La primaria del estado de Wisconsin, Estados Unidos, en la región de los Grandes Lagos, bien podría marcar un pivote en la carrera electoral hasta las convenciones de cada partido en el mes de julio. Por ambos lados, los resultados fueron sorprendentes: Ted Cruz ganó la primaria republicana y Bernie Sanders ganó la primaria demócrata, cada uno con 13 puntos delante de los candidatos favoritos, a pesar de que sus oponentes están bien adelante. Tradicionalmente en este punto de la carrera, es obvio quién va a ganar la nominación y los desafíos de cara a la primaria de Nueva York, que siempre se lleva a cabo en abril, nunca son tan altos como esta vez.
La votación fue particularmente decisiva en el campo republicano. Históricamente, Ted Cruz ha sido un candidato muy aislado al interior del partido por sus puntos de vista y opiniones cargadas hacia la extrema derecha y su apoyo al movimiento Tea Party. Pero en las últimas semanas, Cruz se estableció como la única persona que podría vencer el empresario populista Donald Trump –eso a pesar de que empezó el juego de las primarias ganando casi ninguno candidatos (en el primer mes, Cruz ganó 18 delegados cuando Trump ganó 82). Desde ese momento, Cruz solo había ganado cuatro estados: Kansas, Alaska, Texas, Kansas, Idaho. Y ahora Wisconsin. Ayer, obtuvo 36 delegados y Trump solo 6, pero el magnate sigue con 200 delegados de ventaja.
Esa situación es el resultado de varios factores. Por una parte, el estado de Wisconsin es muy distinto de los otros estados que votaron antes. Siempre ha sido un bastión del establishment republicano. Los sondeos anteriores a la votación mostraron que la opinión era distinta a la en otros estados: 35 por ciento de los votantes confesaron que se sentirían “aterrorizados” si Trump resulta electo presidente de los EE.UU. Más de la mitad de los votantes consideraron que la campaña de Trump había sido injusta. Por otra parte, comentaristas han criticado a Trump por haber dañado su propia imagen con una controversia sobre la esposa de Ted Cruz, y por unas entrevistas con el Washington Post y el New York Times que mostraron las debilidades e ignorancia del candidato sobre muchos asuntos, la política internacional en particular. Unos comentaristas del Washington Post resumieron la situación así: “Las fuerzas y debilidades de su inconformista campaña han sido Trump en sí mismo. Funcionó, de varias maneras, como su propio jefe estratégico, consultor político, zar en materias de política y gurú de comunicación”.
Para el partido, la estrategia ahora es bastante clara: evitar, de todas maneras, que Trump junte los 1.237 delegados para lograr la nominación en la convención de julio. Eso se llama una “convención abierta”. En este escenario, el establishment republicano espera tener una oportunidad para nominar a Cruz o presentar un nuevo candidato, como Paul Ryan, el actual senador de Wisconsin. De hecho, en un momento en el cual Donald Trump debería ganar más y más apoyo e influencia, parece que está pasando lo contrario.
En el campo demócrata, Bernie Sanders también ganó frente a Hillary Clinton por más de 13 puntos. Ambos candidatos ahora están enfocados en la próxima primaria en el estado de Nueva York el 19 de abril, un enfrentamiento interesante ya que Sanders es un verdadero neoyorquino, mientras que Clinton representó el estado en el Senado entre 2001 y 2009. Después de haber perdido muchos estados, especialmente los del sur, Sanders continúa ganando algunos y prueba, al mismo tiempo, que su candidatura es relevante en el marco de las elecciones demócratas. El martes en la noche, Sanders realizó un exitoso mitin en el estado de Wyoming. Al mismo tiempo, el senador de Vermont ha sido atacado por varias partes por sus debilidades en cuanto a los asuntos internacionales o legales. Muchos han criticado al candidato por tener grandes ideas, y repetirlas incansablemente, pero no un plan preciso para implementarlas pragmáticamente. En una larga entrevista con varios periodistas del New York Daily News, publicada este lunes 4 de abril, el candidato no pudo aclarar muchas de sus ideas y admitió no estar capacitado para comentar sobre temas como el conflicto palestino-israelí y el Estado Islámico. Clinton sigue con más de 700 delegados por delante de Sanders, de esta forma es difícil saber el real impacto de esta victoria.