Tras largas y complejas negociaciones, el pasado 30 de noviembre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó reducir su bombeo en 1,2 millones de barriles diarios a partir del próximo 1º de enero, en tanto que, nueve días después, los exportadores externos al grupo, encabezados por Rusia, accedieron a bajar su producción en 558 mil barriles.
La reducción de casi 1,8 millones de barriles diarios impacta sobre una demanda mundial estimada para 2016 de unos 94,2 millones de barriles diarios (mb/d), y ha impulsado los precios a inicios de esta semana hasta en 6,5%, un máximo de 18 meses.
Los futuros del crudo Brent subían a US$56,6 por barril, tras llegar previamente a un máximo de US$57,9, su precio más alto desde julio de 2015, mientras que los futuros WTI, en Estados Unidos, alcanzaban a US$53,8 por barril. El precio de este referencial para Chile ha registrado un alza de 50% en relación al mismo período de 2015, su mayor aumento interanual desde septiembre de 2011.
Este es el primer acuerdo global de reducción del bombeo desde 2001 con el fin de contraer el superávit global de suministros para aumentar los precios del crudo, no obstante que, a mediados de año, ya había bajado por incendios forestales en Canadá que dejaron fuera del mercado unos 700 mil barriles diarios y que la producción de Nigeria se redujo notablemente, debido a la actividad de grupos armados y problemas técnicos. A dicha situación se unía un dólar débil, un consumo de hidrocarburos mayor de lo previsto en Estados Unidos y huelgas en las refinerías en Francia.
Un previsible repunte de la economía mundial durante la segunda mitad de 2016, unido a una baja de la producción de crudo, hizo que, paulatinamente, el valor del barril de crudo Opep comenzara a situarse por encima de los 45 dólares por barril, más del doble de los mínimos que tocó a inicios del año. Sin embargo, los precios se mantuvieron estancados hasta hace unos días, hasta un techo de US$ 45-US$ 48, los que, recién, tras el acuerdo del pasado 30 de noviembre, han superado la barrera de los US$50, y apuntan ahora a un máximo de US$ 60, valor que, sin embargo, posibilita el ingreso del crudo de “fracking” norteamericano, que había salido de mercado por los bajos precios de comienzos de 2016 y que pone un techo a un alza superior.
La demanda global estimada por la Opep para el 2016 de 94,2 millones de barriles diarios (mb/d), con una economía creciendo alrededor del 3%, significó un aumento de 1,2 mb/d respecto al año 2015, cuando el crecimiento mundial alcanzó al 2,9%: El acuerdo, empero, importa una necesaria caída de la sobreproducción y a que se tienda a un mayor valor del crudo en los próximos meses. La Opep, que extrae cerca de un tercio del petróleo mundial, estima, así y todo, que aún hay un exceso de producción en el mercado, aunque la tendencia es que se vaya reduciendo.
Un mayor crecimiento económico apunta hacia un alza de la demanda de crudo en los próximos meses, lo que podría dar un estímulo adicional al valor del hidrocarburo. Sin embargo, una mayor actividad depende también de lo que suceda con la tasa de interés en EE.UU., puesto que un fortalecimiento del dólar -moneda en la que se transa la mayor parte del crudo- incidiría a la baja en la demanda efectiva de los importadores netos, como Chile.
En el hecho, por ejemplo, tras el anuncio ruso de reducir su bombeo, el rublo alcanzó a inicios de semana su nivel más alto en más de un año frente al dólar y al euro, gracias al mayor precio del petróleo. En los primeros intercambios de la bolsa de Moscú, la moneda rusa alcanzó 61,49 rublos por dólar, un máximo desde octubre de 2015, y 64,95 rublos por euro, un récord desde julio de 2015.
El recorte en la producción también ha beneficiado a monedas de países exportadores de crudo de Latinoamérica como México y Colombia, cuyas monedas fueron la segunda y tercera que más avanzaron dentro de la canasta de divisas globales con 1,2% y 0,84%, respectivamente.
El dólar, en tanto, comenzó la jornada del lunes en Chile, en los $651,2 lo que significa un retroceso de 0,24% respecto del cierre del pasado viernes.
Operadores del mercado chileno señalaron que la mantención del billete verde en el borde de los $650, podría estar apuntando a una baja hacia los $647, con lo que, eventualmente, podría volver al mínimo del año en la zona de $642, pero volver a repuntar, según la decisión de tasas en EE.UU. del próximo miércoles y porque la FED anticipa más de dos alzas de los tipos para el 2017.
En un país que es importador neto de hidrocarburos, un alza en el tipo de cambio y del precio del petróleo incidirá con mayor fuerza en aquellas actividades más intensivas en el uso de dicho insumo (transporte, energía, industria), aunque con impactos distintos que dependen de la estructura de costos de cada uno. Y dado que el dólar es la moneda en la que se compra el crudo, las presiones para su revaluación estarán presentes, aunque con una incidencia menor, producto de la aún reducida actividad económica del país.
De allí que, de acuerdo a la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) del Banco Central, el instituto emisor recortaría levemente su Tasa de Política Monetaria (TPM) en 0,25% en enero, dejándola en 3,25%, como una forma de colaborar a enfrentar la actual caída en las expectativas de crecimiento, en un entorno de inflación bajo control (2,9% anual), y en el que las previsiones de crecimiento para el 2017 y 2018 se mantengan en 2% y 2,7% respectivamente. Dicha rebaja, empero, no tendrá un mayor efecto en una demanda e inversión deprimidas por factores políticos.