Desde el inicio de la pandemia, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha debido enfrentar una serie de críticas por su actuar ante la crisis sanitaria. Los cuestionamientos apuntan, principalmente, a su desconexión respecto de las demandas de los gremios que, desde hace más de un año, han planteado la necesidad de ayudas directas para el sector.
Sin embargo, este miércoles, las y los trabajadores de la cartera llegaron hasta la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados para denunciar una serie de situaciones que se han dado al interior de la institución en el marco de la pandemia y la puesta en marcha del trabajo remoto.
Según los gremios, en este contexto los y las funcionarias se han visto expuestos a situaciones de sobrecarga laboral, lo que los ha llevado a tener jornadas extendidas de hasta doce horas en promedio. A esta realidad se ha sumado la imposibilidad de contar con los equipos tecnológicos adecuados para dar continuidad a las tareas administrativas del organismo.
“La pandemia nos ha golpeado fuertemente, porque ha evidenciado la carencia que hay en la cultura y que no estábamos preparados como cartera para enfrentar la precariedad del sector (…). Queremos que se tomen soluciones sin pasar a llevar a los artistas ni tampoco a los funcionarios y funcionarias, porque la sobrecarga es horrible”, relató Patricia Torres, presidenta de la Asociación Nacional de Funcionarios/as del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Afucap).
“Ya veníamos arrastrando una sobrecarga laboral por los fondos, porque ese es el único mecanismo que tenemos para llegar a los artistas y a los cultores. Entonces, cómo lo hacemos para poder reformular esta situación y que sea una conversación del mundo artístico con el Estado, pero que no se demore porque estamos en un momento de emergencia”, planteó la dirigente en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile.
Según la funcionaria, uno de los problemas que se ha visto acentuado en este momento tiene que ver con la falta de personal para dar curso a los convenios con los artistas que fueron beneficiados por los fondos concursables. En ese sentido, sostuvo que, actualmente, una persona puede estar a cargo de cerca de 600 proyectos, una cifra preocupante si se considera que las recomendaciones establecen que lo ideal es supervisar, como máximo, 120 proyectos.
“Firmar un convenio hoy demoramos mucho. Nos estamos demorando más de la cuenta. Hay una crisis gigante”, comentó.
De acuerdo a lo expuesto por los gremios, esta precarización se hizo evidente durante 2021, cuando los puestos de trabajo se vieron reducidos de 906 a 751 de acuerdo a la ley de presupuesto. A esta realidad, se sumó un alza en las licencias por enfermedades profesionales. Estos permisos se vieron incrementados de un 0,7 por ciento a un 5,3 por ciento al interior de la cartera, según datos de la Asociación Nacional de Funcionarios/as de la Subsecretaría de la Cultura y las Artes (Anfucultura).
“El escenario es complejo. Todo esto impacta en la provisión oportuna de los recursos para las personas naturales y jurídicas que los necesitan. Lo hemos señalado de manera muy insistente: el 50 por ciento de los trabajadores y trabajadoras que se desarrollan en el ámbito privado, gestores culturales, y que financian sus iniciativas por medio de fondos concursables, se encuentra sin ingresos desde el inicio de la pandemia. Esa es la tendencia”, explicó Jorge González, presidente de Anfucultura.
“Esta crisis de trabajo que relatamos necesariamente se relaciona con esta crisis institucional, donde no podemos cumplir como quisiéramos con la misión y la función pública que tenemos de poner a disposición de los ciudadanos, los bienes y servicios culturales y, en este caso, los ingresos para los gestores culturales que hoy lo necesitan más que nunca”, apuntó el dirigente.
Para los y las funcionarias de la cultura esta situación se relaciona al cómo la cultura es percibida por las autoridades. No obstante, señalan que lo más crítico tiene que ver con la imposibilidad de dar curso de manera expedita a los fondos que hoy constituyen una de las pocas formas de subsistencia para los y las trabajadoras de las artes.
“Es importante recalcar que aquí ha existido, de parte del Gobierno y en su momento del ministro Briones, falta de voluntad política para entender esta cuestión (…). En ese sentido, esperamos tener un mayor diálogo con el ministro de hacienda Rodrigo Cerda y poder tener resultados para que los trabajadores puedan hacer sus trabajos en dignidad y para llegar oportunamente a los ciudadanos”, dijo Jorge González.
Así, en lo inmediato y por medio de las conversaciones suscritas a través de la Comisión de Cultura, los gremios buscan dar solución a un tema urgente: sumar a su equipo supervisores de proyectos y revisores financieros. Esto, ya que actualmente existen regiones que no cuentan con estos cargos, lo que dificulta aún más la canalización de beneficios.
Otro aspecto tiene que ver con la discusión, desde ya, de un presupuesto 2022 mucho más fuerte que el de este año. Todo ello con el objetivo de consolidar una institución capaz de dar respuesta a las distintas necesidades del sector de las culturas y las artes.