Jordi Bertomeu, el sacerdote español que reemplaza a Scicluna

Las complicaciones de salud del Arzobispo de Malta obligaron al enviado del Papa Francisco a ser internado en la clínica de la Universidad Católica y delegar sus funciones en el sacerdote español Jordi Bertomeu.

Las complicaciones de salud del Arzobispo de Malta obligaron al enviado del Papa Francisco a ser internado en la clínica de la Universidad Católica y delegar sus funciones en el sacerdote español Jordi Bertomeu.

Las complicaciones de salud que terminaron con Charles Scicluna en la Clínica de la Universidad Católica por una operación a la vesícula, no son impedimento para detener las labores que evalúan el rol del obispo Juan Barros en los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.

La urgencia médica del arzobispo de Malta obligó a quien oficiaba como notario eclesiástico del caso a asumir la responsabilidad de oír los testimonios: se trata del sacerdote español Jordi Bertomeu, cercano a Scicluna y con quien trabajó en varias oportunidades.

Medios españoles, como Periodista Digital, lo indican como el alumno aventajado de Scicluna. El oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe está encargado de recoger datos, comenzar el contacto con los denunciantes de los casos y, finalmente, emitir el informe de las conclusiones de las visitas.

Dicho punto fue destacado por una de las víctimas de Karadima, José Andrés Murillo, quien durante la jornada conversó con el nuevo representante de la Iglesia Católica en el marco de la investigación. “Por lo que pudimos percibir, monseñor Scicluna y el padre Bertomeu son un equipo bastante cercano y trabajan con la misma mano, pareciera que no hay ningún cambio”, dijo.

Las labores de Bertomeu tienen historia. Son siete años de experiencia que lo posicionan como uno de los opositores a los abusos y, desde la doctrina, lucha contra ello. Sus labores en esa línea incluso lo han llevado a recorrer Latinoamérica, dando cursos a sacerdotes y obispos sobre cómo abordar casos de pedofilia y abusos.

“Yo estoy conforme con lo que pude entregar como información y por la manera en que se me escuchó. Me parece que el padre Jordi está totalmente empoderado y también ha sido muy empático en escuchar, comprender las dinámicas y todo lo que queríamos decir”, destacó Murillo.

Tal como estaba previsto, la agrupación de laicos de Osorno llegó al encuentro con Bertomeu en la comuna de Providencia. El vocero de la agrupación, Juan Carlos Claret, anunció que aportarán con 1.500 páginas de “evidencias relacionadas no solo con el encubrimiento de Juan Barros a Fernando Karadima en la parroquia del Bosque, sino sobre todo con la grave crisis que estamos viviendo en la diócesis de Osorno. Esto corresponde a patrones, según lo han demostrado distintos testimonios que hemos recopilado y que han llegado de manera desinteresada a nuestros correos. Finalmente esto es un patrón no solo presente con Juan Barros en Osorno, sino que también ha sido su labor pastoral en distintos destinos y diócesis de Chile”.

A la salida de la reunión, el vocero de la organización no habló con los medios de comunicación que esperaban su salida, pero en contacto con CNN Chile aclaró que, junto a los sacerdotes, se tomó la decisión de no hacer declaraciones para no entorpecer las investigaciones.

En conversación con la estación televisiva afirmó que es necesario no solo “escuchar con las orejas, sino también con el corazón”, aludiendo al proceso de audiencias sucesivas en los que se busca aclarar el rol del obispo Barros en los abusos cometidos por Fernando Karadima.

Claret también señaló que, pese a que en el derecho canónico no existe la figura del encubrimiento como conducta penalizada, él espera que estas indagaciones sean llevadas teniendo en consideración el daño causado a las víctimas.





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