Trabajadoras de casa particular: la desprotección laboral se agudiza en cuarentena

Desde distintas agrupaciones del gremio han manifestado su desazón tras despidos irregulares, exigencias en cambio de modalidades de trabajo y la constante exposición a zonas de contagio. "Éramos el pilar fundamental para el desarrollo de la familia y de un momento para otro los empleadores se deshacen de la trabajadora que causará un gasto" dice María Cotal.

Desde distintas agrupaciones del gremio han manifestado su desazón tras despidos irregulares, exigencias en cambio de modalidades de trabajo y la constante exposición a zonas de contagio. "Éramos el pilar fundamental para el desarrollo de la familia y de un momento para otro los empleadores se deshacen de la trabajadora que causará un gasto" dice María Cotal.

“Muchas mujeres que son trabajadores de casa particular y que no tienen cotizaciones previsionales es porque no quieren perder los beneficios de ser carga del marido o tener beneficios que les entregan las municipalidades por ser carentes de recursos”, fue el argumento de la ministra del Trabajo y Previsión Social, María José Zaldívar, para dejar fuera del proyecto de ley de protección al empleo a las trabajadoras y asesoras del hogar que no reciben el pago de sus cotizaciones previsionales.

El comentario de la autoridad no pasó desapercibido y generó molestias en quienes forman parte del gremio y han sufrido de condiciones laborales precarias, tal como han descrito durante años las agrupaciones sindicales de trabajadores de casa particular.

La secretaria de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadoras de Casa Particular (Fesintracap), María Cotal, negó rotundamente la afirmación de la titular del Trabajo. “La gran mayoría de las trabajadoras saben que necesitan su contrato, pero tienen una disyuntiva: o trabajan en esas condiciones o no tienen ingresos para sus familias. La ley dice que la responsabilidad del contrato es del empleador. Si hay una denuncia por no contrato el que asume el costo de esto es el empleador, pero la Ministra insiste en hacer responsable a las trabajadoras”, dijo.

Si bien, las condiciones laborales del gremio siempre se han caracterizado por sus irregularidades (según datos del Ministerio del Trabajo actualmente hay 180.000 trabajadores informales), los problemas se han agudizado aún más con el brote del coronavirus.

MARIA-ZALDIVAR

Ministra del Trabajo, María José Zaldívar.

En las últimas semanas, a raíz de la compleja situación que enfrentan las trabajadoras de casa particular, los sindicatos han recibido diversas denuncias de mujeres que han sido desvinculadas de sus trabajos u obligadas a cambiar su modalidad laboral a puertas adentro o de lo contrario serían despedidas. Por otra parte, un grupo no menor ha sido enviado a sus casas sin goce de sueldo.

La presidente del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular (Sintracap), Luz Vidal, lleva semanas registrando distintas denuncias de despidos, baja de sueldos con la misma carga laboral y cambios abruptos en la forma del trabajo. Pese a que han disminuido en los últimos días, estas situaciones aún generan preocupación.

Pudimos hacer que el tema esté en palestra y que el Gobierno nos considere en sus medidas”, detalló Vidal. Sin embargo, desde otras organizaciones siguen encontrándose con irregularidades.

PRESIDENTA-SINTRACAP

Luz Vidal

“Hemos recibido hartos despidos porque no hay para pagar los sueldos”, comenta la presidenta del Sindicato Nacional Unitario Interempresa (Sinducap), Emilia Solís. La sindicalista agrega que el problema se agudiza tratándose de trabajadoras migrantes de casas particulares.

“La mayoría de nuestras compañeras son migrantes. Entonces es doble la problemática que tenemos porque muchas veces tienen que pagar arriendo, mandar dinero para sus hijos y están totalmente en la calle. Hay compañeras trabajando sin papeles que han tenido que esperar la documentación mientras trabajan; ahora las despiden y quedan nuevamente en la calle”, acusó la dirigenta.

La precariedad de estas condiciones se pone en evidencia al considerar que el grueso de las trabajadoras ejerce sus labores en el sector oriente de la capital, “lugar que presenta la mayor tasa de contagiados de coronavirus y que actualmente se encuentra en cuarentena total”, explicó.

Sobre los cambios en la modalidad de trabajo, Solís agregó que “muchas de ellas trabajan puertas afuera y les han pedido que sean puertas adentro. Hay unas que ellas mismas deciden quedarse para no quedar sin trabajo. Hay trabajadoras que tienen sus hijos aquí en el país y no han podido verlos”.

El pasado 19 de marzo, el Gobierno de Sebastián Piñera, dentro de su agenda de medidas económicas para enfrentar el panorama de la crisis sanitaria, anunció que permitirá el uso del Fondo de Cesantía para quienes no puedan realizar labores por medio de teletrabajo. Lamentablemente, frente a las irregularidades que constantemente afectan al gremio, esta decisión del Gobierno no ayuda a la situación de las trabajadoras.

“La trabajadora para poder sacar esa plata del fondo tiene que firmar un finiquito. La trabajadora quedará cesante, así que si después el empleador no quiere renovar el finiquito queda sin nada. Muchas veces tampoco hay contrato para hacer esto”, explicó Solís.

“Nosotras no tenemos seguro de cesantía. Tenemos un porcentaje (4,11%) por concepto de años de servicio. Aquí volvemos a un gran problema: la mayoría de las trabajadoras no cotizan por el total de su sueldo por las necesidades que tienen; siempre se prioriza. Lo que tienen por ese concepto es mísero”, agregó María Cotal.

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María Cotal

La desprotección que sienten ante estas situaciones y las declaraciones de la ministra Zaldívar han sido tomadas como un insulto al gremio de trabajadoras de casas particulares, como lo han manifestado sus dirigentas.

“Es incomprensible. Hace un mes atrás éramos parte de las familias. Éramos el pilar fundamental para el desarrollo de la familia y de un momento para otro los empleadores corren a deshacerse de la trabajadora que le causará un gasto. ¿Ese así cómo nos ven? ¿Como un objeto desechable cuando para ellos somos una carga o una responsabilidad?”, expresó con molestia María Cotal.

Luz Vidal, al igual que sus colegas, se ven desesperanzadas ante el avance del virus y las condiciones a que sus empleadores las someten, muchos de ellos sin prestar ninguna garantía a quienes han trabajado con ellos por años.

“Pasan muchas cosas por las manos nuestras. Pasa la alimentación de la familia, pasa la seguridad del hogar. Aún nos ningunean, nos basurean. Estamos esperando a lo que resuelva el Gobierno para convocar y hacer un llamado a las compañeras que están en los puntos claves. Porque no hay hogar en este Gobierno que no tenga una trabajadora, no hay ningún funcionario público que no tenga en su casa a una trabajadora”, sentenció Vidal.

Los sindicatos han reunido distintas denuncias y esperan poder canalizarlas hacia algún organismo pero, como han expresado sus dirigentes, no tienen fe que estas se concreten en algo.





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