Su nombre era Sweetie, tenía diez años, era filipina y participaba en chats públicos. Su existencia era meramente digital, pero su apariencia lo suficientemente realista como para que un millar de hombres cayera en la trampa y fueran identificados por la ONG holandesa Tierra de Hombres.
“Estaban dispuestos a pagar a Sweetie para que realizara actos sexuales ante su webcam”, explicó el director de la sección holandesa de Tierra de Hombres, Albert Jaap van Santbrink, en una conferencia de prensa el lunes en La Haya.
La organización asegura que identificó fácilmente a más de 1.000 “depredadores” de 65 países dispuestos a pagar a Sweetie para que realizara actos sexuales ante su webcam. Tierra de Hombres indicó que envió a las autoridades competentes, y en particular a Interpol, datos (direcciones, números de teléfono y fotos) de los internautas que mordieron el cebo.
“Con más recursos habríamos podido identificar fácilmente a 10.000”, afirmó Guyt, cuya ONG pretende sensibilizar a la opinión pública y a las autoridades del fenómeno de la prostitución infantil en internet.
La organización encuentra escandaloso la poca cantidad de personas interpeladas por el “turismo del sexo por webcam”, apenas seis criminales en los últimos años, según la ONG. Una cifra insignificante si se tiene en cuenta que en cualquier momento unos 750.000 “depredadores” pederastas se encuentran en línea en la red, estima Tierra de Hombres.