Hay ciertos números que son complejos para las mujeres. La edad, el peso, las parejas sexuales y otras que inmediatamente ponen en la cabeza del interlocutor un prejuicio sobre esta persona que tiene al frente. Vivimos en una sociedad tan estandarizada que asume que una mujer de x años debería estar haciendo ciertas cosas bien específicas, haber pasado por ciertos procesos, dejando atrás otras porque no corresponden a su momento en la vida. Según esta lógica hay tiempo para casarse, para ser madre, para estudiar, para trabajar, para ser bella.

“Una dama jamás dice su edad”, dice el razonamiento clásico, pero ¿qué pasa cuando ese número es exactamente la razón de lo particular de quien lo detenta?, ¿qué pasa cuando nos encontramos con personas que han resistido los dictados de su cultura y han permanecido creativas, activas y atractivas pasado los 80 años?

Actualmente en Netflix –plataforma web de exhibición legal de películas- hay dos documentales sobre mujeres que consideran que los años les han regalado libertad, más que inmovilidad. Mujeres que se niegan a aceptar el rol pasivo que la sociedad occidental espera de sus adultos mayores y quienes asumen sus años como una garantía para ya no preocuparse por lo que diga el resto.

A partir de la experiencia del reportero de moda Ari Seth Cohen, que ha recorrido la ciudad de Nueva York documentando a aquellas mujeres mayores que siguen disfrutando de la moda y desafiando los estándares, “Advance Style” – dirigido por la joven realizadora Lina Plioplyte- es un documental que se centra en un grupo de estas mujeres para conocer sus historias y su filosofía sobre la edad, la creatividad y la belleza. Por ejemplo, una de las protagonistas -la artista Ilona Smithkin, una extrovertida dibujante- confiesa haber finalmente lo que quería hacer con su vida pasado los ochenta años.

La otra película fue el último trabajo del experimentado realizador Albert Maysles -fallecido en marzo de este año-, quien tiene una extensa cinematografía iniciada a mediados de la década del cincuenta y que tiene entre sus documentales destacados “El vendedor” de 1968 y “Rolling Stones. Gimme Shelter” de 1970. Maysles escoge como sujeto de su más reciente filme a Iris Apfel, una mujer que a sus 94 años es considerada uno de los iconos más refrescantes de la moda en Nueva York.

La película “Iris” acompaña a la anciana y energética protagonista en su día a día, armando exposiciones, asesorando a mujeres y dando entrevistas sobre su filosofía de la estética y del mundo. Su trabajo como diseñadora de interiores de la elite política y económica de Estados Unidos, desde mediados del siglo XX, le permitió a Apfel –junto a su socio y marido de toda la vida, Carl Apfel- recorrer el mundo buscando materiales para sus diseños y coleccionando todo tipo de accesorios. Por eso posee una de las colecciones de objetos de moda y diseño más diversas y ricas de Estados Unidos, y en las últimas décadas Iris Apfel se ha transformado en la favorita de los museos e academias de diseño, y de allí en referente para los críticos y diseñadores de moda. La película nos da la oportunidad de conocer no sólo la historia de esta notable mujer, sino su perspectiva de la vida. Una vida larga y provechosa que la tiene hasta hoy llena de compromisos y actividades.

Y aunque tanto “Iris” como “Advanced Style” toman su punto de partida en algo que puede ser tan futil como la moda, de lo que ambas película hablan realmente es de como el paso de los años puede liberarnos de prejuicios y límites. Porque aunque efectivamente el cuerpo reciente la edad, el ejemplo de este grupo de mujeres demuestra que mientras la mente se mantenga activa, siempre hay posibilidades de construir una vida vibrante. Y eso es esperanzador.