Un festival de errores defensivos, sumado a un equipo que deambulaba por el campo de juego, fueron la mezcla perfecta para que el seleccionado de Ecuador se diera un festín frente a los casi 40 mil hinchas que se dieron cita en el estadio Atahualpa de Quito.
Chile nunca pudo, ni remotamente, oponerle resistencia a un rival que parecía correr en tres o cuatro velocidades más arriba, dejando en evidencia la fragilidad del esquema planteado por Juan Antonio Pizzi para enfrentar a los del Guayas, lo que finalmente se tradujo en un cómodo -y mentiroso- 3 a 0 en el marcador final.
Ecuador perfectamente pudo ampliar las cifras, merced a que su rival no lograba hacer pie en la cancha quiteña, que hacía sentir a los chilenos los 2.800 metros de altura sobre los que está emplazada.
A los 18 minutos, el jugador perteneciente a los registros del Manchester United, Antonio Valencia, entró sin marca por el sector derecho del área de Claudio Bravo, y conectó un fuerte remate cruzado que hizo estéril la resistencia del golero nacional, desatando la locura entre los hinchas amarillos, haciendo efectiva la hegemonía ecuatoriana en el partido.
Cuatro minutos más tarde fue el turno del lateral izquierdo Cristián Ramírez, quien tras una serie de errores defensivos de Chile, conectó disparo a la entrada del área que se coló en el primer palo de Bravo, poniendo la lápida de manera temprana en el marcador. El resto del partido fue un monólogo ecuatoriano, que se decoró con los “oles” que bajaban desde las tribunas cada vez que hacían rotar el balón los amarillos.
El último tanto del partido lo anotó Felipe Caicedo, en el primer minuto de juego del segundo tiempo, terminando con cualquier indicio de reacción en la oncena nacional.
El resto del partido estuvo de más, siendo Ecuador el único equipo capaz de alterar el marcador, ya que Chile, salvo algunas patriadas de Alexis Sánchez, o del debutante Leonardo Valencia, poco más pudo hacer.
Con este resultado, La Roja queda en la séptima posición de la tabla con 11 puntos, y teniendo la obligación de ganar todos los partidos de local que le restan, y sacar puntos en alguna de sus visitas. El problema es que el juego mostrado en los últimos de las clasificatorias, hacen difícil que Chile logre asistir por tercera vez consecutiva a un mundial de fútbol.