La académica, docente del programa de Biología Celular y Molecular del Instituto de Ciencias Biomédicas y del Centro de Tecnolologías para Cáncer, CeTeCáncer, de la Facultad de Medicina, dio a conocer estos resultados en el capítulo titulado “Relación entre la Toxicogenómica, Medio Ambiente y Cáncer Pulmonar”, publicado en el libro “Oncogénesis y Daños Pulmonares Inflamatorios y de Parásitos tropicales”.
En el artículo se aborda, en primer término, antecedentes generales del cáncer de pulmón, focalizándose en la baja sobrevida asociada a esta enfermedad debido a su detección tardía. “Es la segunda causa de muerte oncológicas en nuestro país y la primera en la región de Antofagasta, debido a los altos niveles de arsénico presentes en el lugar. Esta es una patología que en sus estadios iniciales no presenta síntomas, y cuando el individuo ya los tiene, el método gold standard para su diagnóstico es la tomografía axial computarizada o TAC, que tiene su mayor sensibilidad para estadios avanzados, cuando en términos de sobrevida no es demasiado lo que se puede hacer”, explica la especialista.
Por ello, en el documento dan a conocer los resultados de diferentes proyectos realizados en conjunto entre académicos del Centro de Tecnologías para Cáncer y especialistas de los hospitales San Borja Arriarán, Barros Luco Trudeau y Regional de Antofagasta y la Clínica Portada de la misma ciudad.
“Inicialmente, de un universo de 504 personas se seleccionaron a 364 con riesgo medio o alto para cáncer pulmonar, de los cuales 98 resultaron con alta probabilidad -de acuerdo a lo que arrojaron los biomarcadores- y fueron derivados a broncoscopía autofluorescente, donde se pudo diagnosticar, luego de una biopsia, un 12% de lesiones pre neoplásicas. Así, gracias a la confluencia de tecnologías como la citometría automática cuantitativa en esputo inducido, el marcador tumoral DR70, la hibridación genómica comparativa para encontrar marcadores genéticos y, posteriormente, la broncoscopía autofluorescente en búsqueda de células malignas, pudimos diagnosticar a 12 individuos que, aparentemente sanos y sin síntomas, presentaban alteraciones preneoplásicas, a los cuales estamos siguiendo con controles semestrales”, añade la doctora Adonis.
Estas lesiones preneoplásicas podrían ser el principio de una transformación celular que puede terminar en cáncer, aunque se ha descrito que pueden revertirse en la medida que el individuo deje conductas que se asocian a factores de riesgo para cáncer de pulmón, como es el hábito de fumar. “Afortunadamente ninguno de ellos ha desarrollado la enfermedad; y, mejor aún, más del 70% de las personas a las cuales les hicimos todos los exámenes, independiente de los resultados, dejó de fumar, porque tomaron conciencia real del riesgo en que estaban”.
¿Cuál es la factibilidad de que estos exámenes puedan masificarse para la detección temprana del cáncer de pulmón, especialmente en la población de más riesgo?
“Este es un proyecto piloto en una población pequeña, gente sana que no va a instituciones de salud, y las pruebas han arrojado sensibilidades y especificidades bastante alentadoras que nos hacen pensar que son aplicables en el área clínica. Para eso estamos en conversaciones con autoridades de gobierno, entidades sanitarias públicas y privadas, de manera que los ensayos puedan ofrecerse a la población”, afirmó la especialista.