“Los resultados de las investigaciones preliminares también revelan que las discusiones por parte de los sospechosos que tuvieron lugar con el ciudadano Jamal Khashoggi durante su presencia en el Consulado saudí en Estambul no fueron como estaban previstas y se desarrollaron de manera negativa originando una pelea entre algunos de ellos y Khashoggi. La trifulca se agravó al intentar ocultar y encubrir lo que realmente sucedió“. De esa manera, y mediante un comunicado de prensa, la Fiscalía General saudí informó en la televisión estatal de ese país que efectivamente el periodista y columnista del diario estadounidense The Washington Post murió en el consulado de ese país en Estambul, Turquía.
Khashoggi se encontraba desaparecido desde el 2 de octubre y fue visto por última vez ingresando al consulado saudí, lugar donde buscaba obtener la documentación necesaria para finalizar su divorcio para posteriormente contraer nuevo matrimonio con su prometida de nacionalidad turca, Hatice Cengiz.
De acuerdo a la información entregada por Arabia Saudita, el periodista murió producto de una violenta discusión con varias personas con las que se reunió en el edificio del consulado. La nota leída en televisión también señala que uno de los sospechosos del crimen viajó hasta Turquía “para reunirse con el ciudadano Jamal Khashoggi, pues existía la posibilidad de que regresara a su país”.
El comunicado desvía la atención de quien ha sido sindicado como responsable mediato de la muerte de Khashoggi, el príncipe heredero Bin Salman, quien ha liderado el país desde junio de 2017. La Riad ha detenido a 18 nacionales saudíes vinculados con la muerte del reportero y se destituyó al general Ahmed al Asiri, ‘número dos’ de la inteligencia saudí.
La Fiscalía árabe ha señalado que los responsables “rendirán cuentas y serán llevados ante la justicia”, mientras el rey Salman decretó la formación de un comité ministerial, presidido por su hijo, con el fin de “reestructurar los servicios de inteligencia, modernizar sus regulaciones, acotar su autoridad y garantizar su adecuado funcionamiento”.
Hasta ahora, el cuerpo del columnista no ha sido encontrado y las dudas sobre su muerte siguen acrecentándose.