El analista político, Guillermo Holzmann, aseguró que el contundente triunfo del “Rechazo” en el Plebiscito de Salida 2022, ocasiona, sin duda, una crisis política, pero no para el Gobierno de Gabriel Boric, sino para el Apruebo Dignidad.
En conversación con Diario Universidad de Chile, Holzmann sostuvo que hay aspectos que son importantes de considerar, a raíz de los resultados de la jornada de ayer: “Con el 95,87% de las mesas escrutadas, el Apruebo no gana en ninguna región, de manera que el mensaje es muy claro e imperativo y deja en evidencia que los alcaldes y las autoridades regionales, incluso, locales, asociadas al Apruebo Dignidad, no logran credibilidad. Las comunas que lograron una mayoría del Apruebo estuvieron, prácticamente, en empate con el Rechazo, es decir, no hay ninguna correlación con la votación que se obtuvo en la segunda vuelta presidencial”.
Agregó que resulta destacable que, en los territorios de mayor presencia de pueblos originarios, ganó ampliamente el rechazo, entonces, esa fotografía nos permite decir lo siguiente: el Rechazo no tiene dueño, porque es un sentir ciudadano, respecto de una propuesta constitucional y que más allá del texto que evaluaron, se consideró todo el proceso que estuvo detrás de ese texto que se presentó en el plebiscito”.
Guillermo Holzmann plantea que en esta lectura política que se está dando, hay que tener cuidado y prestar atención, porque “en ese 60%, por lo menos, un 40% no está en la lógica de izquierda o derecha, ni está asociado a la dictadura como respuesta o no al pasado, sino que no es lo que la ciudadanía, el sentido común, esperaba de una propuesta constitucional”.
A juicio del analista político, “la mayor derrota en este plebiscito es para el Apruebo Dignidad que son los mismos componentes que no concurrieron al Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019. Gabriel Boric, en aquella oportunidad del 15 de noviembre se jugó por firmar el documento. En consecuencia, acá hay una crítica muy necesaria, pero también una autocrítica que tiene que estar asociada a la acción y esto significa una modificación en las prioridades en la manera en que quiere llevarse a efecto el programa de gobierno de Gabriel Boric”.
Añade que “la buena noticia es que esto no constituye una crisis política para el país, sino que una crisis política para Apruebo Dignidad, en definitiva, pero también una exigencia para los partidos políticos en términos de que demuestren generosidad para poder avanzar en los acuerdos en forma rápida y no queden sometidos a los intereses particulares de sus líderes o de sus propuestas ideológicas o a los cupos de gabinete que surgirán con el cambio que necesariamente se va a hacer y que tendrá un papel muy relevante el saber quienes se integran o no al Gobierno de Gabriel Boric”.