sociales. Esta Cumbre de los Pueblos lo está demostrando, y eso que la capacidad del resto de compañeros de venir a Chile es limitada. Igual hay una presencia súper importante de gente de afuera que ha venido”, señaló.
En efecto, Ana Campos, del Partido de la Refundación Comunista de Italia, señaló la inquietud de un amplio sector social que busca un modelo de desarrollo alternativo: “Lo que tenemos que hacer es tomar en cuenta que estamos bajo la misma estrategia y que los acuerdos y negociados que están haciendo están en contra de los pueblos, que los gobiernos que están allá no nos representan, que tenemos que pedir un modelo de desarrollo alternativo”, indicó.
Por su parte, Julio Ortellado, de la Central de Trabajadores de Argentina, destacó la organización a nivel latinoamericano para la defensa de los intereses de los trabajadores: “Lo que hay que hacer es crecer en mayor organización y ser capaces de entender que solamente la integración y la capacidad de organización y coordinación en la lucha de nuestros pueblos pueden cambiar estas cosas. Por eso estamos acá y la cumbre tiene que ser clave en eso: no dejar avanzar ninguna cosa que vaya en contra de nuestros intereses. La clase trabajadora es la que fomenta la riqueza en esta región y tenemos el derecho a discutir que se hace con esa riqueza”, afirmó.
En la ocasión participaron también dirigentes de Cuba, Venezuela, Uruguay, Francia y de organizaciones migrantes, entre otros, todos coincidiendo en una contraposición a los intereses del gran encuentro político empresarial que se desarrolla este fin de semana.