Este sábado 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, y Amnistía Internacional ha decidido lanzar una campaña para visibilizar el hostigamiento y ataque hacia mujeres defensoras del agua en Chile y a la vez exigir que exista un resguardo hacia las dirigentas sociales.
Además, la campaña buscará apoyo del movimiento internacional para exigir protección para las defensoras del agua frente a las amenazas, estigmatización y hostigamiento que han sufrido por años, como también para que se eliminen las barreras y puedan denunciar estos hechos.
“Me han amenazado de muerte”. “Intentaron atropellarme junto a mi hijo”. “Desconocidos han ingresado de madrugada a mi casa, pero curiosamente nunca han robado nada”. “Ya no denunciamos porque sabemos que nadie nos va a proteger”, son algunos de los episodios que relatan defensoras como Verónica Vilches, Carolina Vilches y Lorena Donaire, integrantes de Mujeres Modatima.
Respecto de la situación que viven las defensoras del agua, Ana Piquer, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile, manifestó que “las Integrantes de Mujeres Modatima no sólo deben sobrellevar los ataques y acosos por su lucha, sino que también se encuentran con obstáculos cuando intentan denunciarlos, y cuando efectivamente logran ingresar una denuncia, muchas veces las investigaciones no se llevan a cabo”.
Además de generar visibilización, la campaña insta a la Fiscalía Regional de Valparaíso y Fiscalía Local de La Ligua a que generen canales de denuncia expeditos para quienes defienden los derechos humanos, prestando especial atención a Mujeres Modatima, esto en virtud de que ellas ya han sido víctimas de diversos ataques. A su vez, exige que aseguren que el actuar de la PDI y Carabineros sea coordinado, oportuno y no intimidatorio.
Para Amnistía Internacional esta campaña es crucial porque pone en alerta sobre la particular vulnerabilidad en que se encuentran estas activistas chilenas. Esto teniendo como antecedente, además, que América se sitúa como la región más peligrosa del mundo para quienes defienden la tierra, el territorio y el medioambiente.
“Es imprescindible que se lleve a la justicia a los responsables de los cobardes ataques contra estas defensoras de Mujeres Modatima y se establezcan mecanismos de protección para estas mujeres que mantienen su lucha valiente y necesaria a favor del agua para las comunidades. Su labor es tan importante como el agua que defienden. No las podemos dejar solas.” concluyó Ana Piquer.
Las denuncias
Entre los casos que Amnistía Internacional ha documentado están los de Verónica Vilches, Lorena Donaire y Carolina Vilches, defensoras del derecho al agua.
Verónica Vilches es una mujer campesina, nacida y criada en Cabildo, Provincia de Petorca. Desde la niñez fue forjando su compromiso con la defensa del agua y la naturaleza. A partir de 2015 es la presidenta del sistema de abastecimiento de agua potable rural (APR) de San José de Cabildo; cargo que desempeña de manera voluntaria y que permite abastecer de este vital recurso hídrico a más de mil personas de su comunidad. Verónica Vilches ha relatado a Amnistía Internacional que tras este momento empezó a sufrir mayor vigilancia y acoso.
“En 2017, seis funcionarios de la PDI llegaron a la planta de abastecimiento de agua sin ningún documento. Me insistieron mucho a que hiciera funcionar el pozo y en cada momento tocaban sus armas, parecía que me querían confundir y atemorizar. Más tarde me dijeron que yo, desde ese momento, pasaba a ser imputada por sustraer agua para la comunidad de San José y me hicieron firmar unos papeles”, relata Verónica Vilches.
Sin embargo, según las averiguaciones que hizo Amnistía Internacional en la Fiscalía Nacional, no existe registro de que se haya abierto nunca una causa en contra de Verónica Vilches.
También comenta que es usual que furgonetas y jeep se aposten frente a su casa o en la sede de la APR a gritarle improperios. “Son vehículos con vidrios polarizados y sin patente. Incluso en 2019, cuando me dirigía a la planta de APR con otra operadora por la ruta 35, un jeep plateado casi nos atropelló” añade.
Un año más tarde, Verónica relata que cuando iba de regreso a su casa tras haber estado en la bomba de agua, un furgón de la policía se lanza contra ella. “Yo iba hablando por teléfono con audífonos. Un hombre me habló con tono alto, pero al darse cuenta de que yo hablaba con alguien me pidió disculpas y me solicitó que no comentara nada de lo sucedido. Los vidrios eran polarizados, así que solo alcancé a ver al conductor. Al día siguiente un carabinero de civil llegó hasta mi casa. Nuevamente me pidió disculpas y me solicitó que no contara nada de lo sucedido la noche anterior. Yo acepté en esa oportunidad pensando en proteger a mi familia”.
Otro episodio grave, reciente y que se conoció a través de medios de comunicación, ocurrió el 13 de febrero de este año cuando la planta de agua apareció con un rayado amenazante que decía: “Muerte APR. Muerte Verónica Vilches”. “Tras esto, y sin haber dado ningún tipo de aviso, llegan a mi casa un teniente y dos policías. Vienen a tomar declaración de lo ocurrido. En ese momento me increpan por no haber ido a denunciar. Yo le expliqué que aún estaba en shock. Con todo lo vivido, la angustia y pena, perdí la voz durante unas horas”.
En marzo, la PDI de Los Andes informó a través de un llamado telefónico a Verónica Vilches que el caso sería archivado porque no había pruebas. Sin embargo, otro PDI llega a su domicilio y la cita para que vaya a declarar a la Comisaría de La Ligua. A la fecha, no hay novedades con respecto a la investigación que está en Fiscalía.
Lorena Donaire es madre, profesora y defensora de la tierra. Actualmente vive en La Ligua y es vocera nacional de Mujeres MODATIMA. Lorena relató a Amnistía Internacional que en varias oportunidades ella ha sido perseguida por furgonetas o jeeps con vidrios polarizados y sin patente. También cuenta que ha tenido un automóvil con esas características apostado frente a su casa y que en ocasiones ha detectado drones sobre su patio.
Además, indica que en al menos cuatro ocasiones, sujetos desconocidos han entrado a su hogar, siempre de madrugada y mientras ella estaba en casa junto a sus hijos/as. En ninguna de estas ocasiones ha habido robos. “El último incidente de este tipo que sufrí fue en febrero de este año. Al escuchar los ruidos y forcejeo, tomé todos los cuchillos y me encerré en la pieza junto a mis hijos”. En esta última ocasión, Lorena Donaire menciona que llamó a Carabineros y la respuesta fue que “no tenían furgón para ir a asistirla”.
Lorena alega: “Es habitual que cuando se realizan denuncias nunca obtenemos respuestas ni ayuda. Muchas veces no nos reciben las denuncias, y si una denuncia ingresa a la Fiscalía y prospera, al corto tiempo se cierra por falta de antecedentes. Ya estamos cansadas y no tenemos confianza en los procesos judiciales; pues todo queda en nada”.
Las defensoras del agua de @MujeresModatima son hostigadas, vigiladas, amenazadas, intimidadas y estigmatizadas por su labor.
FIRMA https://t.co/81R7bwGhkk para pedir a @FiscaliaRegionV Fiscalía de la Ligua @PDI_CHILE y @carabdechile 👉🏽#ProtecciónMujeresModatima pic.twitter.com/UGeBsEuf9o
— Amnistía Chile (@amnistiachile) June 4, 2021
Carolina Vilches es madre, geógrafa y recientemente elegida como convencional constituyente. Carolina trabaja además en la Municipalidad de Petorca donde de manera inédita se creó la primera Oficina de Asuntos Hídricos y Ambientales. “Nos encargamos de apoyar los sistemas comunitarios del agua, defendemos el río y hacemos denuncias de irregularidades cuando corresponde”. Esto ha hecho que incluso algunos agricultores de la zona hayan acudido a su lugar de trabajo a presionar para que sea desvinculada por “revolver el gallinero”, según nos relata.
Carolina cuenta que en una oportunidad, una camioneta negra con vidrios polarizados intentó atropellarla cuando iba junto a su hijo de 12 años. “Mi reacción de ese momento fue empujar a mi hijo y lanzarlo a un cerco con espinos. Era eso o lo arrollaban”. Según recuerda, este episodio ocurrió cuando ella y sus compañeras habían hecho denuncias públicas en contra de una empresa de la zona que estaba extrayendo agua de manera indiscriminada.
“No pude hacer la denuncia de lo ocurrido porque no sabía la identidad de la persona que había tratado de hacerme daño. Tampoco anoté la patente, solo me puse llorar”.
Al igual que Lorena, Carolina relata que en una oportunidad desconocidos ingresaron a su casa, rompieron los vidrios y tiraron paltas. Aquí tampoco hubo robo, solo revolvieron las cosas. “Este tipo de ataque y hostigamiento sucedieron después de que descubrimos una tubería ilegal que había en el río Petorca. En esa oportunidad dejé constancia en Carabineros, pero no hubo ni investigación, ni culpables”. Finalmente ella decidió mudarse de casa junto a su hijo por temor a nuevos ataques.
La campaña puede revisarse y ser apoyada a través del sitio web de Amnistía Chile.