Control sobre las Fuerzas Armadas, otra deuda pendiente de la transición

En medio del procesamiento que enfrenta el general (r) del Ejército, Juan Manuel Fuente-Alba, por malversación de caudales públicos debido al uso de 3.500 millones de pesos de gastos reservados, se ha reinstalado el debate en torno al control que el Estado ejerce sobre las Fuerzas Armadas, una fiscalización que, según expertos, es débil y que debe mejorarse lo antes posible.

En medio del procesamiento que enfrenta el general (r) del Ejército, Juan Manuel Fuente-Alba, por malversación de caudales públicos debido al uso de 3.500 millones de pesos de gastos reservados, se ha reinstalado el debate en torno al control que el Estado ejerce sobre las Fuerzas Armadas, una fiscalización que, según expertos, es débil y que debe mejorarse lo antes posible.

Viajes, regalos, fiestas, lujos y pago de gastos personales son parte del destino que el ex Comandante en Jefe del Ejército, Juan Manuel Fuente-Alba, le dio al dinero que utilizó de los gastos reservados. Un uso similar al que hicieron los oficiales involucrados en el fraude de Carabineros y en el Milicogate.

Las sostenidas acciones irregulares que por años se han dado en las Fuerzas Armadas y de Orden dan cuenta de cómo estas se volvieron normales en su interior, tanto así, que nadie denunciaba los usos de dinero.

Frente a esta situación, la cientista política y experta en seguridad, Lucía Dammert, señaló que la normalización de actos ilegales en las Fuerzas Armadas y de Orden demuestra que el Estado de Chile no ha sabido ejercer su control sobre las instituciones, por lo que en su interior se entregan una serie de beneficios, tanto reconocidos como ocultos que, aunque sean incorrectos, no han podido ser eliminados.

Respecto del uso irregular de dinero, la experta sostuvo que si bien son acciones ilegales y que ponen en juego la ética de las personas,muy probablemente esto es una situación que se realizaba históricamente y que ellos asumieron que, si bien estaba fuera del marco legal, era algo aceptado o normalizado, lo que si duda demuestra que uno de los temas pendientes en el proceso democrático chileno es mejorar los controles y una fiscalización de aquellos espacios de discrecionalidad que han tenido en los últimos años”.

Además, la académica de la Universidad de Santiago indicó que “parte de la transición puso énfasis en disminuir la participación de los militares en política, pero la contra cara fue no disminuir muchos de los beneficios, las prebendas y las discrecionalidades institucionales”.

FUERZAS ARMADAS

 

Por su parte, el académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Felipe Agüero, dijo que casos como los del general Fuente-Alba revelan la despreocupación con que la clase política ha actuado frente a las instituciones Armadas y de Orden.

“Es increíble cómo cada vez se conocen más detalles de situaciones como estás, que expresan un hecho que ya todos conocemos, que es la autonomía de las Fuerzas Armadas y las negligencias de parte de la diligencia política y civil de ejercer efectivamente la autoridad y el control sobre las Fuerzas Armadas. Esto es completamente inaceptable y debe llevar a tomar medias drásticas y urgentes de aumento del control y la fiscalización”.

El subdirector del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile comentó que si no se han hecho cambios en esta materia es porque este es un tema que no genera réditos, por lo que las autoridades no han tenido suficiente interés en legislar al respecto.

Agregó también que “hay una especie de cultura que se manifestó en las reformas constitucionales del 2005, que eliminó los senadores designados y la autoridad del Consejo de Seguridad Nacional. Se pensó que con eso ya estaba listo y se dio vuelta la página, pero eso era solo el comienzo superficial de lo que debió ser un programa de largo plazo de reformas, pero esas cuestiones no fueron las prioridades y el resultado es el que está a la vista, si no se ejerce control los supuestos controlados van a terminar completamente autónomos y haciendo uso ilegal de sus disposiciones”.

fuente-alba

 

Sobre qué es lo que se debe hacer para mejorar el control, el académico de la Universidad de Chile dijo que se deben implementar medidas de corto, mediano y largo plazo, sin confiar en que el problema se solucionará solo con cambiar los altos mandos pensando en que los que vendrán serán mejores, ya que el problema radica en la estructura y en el diseño de los mecanismos de ejercicio de la autoridad y del control.

“En Chile se ha hablado durante mucho tiempo de la necesidad de modernizar el Estado, pero quienes han estado impulsando ese discurso, con el que estoy de acuerdo desde cierto ángulo, nunca han hecho referencia a esta parte medular del Estado que son las Fuerzas Armadas. La modernización del Estado hoy debiera partir por la modernización y los mecanismos o sistemas de control sobre las Fuerzas Armadas, eso es hoy lo principal”, indicó, y agregó que sería fundamental poder trabajar en reformar las leyes orgánicas y la Constitución en lo que refiere a la autonomía y funcionamiento de las Fuerzas Armadas y de Orden.

Por su parte, Lucía Dammert señaló que se requiere una revisión completa de las definiciones de desarrollo y funcionamiento de las Fuerzas Armadas, y que no solo basta con cambiar los aspectos administrativos, “sino también todas aquellas cosas que fueron permitidas o asumidas como normales durante todo este tiempo, desde compras de pasajes hasta la autorregulación de las destinaciones internacionales, viáticos. Debe ser de temas macro y micro que tienen que ser parte de una agenda si uno no solo quiere mantener una fuerza más profesional, sino también sujetos al orden del Estado de derecho y bajo las reglamentaciones de cualquier otro funcionario público”.

Agregó que esta tarea es inevitable, por lo que si no lo hace este gobierno, lo tendrá que hacer el siguiente, “pero eso no es algo que se resuelva con una comisión ad hoc interna, ni con una salida específica, requiere de una reforma estructural de cómo el gobierno civil se relaciona con las Fuerzas Armadas (…) La Subsecretaría de Defensa, la reorganización del Ministerio de Defensa requiere ponerle mucho más músculo a los controles civiles, que están definidos, pero que al parecer han funcionado limitadamente”.

 





Presione Escape para Salir o haga clic en la X