Lily Garafulic (1914-2012) trabajaba en un taller ubicado en pleno Parque Forestal, a un costado del edificio que hoy alberga al Museo Nacional de Bellas Artes y al Museo de Arte Contemporáneo del Parque Forestal.
Justamente, esas dos instituciones se unieron para conmemorar el centenario de su nacimiento, que se cumple este miércoles 14. Junto a la Fundación Itaú, los dos museos organizaron la exposición 100 años. Una doble mirada, que contempla esculturas elaboradas a partir de la década del ’40, que se exhibirán en el MAC, y una serie de grabados, dibujos, acuarelas y otros trabajos menos conocidos, que estarán en el Bellas Artes y en el Espacio Suecia 26.
El MAC ya poseía un Aku, de su serie de Isla de Pascua, y El rapto de Europa (1953), a lo que se sumará un Torso de granito que pertenece a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile. De este modo, la mayoría de los trabajos serán prestados por la familia de la autora, que ganó el Premio Nacional de Arte en 1995.
“Era una especie de antropóloga”, dijo Matías Allende, parte del equipo del MAC que ha trabajado en la muestra. Adónde iba adquiría conocimientos que le servían probar nuevas formas de producción: “Después de su viaje a Europa es la primera que innova técnicamente en la escultura. Mientras acá se seguía puliendo, repujando y haciendo talla directa sobre los materiales, ella trae el martillo mecánico, por ejemplo, lo cual le significa muchas críticas por la tecnificación de una disciplina que se pretende muy corporal. Aun cuando hace esta innovación técnica, siempre volvía a la mano para terminar sus piezas, por lo tanto, no es simplemente una ejecutora técnica, sino que también incorpora el cuerpo en su obra”, explicó.
La exposición hará énfasis además en la labor docente que Lily Garafulic ejerció entre 1936 y 1973. Junto a sus obras, en el MAC, se exhibirán trabajos de su maestro, Lorenzo Domínguez, y de algunos de sus alumnos, como Francisco Gazitúa, Raúl Valdivieso y Sergio Castillo, entre otros.
“Su rol como docente dentro de la Universidad permite que relacione sus propias inquietudes y conocimientos con los estudiantes”, indicó Matías Allende. “Por ejemplo, era ávida lectora de escritores de principios del siglo XX, ciertas expresiones simbolistas, Dostoyevski y una literatura muy ligada a la tierra. Relacionaba la escultura con la filosofía a partir de sus lecturas de Nietzsche y es interesante lo intelectual y analítica que era respecto de las piezas escultóricas”, añadió.
Y aunque el nombre de Lily Garafulic es asociado sobre todo a la escultura, la muestra busca destacar también su labor en otros ámbitos. Dibujos y grabados se exhibirán desde esta semana en el Espacio Suecia 26, mientras que el Bellas Artes los acogerá desde el 5 de junio.
“La Lily es reconocida por la escultura, pero hay una riqueza muy grande en el área del papel, el grabado, el dibujo y la acuarela. Hay que destacar su versatilidad, porque tuvo una transición y pasó por distintos caminos en el ámbito de la escultura y además demostró talento en este otro ámbito, que no se dio a conocer en ese momento porque estaba enfocada en la escultura. Creo que lo más importante de ella es su versatilidad”, afirmó su sobrina nieta, María Paz Garafulic.
Lily Garafulic. 100 años. Una doble mirada se abrirá en el MAC este miércoles 14, con un homenaje donde se exhibirá el documental Lily Garafulic: En sus propias palabras, de Gloria Garafulic-Grabois.