En plena calle Bustamante, entre los metros Santa Isabel e Irarrázabal, se encuentra la arropada carpa de Richard Bobadilla.
Le ha plantado cara al frío, a la humedad y, por sobre todo, al hambre. Bobadilla suma ya 76 días en huelga de hambre por un despido, a su juicio, injustificado.
En la mina Radomiro Tomic, propiedad de Coldelco, Richard Bobadilla se desempeñaba como chófer de camiones mineros. Un día de partido de Chile, juntó a sus compañeros de trabajo, se ausentó de sus labores no sin antes acordarlo con la jefatura. Era un compromiso al que se había llegado con el sindicato y consistía en cesar las labores durante el cotejo para poder seguir la transmisión del mismo. A los pocos días estaba siendo despedido por abandono de labores.
Bobadilla no entendió su despido como un hecho aislado. Hacía pocas semanas había postulado a un cargo en el sindicato de su mina, sin lograr éxito. A pesar de eso, según informa, ese día comenzó un hostigamiento que devino en acoso laboral. Fueron semanas incómodas las que culminaron con su despido.
Así fue que decidió partir a Santiago para reunirse con la Federación de Trabajadores del Cobre. Buscaba respaldo para iniciar una huelga de hambre en las dependencias de la FTC, ubicada precisamente en calle Bustamante. Según señalan desde su red de apoyo, Bobadilla habría sido expulsado de las oficinas y se le habría negado cualquier tipo de apoyo.
El trabajador tomó la decisión de instalarse en las afueras de la FTC y comenzar ahí su huelga de hambre. Según señala el comité de apoyo que se ha constituido en apoyo a Bobadilla, se han sostenido diversas reuniones con distintos organismos, así como también la solicitud de intervención por parte del ministerio del Trabajo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la esposa de Bobadilla -el martes- hizo llegar una carta a La Moneda acompañada de un grupo de dirigentes sociales.
La demanda es la inmediata reincorporación del trabajador a sus labores. Aún no hay respuesta.