Primero fue el portaviones nuclear de la marina estadounidense, el USS Theodore Roosvelt. Días más tarde tocó su turno a su par frances, el Charles de Gaulle. Las dos moles capaces de transportar hasta 90 y 40 aviones militares, respectivamente, padecen a su vez las consecuencias de la pandemia. Cientos de marinos que viajaban a bordo han dado positivo a los exámenes de coronavirus.
Los problemas en el Theodore Roosvelt salieron a la luz al final de marzo, cuando el capitán del navío, Brett Crozier, hizo púbica una carta en la que afirmó que los más de 4 000 marinos que trasnportaba el enorme buque estaban en peligro. « La propagación de la enfermedad está en marcha y se acelera », precisió. En un primer momento el Pentágono rechazó la evacuación de la tripulación.
Días después, el 2 de abril, Crozier fue destituido de su cargo, acusado de haber « actuado erróneamente », a decir del Secretario interino de la Armada, Thomas Modly. Al momento de su destitución, Crozier informó que habían 114 casos de coronavirus.
El 13 de abril, mientras que el Theodore Roosvelt estaba en la isla de Guam donde la armada estadounidense tiene una base militar, un primer marino falleció a consecuencia de la covid-19. Desde entonces el número de marinos que han dado positivo a los test de coronavirus ha ido en aumento. Son ya 660 afectados. Más sorprendente, después que la marina examinó al conjunto de la tripulación resultó que 60% de los casos confirmados no presentaban ningún síntoma de la epidemia.
Otra confirmación alarmante. 10% de los marinos que han resultado afectados dieron negativo en el primer test. La detección fue posible porque habían pasado 14 días entre el primer y el segundo test. Justo el tiempo que se estima el virus toma para incubarse.
El gobierno francés promete publicar resultados de la investigación
En el caso del portaviones francés Charles de Gaulle, el número de personas infectadas es de 1 081 sobre un total de 2 300 marinos que viajaban a bordo. De acuerdo con el ministerio de Defensa, ya fueron hechas 2010 pruebas, es decir que aún faltan 200 marinos por examinar.
El Charles de Gaulle viajó a Chipre y después hizo escala en el puerto de Brest. Navegaba sobre el Atlántico cuando se detectaron los primeros casos de contaminación. Una vez atracado en Toulon, Francia, donde se efectuó el desembarque y se le puso en cuarentena a la tripulación comenzó la polémica.
Familiares de los marinos acusaron a las autoridades de no proporcionarles toda la información. El ministerio de la Defensa desmintió formalmente que el comandante de la embarcación sin resultado hubiera pedido poner fin a la misión. Es falso aseguró.
La ministra de la Defensa, Florence Parly, quien el viernes compareció por videoconferencia ante una comisión del Senado francés, se comprometió a hacer públicos todos los resultados de la doble investigación que está en curso, la primera de tipo sanitario, la segunda operacional.
La polémica está lejos de cerrarse, sobretodo después que la directora central del Servicio de Salud del Ejército dijera que es imposible actualmente someter a diagnóstico al conjunto de las unidades militares, ni la generalización de mascarillas.