Cecilia Concha Laborde: “Si queremos visibilizar el trabajo de los cantores y cantoras, tiene que haber un esfuerzo colectivo"

La cantautora nacional se refirió a su más reciente producción: Cancionera, disco que a través de 17 canciones repasa sus últimos 10 años de carrera. Con letras y melodías que apelan a la memoria, la búsqueda de justicia y la necesidad de mirarnos profundamente, el álbum recoge aquellos temas que han marcado nuestra historia reciente.

La cantautora nacional se refirió a su más reciente producción: Cancionera, disco que a través de 17 canciones repasa sus últimos 10 años de carrera. Con letras y melodías que apelan a la memoria, la búsqueda de justicia y la necesidad de mirarnos profundamente, el álbum recoge aquellos temas que han marcado nuestra historia reciente.

La cantautora nacional Cecilia Concha Laborde recuerda con emoción el lanzamiento de su disco Cancionera, álbum que fue presentado a fines de 2020 y que hoy figura entre las postulaciones de los Premios Pulsar 2022 en la categoría “Mejor Cantautor o Cantautora”.

“Fue un regalo”, dice la compositora respecto de aquella presentación que se dio en medio de la crisis sanitaria. “Primero llegó el estallido y luego la pandemia. Estaba casi renunciando a lanzarlo en vivo, porque no estaban las condiciones y me estaba haciendo la idea de utilizar las plataformas, pero se abrió un espacio mágico para presentarlo: el Anfiteatro del Museo Bellas Artes. Fue como un sueño”, comenta vía Zoom.   

“Tuve casi una semana para preparar el lanzamiento y por suerte lo hicimos, porque 7 ó 6 días después, volvieron a cerrarse los conciertos presenciales. Así que Cancionera se asomó, nació, gritó y volvió a cerrarse todo”, rememora.

No obstante, a casi dos años de ese hito, el disco de la trovadora se vuelve más vigente que nunca. Con letras y melodías que apelan a la memoria, la búsqueda de justicia y la necesidad de mirarnos profundamente, el álbum de 17 canciones también recoge aquellos temas que han marcado nuestra historia reciente. Incluso, apelando a motivos amorosos, tal como lo hace Abrazado a tu amor, su single. 

Cancionera también es el resultado de un largo proceso de creación. Fue grabado en el estudio La Cuerda de Buenos Aires y fue producido en Brasil y Chile. Respecto de ello, Cecilia Concha Laborde comenta: “A propósito del canto y de la música, viajo harto. Y, en parte de esos viajes, de salir a cantar a otros lugares y encuentros, fui grabando y produciendo”. 

CECILIA CONCHA LABORDE

Cancionera recoge canciones de tus 10 años de trayectoria, ¿por qué tuvo que enfrentar un proceso tan largo para que saliera a la luz?  

No sé si fue difícil, pero sí fue un proceso largo, porque ha sido muy disfrutado, pero no ha sido en los tiempos habituales de otros cantores. Este es mi primer disco. Por mucho tiempo, no quise grabar. Quizás esto de partir tardíamente componiendo me dio un ritmo distinto. Escribí canciones cuando era más chica, pero me dediqué al oficio de escribir canciones de manera bastante tardía. Cuando alguien como Violeta ya tenía una obra gigantesca, a mí se me ocurrió empezar a escribir canciones. Todos me decían tienes que grabar y yo no, estoy componiendo, estoy creando, conociendo, recorriendo, cantando en vivo. Estoy en otro momento. Entonces, no fue difícil, pero fue lento. 

¿Por qué te tardas tanto en decidirte por la composición? ¿Qué retrasa ese camino? 

La vida me llevó por los caminos del trabajo social muy intensamente en tiempos de dictadura. Estudiaba trabajo social, era dirigenta y ese fue mi camino de lucha, de resistencia, un camino muy bello que quiero mucho y que no he dejado, porque sigo con una patita ahí. Ese camino fue el que me inspiró a hacer canciones. Entonces, no es que me demorara en componer, sino que fue ese el recorrido que me llevó a componer y creo que fue muy poderoso el que fuese desde allí, porque las canciones tienen un origen y una inspiración que viene de una vivencia muy intensa y muy colectiva. Va más allá de lo que a mí me pueda haber pasado, lo que yo pueda haber vivido, que es muy importante también, pero en este caso tiene ese valor multiplicado. Son las historias de muchos y muchas.

Muchas de las canciones del disco tiene temas que, frente a nuestra historia, se vuelven muy vigentes…

Hace poquito sentí eso, quizás porque el estallido nos permitió remirar todo. Las canciones hacen un recorrido por estos 10 años de trova y hay canciones de cada año, desde el 2010 hasta el año que se grabó la última en 2019, que es la canción dedicada a mi madre que falleció ese año y que era la principal promotora de que yo hiciera un disco. Originalmente, el disco tenía 16 canciones, pero esperé para grabar esa canción en homenaje a ella. Entonces, es un recorrido por lo que ha pasado por estos años. Las canciones tienen vida propia, creo que eso es lo primero que uno aprende: se reactualizan y se reinventan en el contexto de lo que va pasando, porque hay temas que persisten. Desgraciadamente, hay temas que no hemos resuelto.

En ese sentido, ¿cómo te vinculaste con la protesta social de los últimos años? 

Fue inevitable estar presentes. Es una obligación, una responsabilidad y es parte de la vida de uno. Voy a la Plaza Dignidad desde que me acuerdo, desde todas las marchas y protestas posibles y a la Radio Dignidad por supuesto. Somos parte de eso junto a muchos cantores y cantoras. En particular, he participado de ese espacio con el colectivo Violeteras Herencia Rebelde que es un colectivo que reúne a cantautoras mujeres y fue muy importante hacer presencia con el baile, con la marcha, con la palabra, con las canciones.

¿Cómo vislumbras la organización que se ha dado entre mujeres cantoras versus lo que ocurría en dictadura?

No conozco mucho la realidad en vivo y en directo de las cantoras de los ‘80, pero quizás un tema que le da otra dinámica es la orgánica. El tema de las mujeres está mucho más sobre la mesa y en la agenda que hace tres décadas. Siempre se daba que eran varios cantores y una cantora y había varios payadores y una payadora. Era una realidad bien masculina. Abrirse espacios en ese momento era un desafío mayor que hoy. Y este colectivo – Violeteras Herencia Rebelde – busca recoger un poco esa valentía de las mujeres cantoras de los ‘80 que se atrevieron a estar y ocupar espacios que no estaban diseñados ni pensados para ellas. Eso nos une y nos diferencia la virtualidad, la tecnología, las herramientas que hacen posible abrir espacios nuevos sin muchos recursos. Esa es una gran diferencia. Hoy hay muchas posibilidades de generar trabajo de calidad en casa. 

¿Cómo ves el tema de la difusión de la trova en los medios? 

Somos bastante exitistas, entonces, hacemos una apuesta de vida comunitaria que está muy asociada al éxito, a las grandes luces y la parafernalia. Eso hace que el espacio, inevitablemente, sea para pocos. Entonces, si quieres tener un programa exitoso pareciera que tienes que tener siempre a los más famosos y los más famosos hacen cosas bellas también. Cada cual tiene algo que entregar, pero el exitismo te hace poner todo lo que sirva para sumar y en ese método no siempre está lo que necesitamos. Entonces, cuando ponemos el éxito por encima, no estamos poniendo atención a lo que queremos. Si ponemos atención a lo que queremos, estoy segurísima que los programas llevarían a un montón de cantores y cantoras que tienen unos trabajos increíbles de una poesía, de un trabajo musical que sabemos que al público le gusta, porque es una creación que finalmente muestra la historia de ellos mismos. Es un canto que tiene un correlato. Las personas lo van a escuchar y se van a emocionar y se van a reconocer y van a ver a sus hijos, la historia de su mamá, la historia de sus compañeros o compañeras. Estas canciones son nuestras y están hablando de nosotros, nos permiten mirarnos.  Es decir, cuando escuchamos una canción de raíz, una canción urbana de cantoras populares, cuando escuchas trova, el canto popular en todas tus expresiones, finalmente, estás escuchándote, estamos escuchándonos. Esas canciones están contando nuestra historia. Tenemos que escuchar a nuestros cantores, porque ahí está nuestra historia. 

¿Cuál es el camino que seguirá Cancionera?¿Volverán a presentarlo? 

Estamos con varias cosas. Primero estamos subiendo el disco completo a las plataformas, porque me había negado, rotundamente, porque los cantores y cantoras populares tenemos estas contradicciones. El tema de las plataformas es muy complicado por el tipo de contrato y las condiciones que se ofrecen a los artistas. Ahí hay muchos que nos hemos resistido. Yo me resistí todo el tiempo que pude, pero, por conversaciones con cantoras y cantores jóvenes, decidí hacerlo. Al mismo tiempo, estamos programando un concierto para el 29 de abril en la Sala SCD de Bellavista, porque Cancionera sólo tuvo su lanzamiento y nunca más tuvo un concierto presencial. También estamos grabando un cancionero con mujeres cantautoras. Habíamos partido un poco antes del estallido, pero no pudimos lanzarlo. Ahora lo estamos actualizando porque en este tiempo pasaron algunas cosas y esperamos lanzarlo en mayo-junio.

Con ello, ¿se replica un poco la imagen de Viña del Mar cuando recibieron la invitación de Mon Laferte? 

Si, esa invitación fue maravillosa. Creo profundamente que ese es el camino. Si queremos visibilizar el trabajo de los cantores y cantoras en general, tiene que haber un esfuerzo colectivo y en particular. 





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