Ubicado en el norte de La Serena, desde Caleta Hornos hasta Chañaral de Aceitunos en el extremo sur de la región de Atacama, se encuentra el archipiélago Humboldt. La zona cuenta con de los ecosistemas más ricos a nivel nacional, donde destaca la presencia de varias especies por comprender ocho islas en las que se encuentra el 80 por ciento de la nidificación del Pingüino de Humboldt, además de aves marinas, colonias de lobos de mar, delfines, orcas y grandes ballenas.
Esta descripción ubicó este punto del norte de nuestro país en la lista de los sitios marinos de mayor significancia biológica que brindan esperanza al mundo -denominados Hope Spots- por la Fundación internacional sin fines de lucro Mission Blue, la que es liderada por la renombrada oceanógrafa Sylvia Earle.
En conversación con el programa Semáforo, la directora ejecutiva de Oceana, Lisbeth Van der Meer dijo que “en todo Chile hay muy pocos lugares que presentan este nivel de endemismo que se dice que hay. Esta zona también se conoce porque hay un efecto de surgencia y ahí van muchas ballenas, delfines a alimentarse entonces, es una zona que claramente es muy especial, estamos muy felices de que Mission Blue, que es liderada por Sylvia Earle. Haya logrado también identificar esta zona como una de las más importantes del mundo para ser protegidas”.
Pese a la celebrada nominación que fue propuesta por actores locales y científicos, la preocupación de grupos ligados al tema ambiental continúa, esto porque los planes de construcción de megapuertos bajo el alero del denominado proyecto Dominga han despertado las alertas.
Por ello, la representante de Oceana alzó la voz y aseguró que “es realmente inconcebible que todavía nosotros, como chilenos, no hayamos podido poner una figura de protección ahí y lo peor, es que se están tratando de instalar proyectos en ese sitio que, sin duda, están poniendo en peligro este lugar que es reconocido a nivel mundial como el más importante en términos de biodiversidad”.
Actualmente el archipiélago de Humboldt es considerado un laboratorio natural con la oportunidad de estudiar y proteger los mejores ejemplares del ecosistema de bosques submarinos, por ello, el tráfico de grandes embarcaciones generaría un alto riesgo de colisiones con, además de un significativo nivel de contaminación acústica que afectaría negativamente a los mamíferos marinos, peces y especies invertebradas.
Junto a ello, la descarga tóxica en el agua de los motores y de las actividades portuarias generarían un alto impacto en la flora y fauna, lo probablemente reducirían la bio productividad de la zona, una de las más altas de Chile.
Por lo anterior, Mission Blue y sus asociados seguirán los acontecimientos de la zona, de manera paralela, buscarán impulsar la creación de una red de reservas y zonas protegidas en los océanos del mundo que pueden ayudar a recuperar los hábitats marinos que hoy se encuentran críticos tras años de contaminación y sobreexplotación.