Dilación de Reforma Laboral instala desconfianzas en el mundo del trabajo

Anuncio de una nueva semana de plazo para enviar indicaciones al Congreso es recibido entre dirigentes sindicales y economistas como una señal de desorden en la discusión interna, además de posibles facciones de poder en la Nueva Mayoría que intentan morigerar el proyecto.

Anuncio de una nueva semana de plazo para enviar indicaciones al Congreso es recibido entre dirigentes sindicales y economistas como una señal de desorden en la discusión interna, además de posibles facciones de poder en la Nueva Mayoría que intentan morigerar el proyecto.

El proyecto de Reforma Laboral no sólo espera su votación en particular en la Comisión de Trabajo del Senado. También aguarda por acuerdos. Esto, considerando que las negociaciones entre el Ejecutivo, los parlamentarios y los dirigentes gremiales aún mantienen temas pendientes.

Si bien durante la sesión de este miércoles los senadores y representantes de los ministerios de Hacienda y Trabajo se avocaron a temas que generan menos dificultades, como las prácticas antisindicales de empleadores y trabajadores, otros puntos como el reemplazo en huelga, los servicios mínimos y el quórum sindical para la negociación colectiva son los que generan más diferencias.

De hecho, el Gobierno decidió postergar en una semana el plazo para el envío de indicaciones. Es decir, hasta el 14 de septiembre.

Desde la CUT inmediatamente surgió la preocupación. Su vicepresidente, Nolberto Díaz, advierte que la postergación no debe significar una modificación de los contenidos, sino sólo la posibilidad de profundizar en el proyecto. “Y aprovechar de responderle al terrorismo que han planteado los empresarios, para decir que éste es un escándalo de proyecto”.

Sin embargo, el senador socialista Juan Pablo Letelier, presidente de la Comisión de Trabajo, asegura que el aplazamiento lo solicitaron los propios parlamentarios. “Quien habla de desacuerdos no entiende la dinámica en la que estamos. La petición de disponer de más tiempo para preparar las indicaciones fue de la Comisión. No se trata de desavenencias con el Ejecutivo. Una semana más o una semana menos no afecta en nada el debate del proyecto”.

Independiente de aquellas diferencias, para el economista de la Fundación Sol Gonzalo Durán, solicitar más plazo para el envío de indicaciones es una señal que demuestra que no existe un orden en cuanto a la discusión interna, lo que podría entenderse como la presencia de facciones de poder dentro de la Nueva Mayoría que intentan morigerar aún más la Reforma Laboral.

Asimismo, además de la definición de los servicios mínimos, afirma que el punto más controversial sigue siendo la figura de los reemplazos en huelga, ante lo que sospecha que se estaría buscando fijar una norma que establezca esa posibilidad.

Los temas en discordia

Si se trata de acuerdos, Nolberto Díaz apunta a la relación entre los parlamentarios y el Gobierno. Por ello, enfatiza en una advertencia. “Lo aprobado en la Cámara de Diputados es el piso mínimo de un proyecto de Reforma Laboral. No acaba con el plan laboral de la dictadura, pero devuelve el derecho a huelga y la titularidad sindical a quienes les corresponde, a sus verdaderos dueños, a los sindicatos”.

Si bien a nivel de organizaciones sindicales aún existen diferencias, según el dirigente de la multigremial existe consenso en que el derecho a huelga debe ser sin reemplazo interno, sin reemplazo en el puesto de trabajo, sin descuelgue y sin grupo negociador.

En cuanto a los servicios mínimos, donde no existe acuerdo con el Gobierno, explica que deben ser aquellos esenciales, es decir, el gas, la luz, el agua y la salud. Nada más. “No puede ser que el retail, una vulcanización o un restaurant tengan servicios mínimos, porque eso sería burlar el derecho a huelga de los trabajadores”.

¿Por qué no existen mayores manifestaciones sociales para exigir estas demandas? “Si no hay movilización en el mundo del trabajo es porque cuando los trabajadores salen a protestar son despedidos. Recién se anunciaron despidos en la minera El Abra, también en el retail. Cuando los trabajadores se movilizan, a diferencia de los estudiantes, los trabajadores perdemos el empleo. Cuando un trabajador sale a la calle es perseguido. Cuando un trabajador hace un sindicato es despedido. Por eso queremos Reforma Laboral”, afirma.

En ese contexto, reconoce que “le tenemos temor a un Parlamento que ha sido financiado por empresarios, por Soquimich y por Penta. Dudamos de su independencia, pero tenemos la esperanza en que el Parlamento tiene una oportunidad para recuperar credibilidad, que es devolviéndole derechos laborales a los trabajadores a través de este proyecto de ley”.

Desde el oficialismo, la invitación del senador Letelier es a que las organizaciones sindicales, particularmente la CUT, estén tranquilas. Esto, al asegurar que la principal preocupación en el Senado es modernizar las relaciones laborales y generar condiciones de mayor diálogo y colaboración entre los actores de los procesos productivos.

Sin embargo, reconoce que “sí necesitamos perfeccionar el proyecto en varios ámbitos, pactando y llegando a acuerdos parciales entre la Nueva Mayoría y la oposición cuando corresponda. Creo que es importante que sea lo más conversado posible. Que no tengan preocupación en la CUT sobre temas que se han transformado en fetiche, como el reemplazo en huelga, cuando en verdad ese no es el tema del debate en que estamos en el Senado”.

Precisamente en ese tema se detiene Gonzalo Durán, cuando plantea que “no hay que perder de vista que la huelga en Chile no paraliza y con la Reforma Laboral, tal como está planteada, tampoco va a paralizar”.

Su preocupación apunta al sindicalismo atomizado que existe en el país, donde tan sólo un ocho por ciento negocia colectivamente. Por ello, advierte que establecer estándares tan bajos también es una estrategia para que el empresariado pueda intervenir en el mundo sindical mucho más de lo que lo hace hoy. “Se pierde autonomía y se precarizan las condiciones laborales más de lo que existe”.

En ese sentido celebra “que aparezcan sindicatos que vayan por fuera del discurso que pueda dar la CUT. Me refiero, por ejemplo, a los trabajadores portuarios y también lo que sucede con los contratistas, que son un sector bastante precarizado. De alguna manera son ellos quienes mueven la frontera de posibilidades en la discusión hacia un escenario que sea más ambicioso para el mundo del trabajo”.

¿Negociación colectiva por rama?

Si se trata de temas excluidos del debate, Durán destaca que el Gobierno le ha hecho el quite, cada vez que puede, a la discusión sobre la negociación colectiva por rama de actividad económica.

“Es bastante insólito que el Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, aparezca diciendo que Chile no está preparado para una negociación colectiva por rama. Una intervención del Gobierno para decidir cómo deberían desarrollarse las relaciones laborales entre sindicatos y trabajadores. Una pérdida de autonomía”, lamenta.

Y si bien el senador Letelier manifiesta su acuerdo con esa propuesta, se limita a recordar que se trata de un punto que no figura en el programa de Gobierno, simplemente porque no existía consenso dentro de la Nueva Mayoría.

En lo inmediato, la próxima semana la Comisión de Trabajo estará avocada a la discusión de aquellos temas considerados más complejos para alcanzar acuerdos. Incluso, para el próximo lunes se fijó una reunión en el Ministerio del Trabajo, con la ministra Ximena Rincón a la cabeza.

Tres días después, será el Ministro de Hacienda quien oficie como anfitrión en la que podría ser la última instancia para afinar las indicaciones que se enviarán al Congreso.





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