En 1927, Walter Ruttmann estrenó un documental en que se ven los trenes entrando a Berlín, los tranvías trasladando a sus habitantes y las fábricas, maquinarias y edificios en pleno funcionamiento. Su título es decidor: Berlín, sinfonía de la gran ciudad, que además llamaba la atención por diversos trucos, encuadres y transiciones que permitían hacer un recorrido por la urbe.
Esa es la película que ha escogido el Goethe Institut para el ciclo de cine que inicia este miércoles 8 y que desarrollará durante enero en el Centro Cultural Montecarmelo, con funciones gratuitas. A las 19 horas del miércoles 22 se proyectará Gente en domingo (1929), de Robert Siodmak, y siete días después se exhibirá M – Una ciudad busca al asesino (1931), de Fritz Lang.
Enero será un mes para volver a revisar el legado de la escuela alemana, que funcionó en forma continua entre 1919 y 1933 y estableció algunos de los pilares que hasta hoy predominan en el diseño industrial y gráfico. Esto, porque casi el Museo Nacional de Bellas Artes también abrirá la exposición Bauhaus film, que busca destacar los aportes que sus representantes hicieron al cine y la fotografía.
La muestra, impulsada junto al mismo Goethe Institut, el Archivo del Bauhaus, el Museo del Diseño de Berlín y la Fundación Bauhaus Dessau, permanecerá abierta entre el 17 de enero y el 16 de marzo.
En ella se podrán ver registros audiovisuales del teatro de la Bauhaus, la construcción de una nueva urbanización o el pintor Wassily Kandinsky, quien en 1922 llegó a la escuela para impartir clases.
La exposición estará ordenada en cinco secciones, dedicadas a temas como arquitectura, arte medial y teatro. La última se titula Epílogo: Conversando con miembros de la Bauhaus, y exhibirá entrevistas y testimonios sobre la época, la disolución de la escuela con la llegada del nacionalsocialismo y su impacto en Estados Unidos, la RDA y otros países.
Para el director del Goethe Institut, Volker Redder, la relevancia de la exposición se relaciona con la influencia de la Bauhaus en la arquitectura chilena: “Se puede ver de forma muy concreta en edificios que están presentes en Santiago y también en la forma o metodología de enseñanza de las universidades chilenas, por ejemplo, la Católica. Además, hay algo que es muy actual en Chile, en Alemania y en Europa, donde las fronteras entre las artes ya no están claras. Se mezclan las películas con las artes visuales, o el teatro con la danza contemporánea y la arquitectura. Esas fronteras no son tan claras y esa ya era una idea del Bauhaus”, afirmó.
Considerando esto, la exposición también contempla el lanzamiento de una aplicación llamada BauhausStgo, que podrá descargarse en forma gratuita y permitirá acceder a información de 30 edificios ubicados en la capital, en los que se puede notar la influencia de la escuela alemana.
“Siempre es interesante ver las raíces de algo que alguien podría ver solo con la perspectiva de hoy. Muchas cosas que se ven hoy ya tienen una historia importante y las discusiones se repiten. Por ejemplo, ese tema de la ausencia de fronteras entre las artes, existe hace mucho tiempo. Olvidarlo es perder algo del futuro, entonces es importante mostrarlo”, dijo Redder.