Se acerca un nuevo día del trabajo, y la fuerza laboral femenina, tiene demandas específicas en torno a derechos laborales. En 10 años, la participación laboral femenina aumentó desde un 34% a un 43% (Censo 2012) y si bien las cifras son positivas, es importante avanzar en materia de derechos laborales y sociales.
Desde el Servicio Nacional de la Mujer, Sernam, se muestran felices en torno al ingreso de las mujeres en el mundo del trabajo. Viviana Paredes, subsecretaria del organismo, señala que uno de los grandes desafíos es lograr una mayor incorporación femenina en rubros “masculinizados”.
En este sentido, la secretaria de Estado señaló que “como Gobierno y por especial encargo del Presidente Piñera el foco que hemos puesto en las mujeres ha sido fundamental y así podemos decir con bastante satisfacción que ha aumentado el ingreso de las mujeres al trabajo de los últimos empleos que se han creado en nuestro Gobierno, más del 50 por ciento ha sido para mujeres, hemos alcanzado una tasa histórica de participación femenina”.
La Central Unitaria de Trabajadores, destacó las cifras femeninas de inserción al trabajo. Sin embargo, la presidente de la CUT, Bárbara Figueroa, hizo un llamado a no detenerse ahí y avanzar en los desafíos pendientes en derechos laborales femeninos.
En esa línea, la dirigente de la multisindical indicó que “también le impone mayores desafíos a las materias laborales o a las reformas laborales, atendiendo no sólo aquellos aspectos que tienen que ver con condiciones laborales, calidad de empleo, sino que también respecto de demandas que nos son más propias o particulares, como por ejemplo, el cumplimiento de la Ley de Igualdad Salarial, que pese haber sido aprobada y estar hoy en ejercicio, no es respetada, ni implementada por gran parte de los empresarios y por otro lado también todo aquello que tiene que ver con el resguardo del cuidado infantil y la protección a la maternidad”.
La Corporación Humanas, también alzó la voz respecto a las condiciones laborales de las mujeres. Para Carolina Carrera, presidente de la organización, lo más grave de las actuales formas de trabajo, es la desigualdad en materia de salarios y legislación. Seguir siendo consideradas como “segundo sueldo” y las pocas normativas regulatorias en materia de seguridad social, nos acercan a una “feminización de la pobreza” que preocupa.
Por esto, la especialista dijo que “en la baja incorporación de mujeres al mercado del trabajo, la mantención de una brecha significativa de los sueldos entre hombres y mujeres tiene un impacto en la vida cotidiana de las mujeres que las lleva a una pobreza, que estamos viendo y lo peor es que la estamos viendo hoy en la tercera edad y eso nos parece muy complicado”.
María Paz Becerra, encargada del programa de Apoyo a Organizaciones de Fondo Alquimia, comentó que las mejoras debieran centrarse en población femenina vulnerable. Para la institución, es fundamental lograr la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, situación que permitiría a las trabajadoras de casa particular estar bajo el amparo legal.
En esa perspectiva, la experta en temas de mujeres señaló que “puede haber una mayor representación de las mujeres en la fuerza laboral, pero el tipo de trabajo, sobre todo, para las mujeres con menor educación y que tal vez tienen que cumplir además con las tareas domésticas, por lo tanto, no pueden estar mucho tiempo trabajando, como el caso de las trabajadoras textiles en su domicilio que optan por estar en la casa, entonces el tipo de trabajo sigue siendo un trabajo de mala calidad”.
En torno a los cuestionamientos por el lento avance de la ratificación, la subsecretaria del Sernam, explicó que el principal obstáculo es la “dificultad de negociación colectiva que presenta el gremio de las trabajadoras domésticas”, señalando que es un “anhelo”, una materia pendiente sobre la que se debe trabajar.
Es así como, ad portas de una nueva conmemoración del día internacional del trabajo, las demandas laborales femeninas se centran en alcanzar una real igualdad salarial, mejorar los sistemas de protección al cuidado infantil, conseguir reformas en los sistemas previsionales y de salud –que permitan equiparar desigualdades sociales- , además de lograr la ratificación del Convenio 189 de la OIT, medida que beneficiaría a un 11,5% del universo de mujeres ocupadas, que según cifras de la Fundación Sol, corresponden a trabajadoras de casa particular.