Con fecha de término, la disputa por los subpactos es uno más de los problemas internos a resolver por la Nueva Mayoría. Este miércoles comienza la discusión en Sala del proyecto que modifica el sistema electoral, reforma dilatada por 24 años. Sólo faltan dos días, y aún no hay acuerdo entre los principales integrantes del pacto oficialista.

“Le llegó la hora al Binominal”, aseguró el presidente de la DC, Ignacio Walker, luego del tradicional comité político en La Moneda. Los líderes de las colectividades que integran el pacto oficialista intentaron dar importancia histórica a la esperada modificación al sistema electoral, sin embargo la tensión interna aún persiste en torno a la mantención o eliminación de los subpactos electorales, aspecto que califican sólo de instrumental y que no forma parte del “corazón de la reforma”, enfatizó Walker.

“No nos desviemos del tema de fondo, poner fin al Sistema Electoral Binominal. Todo lo demás se conversa, hay indicaciones, algunos están a favor, otros están en contra, pero son absolutamente subordinados o instrumentales”, mencionó de manera mesurada el senador, crítico de la tramitación de las reformas impulsadas por el Ejecutivo.

“Eliminar los subpactos es impedir los acuerdos”, señaló en una entrevista este fin de semana, el subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy,  crispando aún más la relación con la directiva de la DC. Ante esta declaración, el vicepresidente del partido, Fuad Chahín, criticó a Aleuy por no respaldar la indicación presentada por la Presidenta.

No correr con colores propios

El proyecto original ingresado por el Ejecutivo consideraba la opción de generar subpactos entre partidos de una misma coalición, sin embargo una indicación presentada por el gobierno elimina esta posibilidad debido a que “distorsiona la representatividad”, argumentan en la falange.

Ante la arremetida de los sectores más progresistas de la Nueva Mayoría, la Democracia Cristiana quiere evitar que su principal aliado durante la Concertación, el Partido Socialista, no corra con colores propios y tampoco ajenos. Un eventual acuerdo electoral entre el PS, el PPD y los radicales dejaría en mal pie a la falange.

Además, es latente la apertura estratégica de los socialistas a subpactos con otras fuerzas políticas, como Revolución Democrática y el Partido Progresista. Ante esa posibilidad, la DC pidió al gobierno que cualquier subpacto fuera de común acuerdo e informado con antelación a los integrantes de la coalición, pudiendo éstos vetar la iniciativa.

Al respecto, el presidente del Partido Socialista, el diputado Osvaldo Andrade, ratificó que aún persiste esta diferencia de criterios. “Seguiremos conversando mientras no sea el momento de votar… hay tiempo”, dijo Andrade, luego de una reunión bilateral de esta tarde entre las colectividades.

“Del proyecto original se mantiene la existencia de subpactos de los partidos con candidaturas independientes y se mantiene entre candidatos del mismo partido, lo que se ha llamado la segunda cifra. Como ven hay subpactos, estamos en una diferencia de opinión con los subpactos entre partidos. Pensamos que hay buenos argumentos para seguir conversando, así que de aquí al miércoles voy a tener novedades temprano, porque votamos en la tarde”, afirmó Andrade.

Votación particular

Por primera vez luego del fin de la Dictadura, existe la posibilidad de terminar con el Sistema Electoral Binominal, para ser reemplazado por uno “proporcional moderado o corregido”, repiten los personeros de gobierno.

Sin embargo, el articulado del proyecto sería votado con calculadora en mano. La Nueva Mayoría contabiliza 67 diputados, cuatro independientes y tres votos de Amplitud, estos últimos en la periferia de la Alianza justamente por llegar a acuerdo con el gobierno en esta materia.

Con el actual número de diputados, el proyecto requiere de 71 votos a favor para que continúe su marcha hacia el Senado, otorgando un margen que permite avizorar la aprobación de la idea de legislar en Sala, así lo aseguró también Renovación Nacional. Sin embargo el tema de los subpactos exigiría que el articulado del proyecto sea votado en particular. Así lo señaló el diputado socialista Leonardo Soto.

“Ahí hay un tema que puede ser votado en particular y los partidos tendrán que alinearse y tomar su decisión.  A los que más les interesa es a los partidos de la Nueva Mayoría, es casi un problema interno que no altera la adhesión ni la profundidad de nuestros compromisos partidarios. Son temas secundarios”, mencionó Soto.

Al igual que los presidentes de partido, el diputado Soto le bajó el perfil a las diferencias por la formación de subpactos entre la DC y el PS, y aseguró que el corazón de la reforma está en el redistritaje y  su correspondiente asignación de escaños. Votos en contra en esos aspectos, recalca, sí serían contradictorios con la existencia de la Nueva Mayoría.

“Si algún parlamentario de la Cámara o el Senado vota en contra del corazón de la reforma, yo entiendo que no debiera seguir en la Nueva Mayoría. Y si no somos capaces de sacar adelante esta reforma teniendo una mayoría obtenida en las urnas y un compromiso de la Presidenta, no merece seguir siendo una coalición política que se denomine Nueva Mayoría”, sostuvo.

La iniciativa legislativa por el momento fusiona distritos y circunscripciones, reduciéndolos de 60 a 28. Además, eleva a 50 los senadores y a 155 los diputados en el Congreso.