Eduardo Artés: "La única candidatura de izquierda es la nuestra"

El candidato presidencial del partido Unión Patriótica de Chile conversó con Juan Pablo Cárdenas sobre el panorama político nacional e internacional, además comentó sus aspiraciones e ideas como uno de los representantes de la izquierda más radical del país.

El candidato presidencial del partido Unión Patriótica de Chile conversó con Juan Pablo Cárdenas sobre el panorama político nacional e internacional, además comentó sus aspiraciones e ideas como uno de los representantes de la izquierda más radical del país.

A fines de julio, luego de conseguir 34 mil firmas, el profesor Eduardo Artés Brichetti inscribió su candidatura presidencial en el Servicio Electoral (Servel), convirtiéndose en uno más de los candidatos a La Moneda. Hecho que pasó inadvertido en la mayoría de los medios de comunicación masivos del país.

En conversación con Juan Pablo Cárdenas, el profesor y abanderado del partido Unión Patriótica de Chile (UPA) conversó del panorama político nacional e internacional, además de sus aspiraciones e ideas como uno de los miembros más radicales del progresismo.

En primer lugar, quisiera preguntarle quiénes están detrás de las firmas, ¿quiénes quieren que sea el próximo presidente de la República?

La gente que firmó es el pueblo indignado,  los que buscan una salida. Claramente hay un componente de izquierda popular, uno que dice relación con nuestra historia, la que ha buscado transformaciones profundas. Llevamos más de 200 años tratando de tener realmente una independencia, una soberanía, un país propio centrado en la gente, en los trabajadores, en la nuestra sociedad. Podemos mencionar desde Balmaceda hasta Allende toda la lucha que hubo. Las firmas son del mundo de izquierda y de la gente que tiene elementos políticos de hastío con el sistema, por eso conseguimos más de 35 mil.

Hay que entender que estas corresponden a 50 mil firmas de verdad porque Servel nos rechazó como 15 mil por distintos motivos. Tú sabes que esta ley de reafiliación de los partidos ha sido realmente una estafa, porque quedó una gran cantidad de personas adscritas a los partidos después del 14 de abril. Se suponía que después de esa fecha todo aquel que se no se reafiliara quedaría sin partido; pues no es así, hay una letra chica que dice que quedas en estado de suspensión, pero de pertenencia. Eso quiere decir que no puedes inscribirte en otros, por eso toda esa gente que firmó con nosotros rebotó en el Servel.

¿Esas firmas ya reunidas y sancionadas por el Servel lo transforman en un candidato independiente?

No, yo soy candidato por un partido legal que es Unión Patriótica. Estamos legalizados en tres regiones continuas: la V Región, Metropolitana y la VI Región.

¿Y aun así requería firmas adicionales?

Correcto, porque para estar legal hay que tener 18 mil firmas como partido y en tres regiones continuas, pero para la candidatura el partido debe contar con 34 mil afiliados, algo que nosotros conseguimos sin ser mediáticos, pero estando en la calle y trabajando.

Lo que no es poco… Con la orfandad que uno ve se militantes aa mí me asombra un partido de izquierda con 34 mil afiliados.

Eso te dice que en la gente existe un deseo muy grande de transformación.

¿Podríamos decir que esa gente, al menos hasta aquí, pertenecía al mundo mayoritario de los que se abstienen y que con su candidatura muy probablemente se sienta llamada a votar?

En parte sí. En otros momentos, junto a algunos compañeros también hemos estado por la abstención. Más que eso, yo creo que ha sido nuestro discurso claro, firme, con propuestas inmediatas y concretas, pero, al mismo tiempo, con una salida de superación para sociedad. La gente quiere algo más, no solamente medidas parche.

Pero ese es un esfuerzo que Usted hace cara a cara y puerta a puerta, porque evidentemente no cuenta ni con los medios de comunicación ni con los recursos para la propaganda que tienen otros candidatos.

Imagínese que para (Alejandro) Guillier habría sido espectacular que en 15 días con todo el aparato del Estado, con todos los recursos, con los partidos detrás, hubiera conseguido la firma. Algo que todavía no logra. No creo que eso sea para un efecto publicitario, ahí hay un tema muy fuerte.

Parece que hay ciertas dificultades con algunos militantes que retienen las firmas a la espera que pueda suceder algún cambio, como ser reemplazado por otro candidato común con la Democracia Cristiana… pero ese es otro tema. En el pasado yo lo hacía vinculado al Partido Comunista.

Yo soy comunista, eso es claro. Sin embargo, Unión Patriótica no. Es un frente, un instrumento de izquierda popular y patriótica, donde hemos reconocido habitación marxista, cristiana, gente del mundo socialista, del Partido Constituyente, del MIR, personas sin partido, pastores evangélicos y el Partido Comunista Acción Proletaria. Yo no dejo de ser comunista, pero estoy a la cabeza de este programa que es más amplio.

¿Y cuál es la relación con el Partido Comunista que está dentro del Gobierno?

Ninguna. El Partido Comunista está en la Nueva Mayoría, una situación que no puede explicar. Imagínate, sacan una declaración en relación a Venezuela y, por otro lado, son el principal soporte de Guillier, quién dice que gran parte de los problemas que suceden en ese país son por culpa de su gobierno.

Yo entiendo que saquen una aclaración para su militancia, porque en términos generales el PC tiene una militancia que es antimperialista, que quiere cambio y que sueña con transformaciones, no así su dirección, por eso no tenemos ningún contacto con ellos.

Al parecer los sectores que se consideran progresistas, de izquierda o revolucionarios, no son capaces de confluir en una unidad, en una alternativa clara de gobierno. De nuevo vamos a enfrentar elecciones en que la izquierda va a llevar tres, cuatro o cinco candidatos. Se hizo algún esfuerzo por vincularse con nuevas organizaciones como el Frente Amplio.

Históricamente nosotros siempre hemos buscado la unidad, es un elemento esencial porque hay que reconocer que nuestras fuerzas aún son débiles. Esto es una tarea de muchos, de miles, es una tarea de la gente del pueblo.

Nosotros llegamos a la conclusión de que era inviable una unidad con lo que es el Frente Amplio porque entendimos que realmente no es de izquierda, es un movimiento posmodermo. Con buenas intenciones algunos sectores han sacado declaraciones interesantes, principalmente los que se agruparon en torno a Alberto Mayol, a ellos los llamamos a la unidad. No sé qué tienen que hacer en el Frente Amplio, detrás de Beatriz Sánchez, eso es casi histérico: tener una posición determinada y continuar con una candidata que va para el otro lado. Nosotros creemos en la unidad y pensamos que la única candidatura de izquierda es la nuestra, no existen tres ni cuatro.

¿La Nueva Mayoría? De izquierda nada ¿Marco Enríquez Ominami? Tampoco, aunque entendemos que detrás de él hay gente que puede serlo.

¿Y de parte de ellos existió algún intento de que ustedes se incorporaran al Frente Amplio?

No, por una cosa muy simple, existe una gran prepotencia. Además, el proyecto que tiene Jackson y Boric no es de izquierda. Mucha gente histórica en la izquierda fue incluso pasada a llevar dentro del Frente Amplio. Ellos no quieren darle ese carácter, creen que están inventando la historia.

¿Tú crees que eso es por una táctica electoral, por obtener votos y confianza o porque realmente no son de izquierda?  

No son de izquierda, no quieren ninguna transformación profunda.  No hay cómo entrar en contacto y ellos tampoco necesitaban a personas que “aparentemente” son tan radicales. Digo aparentemente porque la verdad de las cosas es una caricatura la de presentar a la izquierda como algo radical, que poco menos estamos buscando los fusiles. Somos firmes y claros de la necesidad de refundar Chile, con tareas grandes, pero también con objetivos inmediatas.

¿Qué significa refundar Chile? Imagino que avanzar hacia una democracia más profunda. ¿Significa echar abajo la Constitución?   

Absolutamente y nosotros en eso somos muy claros. Uno de los problemas fundamentales es instalar en Chile una Asamblea Constituyente que permita nacimiento de una nueva constitución. A partir de eso vendrán las grandes transformaciones. Esto no significa dejar de lado las pequeñas tareas, entre comillas pequeñas, pero que agobian a la gente al pueblo, como, por ejemplo, el tema del pasaje en el metro. Para nosotros esa famosa tarjeta que plantean para la tercera edad con apenas dos pasajes por día, debería ser de gratuidad absoluta. Hay una cantidad de medidas concretas e inmediatas que hay que enfrentar.

Sin embargo, para los cambios profundos, de renacionalización del cobre y del litio, la democratización de las Fuerzas Armadas para ponerlas al servicio de un proyecto nacional, se requiere una nueva constitución.

Una nueva constitución y reformas que son sustantivas en otros niveles. Yo veo que ustedes se han vinculado con el movimiento NO+AFP, ¿están coincidiendo en lo que expresa este movimiento que ha tenido una gran capacidad de convocatoria?

Coincidimos en gran medida. Claramente nosotros estamos por la superación absoluta más allá de las AFP. Creemos que tiene que haber un plan de acompañamiento de la tercera edad en todo su conjunto. No puede ser de parte del Estado no se resuelvan los problemas de salud, vivienda, recreación y transporte en la tercera edad, que han entregado todo para transforma Chile. Independiente de la AFP, el Estado y la sociedad deberían tener la capacidad de entregar un momento de júbilo a todos los que pasaron los 65.

Podríamos decir que su candidatura representa al pueblo, a los sectores más modestos de la población, yo veo que ha trabajado en Cerro Navia y San Miguel ¿Ese es el mundo que estaría detrás de su candidatura?      

Si bien hay gente del mundo de la academia e intelectuales, los militantes de UPA son fundamentalmente del mundo popular, esa es nuestra gran riqueza. Esto no es en desprecio de otros sectores, por el contrario, nosotros pensamos que necesitamos muchos intelectuales, mucha gente que ponga al servicio sus conocimientos y sus capacidades para un proyecto patriótico y popular en perspectiva socialista.

Hice 32 años clases en Cerro Navia, soy profesor de enseñanza básica y políticamente no deje de militar nunca. Empecé a los 12 años y sigo hasta el día de hoy, pasando toda la dictadura, viendo caer compañeros, salidas fuera del país en forma clandestina, entradas, todo lo que hicimos la mayoría de la gente en aquel periodo.

¿Cuál es su historia al respecto? ¿Qué le pasó con la dictadura?

Yo pertenecía a una organización que en aquellos años no era parte de la Unidad Popular, pero éramos claramente de izquierda. Era del Partido Comunista Revolucionario, PCR se llamaba y era de carácter clandestino. Eso permitió que a muchos de nosotros, que éramos ilustres desconocidos, no nos pasara gran cosa. Yo fui detenido y golpeado dos días después del golpe, pero no fue gran cosa comparativamente con lo que sufrieron otros compañeros. Inmediatamente ingresé a la resistencia para participar desde ahí.

Primero comenzamos a construir la retirada, con el mínimo de costo para todos, y luego la resistencia para crear las condiciones de una salida. Nosotros aspirábamos a una salida totalmente distinta a la que tuvimos. Aspirábamos a toda esa fuerza antifascista que se construyó tuviera como norte un país centrado en la mayoría y no en la misma oligarquía de siempre.

Ustedes han respaldado el proceso venezolano y han solidarizado con los esfuerzos que ha hecho Nicolás Maduro para consolidar una asamblea constituyente, desmarcándose bastante de la posición de otras personas que se identifican de izquierda que se han dejado influir por los medios de comunicación.

Hoy se habla de una suerte de post verdad, que es una industria de comunicación y de manipulación de los grandes medios. Nosotros tenemos claro que la soberanía y la independencia de todo país van en beneficio de su lucha, por eso no estuvimos de acuerdo cuando la gente habló de la revolución libia contra Gadafi.

Estamos también con el pueblo palestino y con Siria, porque podrá discutirse sobre Arafat, pero acá hay un problema central: existe una intervención extranjera e imperialista por derrocar y convertir Siria.

¿Han tenido vínculos políticos con Cuba?

Sí, siempre hemos tenido una buena relación con los cubanos. Nos hemos encontrado esporádicamente con sus delegados, sobre todo cuando vienen a Chile. Algún compañero nuestro también ha ido a Cuba.

De cualquier manera, nuestra posición frente a todos los procesos y a todos los países que tienen soberanía, es de apoyo en líneas generales, es decir, nosotros no nos hacemos cargo de todo y jamás calcaríamos una experiencia de afuera acá porque cada realidad es distinta. Por ejemplo, yo he estado en la República Popular Democrática de Corea y los coreanos no molestan a nadie, no tienen ningún submarino, ni la Séptima Flota en las costas de Estados Unidos, como si lo hace Estados Unidos en el mar de China y las costas con Corea. Ellos tienen acantonado a 50 mil hombres en Corea del Sur, tienen armamento nuclear allí, en Hawai y en Japón apuntando hacia Corea del Norte.

A nosotros nos parece que ese país que se llama República Popular Democrática de Corea es un país que hace un aporte a quienes luchan por la soberanía y la independencia. Es un modelo que obedece a su realidad; un estado de guerra con Estados Unidos que ya lleva más de 65 años.  Allí se trabaja de lunes a jueves, el día viernes es voluntario, las mujeres jubilan a los 50 años y los hombres a los 55 con sueldo completo, hay pleno empleo y la educación, la salud y la vivienda son gratuitas.

Pero cuántos chilenos quisieran tener acceso gratuito a la salud y a la educación, además de una jubilación a los 50 años.

Eso habla de que tenemos simpatía por ellos y los apoyamos porque entendemos que están haciendo un aporte muy grande a la paz mundial, al mantener a Estado Unidos fuera. Ellos no han podido hacer ahí lo que hicieron con Libia, con Irak y lo que tratan de hacer con Siria. Los coreanos saben que si no están armados hasta los dientes perderán todo lo que tienen.

Eduardo Artés es candidato presidencial y quiere llegar a La Moneda, ¿ustedes se proponen también llegar al Parlamento?

Vamos a tener candidatos a senadores en la V Región, a diputados y consejeros regionales  en la V, VI y la Región Metropolitana.

¿Estos candidatos también surgen de las organizaciones sociales?

Sí, todos son compañeros. Algunos son profesionales, pero todos están centrados en una política pone a la gente como protagonista principal en la historia con un discurso unitario. Nosotros entendemos que necesitamos la unidad de todas las fuerzas progresistas y populares, este espacio no es solo para este candidato o los otros que llevamos. Es un espacio popular y amplio. Aquí se necesita mucha inteligencia, mucho cerebro y muchas manos, porque es una tarea de carácter masiva.

¿Cuál es la posición que ustedes tienen sobre La Araucanía, lo derechos del pueblo mapuche y la represión que allí se ha ejercido? ¿Ustedes se han involucrado en este conflicto?

Sí, hemos estado en algunas visitas con los compañeros y tenemos algunos trabajos en Temuco y en la zona, pero lo principal es que planteamos un país plurinacional. Reconocemos la existencia de las distintas naciones, y el derecho que tienen los pueblos originarios a defender su territorio y buscar el autogobierno. Nosotros los acompañamos totalmente con una salvedad, porque estamos por un Estado unitario, en el que podamos convivir todas las naciones que somos parte de Chile. Pensamos que la división ayuda justamente a la oligarquía y al imperialismo.

Pensamos que con nuestras propias particularidades podemos convivir con un país plurinacional donde los pueblos originarios tengan un autogobierno con un espacio territorial, porque sin eso no hay posibilidad de que una nación se exprese.

Hay que ser realistas, es muy poco probable que una candidatura como la suya y tantas más puedan triunfar e instalarse en La Moneda. Hasta aquí, es muy probable que Sebastián Piñera vuelva al Gobierno ¿Qué van hacer ustedes en ese caso? No quiero soslayar el tema de fondo, ¿pero van a  radicalizar la lucha?

Lo primero es que si somos realistas, nos damos cuenta que hoy todo puede pasar en política en Chile y nosotros aspiramos a pasar a la segunda vuelta.

Piñera hace una serie de enjuagues, pero tampoco la tiene todas. La Nueva Mayoría en general está complicada. El Frente Amplio ya tiene como tres fracciones planteadas al interior. Hoy nada dice que no lo logremos nosotros, en la medida que estemos en los medios.

Cuando fuimos a presentar e inscribir nuestra candidatura al Servel, estuvo solamente un canal de televisión y grabó todo, pero después no salió nada ¿Por qué ocurre aquello? ¿Qué miedo hay de que nuestras propuestas sean conocidas?

Lo segundo es que si eventualmente no ganamos -aclarando que esto no es un saludo a la bandera y que estamos trabajando con objetivos claros- habrán cuatro años sin elecciones donde lo que va a mandar en Chile será fundamentalmente la movilización social y popular, por eso que en nuestro discurso planteamos también que tenemos que fortalecer el mundo sindical, poblacional, cultural, porque ellos van a ser los actores fundamentales de los cambios que reclama nuestra realidad.

¿Cómo va a encarar el gasto que significa ser candidato? ¿Tendrán posibilidades de llegar a todo Chile?

Yo viajo el viernes a Coquimbo, voy toda la noche, estoy en Coquimbo todo el día y viajo toda la noche de vuelta con el aporte de los compañeros. Nos apoyamos en la gente y en el pueblo, no tenemos otra posibilidad, aquí no van a estar las empresas.

Pero después puede haber una contribución del Servel…

Sí, pero es una contribución muy mezquina. Nosotros ya hemos tenido la experiencia. El aporte que les entregan a los partidos políticos antiguos es totalmente distinto. A los nuevos, que no tienen representación parlamentaria, les pasan algo que es casi simbólico y te exigen una cantidad de cosas, como un contador y luego una empresa externa que te haga la auditoría del millón de pesos que te pasaron. La empresa te cobra el mismo millón, entonces es un desastre. Sin embargo, los otros partidos, reciben cada tres meses 200 o 300 millones de pesos.





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