La primera reunión, a distancia, del Consejo de Seguridad de la ONU, ha sido una suerte de extensión, verbal, del conflicto armado que desde hace casi una semana opone a Israel con el movimiento armado Hamás. El ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riyad Al-Maliki, acusó a Israel de “crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”. Asistimos a una “agresión” contra el pueblo palestino y sus “lugares sagrados”, denunció.
Por su parte el embajador israelí ante el organismo, Gilad Erdan, acusó a sus enemigos jurados, el movimiento armado Hamás de haber “premeditado” la guerra y de querer “tomar el poder en Cisjordania”.
La crisis ha ido subiendo en grado desde su estallido el pasado lunes. Y con ella el número de muertos, en gran mayoría civiles.
“La masacre sigue hoy”, dijo por su cuenta el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al abrir los debates del Consejo de Seguridad. El diplomático de origen portugués exigió “cesar inmediatamente” los enfrentamientos y advirtió que en caso contrario hay el riesgo de “desatar una incontrolable crisis en la región”.
En Roma el papa Francisco advirtió del riesgo de una “espiral de muerte y destrucción”.
Los acontecimientos del domingo parecen darle razón.
La aviación israelí bombardeó sin cesar este domingo la Franja de Gaza causando la muerte de al menos 40 personas, entre ellos al menos ocho niños, la cifra más elevada en una jornada desde que comenzaron los choques el pasado lunes.
“La intensidad de este conflicto es algo que nunca habíamos visto antes”, dijo Robert Mardini, director general del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Decenas de palestinos heridos fueron evacuados hacia Egipto. Tres convoyes transportaron 263 palestinos víctimas de los bombardeos de la aviación israelí, dijeron fuentes locales. La Media Luna Roja egipcia que opera en el Norte del Sinaí informó que desplazó equipos de urgencia médica desde el lado de Egipto hacia Rafah para auxiliar a los palestinos. Israel mantiene desde hace 15 años un bloqueo sobre la Franja de Gaza, controlada por el movimiento armado Hamás.
El Hamás “no calculó bien nuestra respuesta”, declaró el jefe del ejército israelí en Tel Aviv.
Al interior de Israel la situación también es tensa. Un coche que circulaba la tarde del domingo en el barrio de Sheij Jarrah en el este de Jerusalén embistió un grupo de peatones. “Cuatro policías resultaron heridos”, informó la policía local.
Este nuevo ciclo de violencia entre fuerzas desiguales ya causó la muerte de 188 palestinos, entre ellos 55 niños, y más de 1 230 heridos. En Israel, 10 personas han perdido la vida, entre ellos un niño. Hay 282 heridos.