El humor político es una herramienta que siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. Desde la Revolución Francesa, hasta nuestros tiempos, ha sido utilizado para criticar y cuestionar la labor de gobernantes y de personas cercanas al poder.
En nuestro país, algunos de los personajes más conocidos son Coco Legrand; Palta Meléndez y sus imitaciones al dictador Augusto Pinochet; Stephan Kramer, con sus películas y personificaciones a la clase política; Edo Caroe, quien en el Festival de Olmué de 2015 partió su rutina parodiando a Mario Kreutzberger “Don Francisco”, apelando a la Teletón, y Yerko Puchento.
Este último ha tomado lugar en el debate sobre la delgada línea entre el humor y las ofensas que enfrentan quienes se dedican al rubro a la hora de tomar posición en un escenario como lo es la televisión.
Para muchos, la ácida crítica sobre el Caso Penta, y sus diversas aristas, y el Caso Dávalos, incluyendo al dueño del canal, el empresario Andrónico Luksic quien es dueño del 67% de la señal televisiva; resulta necesario ante la crisis.
Esto se ve reflejado en la sintonía. El capítulo del jueves 12 de marzo marcó un peak de 24 puntos y promedió 17,1 unidades entre las 22.20 y la 01.10 de la madrugada. Ubicándose en el segundo lugar de la audiencia, precedido por Mega que a esa hora logró un promedio de 23 puntos.
¿Qué ocurre que el humor político logra alta sintonía?
Alejandro González, conocido como Coco Legrand, señaló que el ambiente que la situación actual y la contingencia genera estas instancias.
“Estos remezones cambian el estado de la gente, hay un aire de rabia, hay un desencanto porque no sabemos en quién confiar, frente a tanta estafa, y tanta mentira. Se provocan respuestas fuertes, y la esencia del humor es generar paz interior profunda, el humor se utiliza como fuente para entregar un concepto atenuado, sin agresión, pero también tiene miles de caminos”, comentó.
Asimismo, para la Doctora en Información y Comunicación de la Universidad Católica de Lovaina, y académica del Instituto de la Comunicación e Imagen (Icei) de la Universidad de Chile, Lorena Antezana, los códigos del humor político deben ser extremos, generar desazón.
“En general los humoristas políticos, o los que hacen caricatura, trabajan con este tipo de materias, son personas muy informadas que toman el pulso social y eso lo exacerban, utilizando toda una serie de herramientas que son molestas, porque usan sarcasmo, burla. Ahora, uno podría condenarlo, pero es parte de la función que están cumpliendo, es un llamado de alerta porque lo que están haciendo es recoger lo que las personas están sintiendo”, explicó.
La experta puntualizó que este tipo de manifestaciones no ocurre cuando quien detenta el poder están haciendo bien su labor, ya que no son objeto de chiste. Esto explicaría que los argumentos del personaje interpretado por Daniel Alcaíno sean un hecho que no se puede dudar, porque “ninguna persona dice que no es cierto, es una exageración, pero no es “mentira” hay cosas que están ahí, a la mano”, afirmó.
Sin embargo, para la directora del Observatorio de Medios Fucatel, Manuela Gumucio, si bien el humor político enriquece la discusión, la rutina Yerko carece de audacia y se acerca más a las injurias.
“Efectivamente el humor, necesariamente va a ser siempre en el límite porque efectivamente si no está en el límite no produce sorpresa y osadía. En el fondo es mostrar una realidad que todo están viviendo, dándole una válvula de escape para salir de la visión más dramática o más seria de la que están teniendo los acontecimientos. Pero creo que en un discurso tan plano como el de él, esta locución directa, lo cual lo tapa de insultos realmente no me parece”, señaló.
La delgada línea
“Con tu señora se podían inscribir en atrapa los millones, no serán 6.5 mil millones pero algo será guatón ambicioso”, dijo Yerko Puchento cuando habló del hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, para después proclamar: “Guatón cara de raja”.
Yerko Puchento es un hito en la televisión. Se ha atrevido, cada jueves a destrozar la imagen de los implicados en los casos Penta y Caval arriesgando castigo, o por lo menos eso dice.
“Aquí debería estar sentado Iván Moreira, al que más se lo cagaron con las platas de Penta. ¡Pobrecito! ¡Al pobre le pasaron el raspao de la olla! ¡Cuatro palitos todos cagaos! Y el pobre ha sido el más consecuente en la historia de la derecha. Pinochetista hasta la muerte. ¡Todavía tiene un póster de Pinochet con los brazos cruzados y lentes oscuros ahí detrás de la cama! Y le dieron cuatro millones todos cagaos”, sentenció Yerko Puchento en su última rutina.
Las expertas concuerdan que establecer un límite sería coarta la libertad, ya que lo esencial de la caricatura es el extremo. Sin embargo, la cobertura del humor debe responder a ciertas normas establecidas en la sociedad. “El cuidar qué decir, permite los subtextos. Me parece que esto es sano, porque es uno de los pocos espacios en donde las personas realizan catarsis de lo que están viviendo” comenta Lorena Antezana.
El debate es necesario, argumentan expertos y humoristas. Poner en discusión la actuación de los políticos es algo que debe ser visto desde otra vereda. No solo entrega las claves para que muchos entiendan los procesos que vive el país, sino porque es parte de la contingencia. Más aun considerando cómo ha afectado en la credibilidad de los políticos y de la Presidenta los escándalos de las últimas semanas.
“El humor político siempre es algo que cuesta sea aceptado” afirmó la Manuela Gumucio. Para los políticos es una herramienta que puede ayudarlos para mejorar su imagen, dentro de todo. Reírse de uno mismo es enfrentar las críticas, y cuando esto no ocurre llega la censura.
“A la televisión le faltaba el humor del bueno, pero este debe ser inteligente, porque también puede ser desafortunado”, afirma Coco Legrand, quien lleva 45 años en este oficio.
Canal 13 y Luksic
“Siempre hay dobles lecturas, porque no hay nada gratuito”, agrega la experta en comunicación del Icei. La actuación de Yerko Puchento en el canal de Luksic no es al azar. Con la alta sintonía el programa ha logrado posicionarse por sobre las teleseries turcas y ha marcado presencia en redes sociales, siendo la voz del malestar colectivo.
Sobre la brutal rutina podríamos decir que la televisión se ha abierto más, ya que antes era poco probable que este tipo de rutinas, tan directas se lograran. “Se supone que queremos mostrar la imagen de programas abiertos, diversos, tolerantes, por lo tanto no se puede censurar. Este es otro tipo de directorio, no es el canal del angelito, es más comercial, por lo tanto ha cambiado”, explicó Antezana.