Con una eucaristía en la Catedral de Santiago y un acto en el Centro de Extensión de la Universidad Católica se conmemoraron este miércoles los 15 años de la muerte del cardenal Raúl Silva Henríquez. El religioso, destacado por su labor en materia de protección a las víctimas de la dictadura y su férreo trabajo por los derechos humanos, fue recordado por católicos y laicos.
Para Gabriela Zúñiga, integrante de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), la historia de la Iglesia Católica de hoy no es la misma que la de los años 70, cuando el cardenal Raúl Silva Henríquez era uno de los protagonistas que permitió salvar muchas vidas.
“A partir del cierre de la Vicaría de la Solidaridad ocurre que la relación con la Iglesia no ha sido del todo cercana como fue durante la dictadura. Es una relación centrada en la formalidad, puesto que la Agrupación no estuvo de acuerdo con la “teología del perdón” que absolvía a violadores de derechos humanos”, afirmó.
La propia Gabriela Zúñiga recordó que “la Iglesia no tiene la cercanía que tuvo antes y en ese momento hablamos sólo de la Iglesia Católica chilena, porque la Iglesia Católica argentina apoyó el golpe de Estado y a Videla. Es la chilena la que tiene esa actitud y básicamente porque su director espiritual era el cardenal Silva Henríquez”.
En esa misma línea, manifestó que “después comienzan a preponderar distintas líneas ideológicas que existen al interior de la misma Iglesia, como por ejemplo el Opus Dei, las que no van a apoyar nada que tenga que ver con derechos humanos o con situaciones de respaldo al pueblo, a la cosa popular, a la cosa social”.
Por su parte, Reinaldo Sapag, presidente de la Corporación Cardenal del Pueblo, se refirió a la necesidad de mantener viva la acción del Cardenal Silva Henríquez, destacando la “defensa inclaudicable por los derechos humanos, cómo jugó su alto cargo para ser voz de los sin voz, porque él podía hablar y no calló”.
Mientras que en representación de la Iglesia Católica, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, destacó su caridad y audacia. “A partir de la experiencia fundamental que tuve en el diálogo con él, en el acompañamiento espiritual de su vida, puedo ser testigo muy claro de que el cardenal no se movió por otros motivos que no fuera lo que rigió su vida, el amor a Cristo, visto en el amor al hermano, del que sufre, del que necesita de consuelo, de justicia, de libertad y de paz”, reflexionó.
Asimismo, el cardenal Ezatti hizo un llamado a los jóvenes para que sigan los pasos de Silva Henríquez. En tanto, el presidente de su Fundación, obispo Manuel Camilo Vial, pidió perpetuar la esencia solidaria del religioso.