De enero a octubre de 2020, el turismo mundial sufrió una pérdida diez veces mayor que durante la crisis financiera de 2009. Esta es la conclusión de la Organización Mundial del Turismo (OMT). En el mismo período, registró una caída del 70% en el turismo internacional, lo que se traduce en 935.000 millones de dólares de pérdidas en las exportaciones.
Las repercusiones en el empleo y la riqueza mundial son enormes. En noviembre, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo predijo que la crisis podría resultar en la pérdida de 174 millones de empleos en todo el mundo este año.
Para todo el año, la OMT espera que mil millones de turistas menos hayan viajado al extranjero. Un regreso a 30 años atrás. Esto podría resultar en una pérdida de 2 billones de dólares en el PIB mundial.
Pérdida de divisas
La caída del turismo internacional es fuerte en todas partes. Por ejemplo, en los primeros diez meses del año disminuyó un 69% en África, apenas un poco menos en Europa y Estados Unidos, y un 82% en las regiones de Asia y el Pacífico.
Pero los riesgos son mayores para algunos Estados. El turismo está ocupando un lugar predominante en las exportaciones de ciertos países africanos y pequeños estados insulares en desarrollo, advirtió la ONU en agosto. Los ingresos procedentes del turismo internacional, por ejemplo, representan el 67% del total de las exportaciones de Cabo Verde, y apenas un poco menos en el caso de Santo Tomé y Príncipe. Supera el 30% de las exportaciones de Haití y Mauricio. Por consiguiente, el sector es una fuente de divisas para esos países.
Más allá de eso, puede ser una palanca para el desarrollo de la infraestructura. Sin embargo, las Naciones Unidas han estimado que los proyectos relacionados con los viajes serían una de las principales víctimas de la caída de la inversión extranjera directa este año y el próximo.
Las aerolíneas han sido golpeadas duramente por esta crisis
“Una crisis devastadora e implacable”, resumió Alexandre de Juniac, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Esta prevé que las aerolíneas transporten 2.700 millones de pasajeros menos en 2020 que el año pasado, una pérdida estimada de casi 118.500 millones de dólares para 2020. Y se espera que las cuentas sigan en números rojos el próximo año a pesar de las esperanzas de un repunte; un año 2021 que algunas compañías no pudieron esperar. Más de cuarenta de ellas ya han quebrado según IATA.
Naturaleza y Patrimonio
Y las consecuencias de la caída del turismo van más allá de las pérdidas económicas de las empresas con un impacto en el patrimonio o, a veces, en la naturaleza.
En Francia, por ejemplo, los monumentos históricos están perdiendo más del 50% de su volumen de negocios. A pesar de un aumento de presupuesto del Ministerio de Cultura, la empresa de venta de entradas online Patrivia cree que habrá consecuencias inexorables. Así que el Castillo de Chantilly, normalmente popular entre los turistas chinos, ha lanzado una campaña de donaciones en línea para “salvar el predio”.
La epidemia también está teniendo un impacto en el turismo de la vida silvestre. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) destaca el aspecto positivo de la reducción de la presión de las visitas sobre el ecosistema. Pero el inconveniente es que la caída de los ingresos del turismo, combinada con medidas sanitarias, ha provocado una disminución de la vigilancia y un aumento de los riesgos de caza furtiva.
Oportunidad
Para el año 2021 las previsiones no son demasiado optimistas. La OMT espera un repunte del turismo internacional el próximo año, principalmente en la segunda mitad del año. No obstante, el retorno a los niveles de 2019 podría tardar entre dos años y medio y cuatro años. IATA espera 2.800 millones de pasajeros, frente a los 4.500 millones de 2019.
Para facilitar la recuperación, mientras que cada Estado impone normas diferentes, las aerolíneas piden una generalización de las pruebas de Covid-19. La Asociación de Líneas Aéreas también está elaborando una solicitud de pasaporte sanitario digital.
La recuperación podría ser una oportunidad. La ONU ve esta crisis como una oportunidad para repensar el turismo. Hacia una mayor compatibilidad con los objetivos de desarrollo sostenible. Actualmente, el transporte turístico representa alrededor del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.