En la reunión participan los mandatarios de los cuatro Estados parte del Mercosur: el anfitrión, el presidente argentino Alberto Fernández, el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Mario Abdo Benítez. También asisten Luis Arce, presidente de Bolivia, país que por años ha estado y sigue en proceso de adhesión plena al Mercosur; y el presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, quien asumirá al frente del Ejecutivo de su país en agosto próximo. Además, Alberto Fernández traspasa este martes la Presidencia semestral pro témpore del Mercosur a Brasil, en este caso, a su presidente Lula da Silva.
La de hoy es la primera cumbre en la que participan los presidentes de los cuatro países miembros plenos del bloque desde aquel año, pues en 2020 y 2021, las citas se desarrollaron de forma telemática debido a la pandemia de Covid-19. También están presentes en la cita regional los representantes de Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Guyana y Surinam, países asociados al bloque.
Ayer lunes, como antesala a la cita presidencial de esta jornada, tuvo lugar la reunión de cancilleres del bloque, en la que la negociación con la Unión Europea (UE) estuvo en el centro de las deliberaciones. Ello, debido a que se debe consensuar una respuesta conjunta a la carta enviada en febrero por Bruselas conteniendo nuevas pretensiones en materia ambiental, planteamientos que el Mercosur considera inaceptables. Además, esas exigencias son adicionales a los acuerdos ya tomados en 2019 al respecto.
En su discurso al dejar la presidencia pro témpore de la instancia, el mandatario trasandino, Alberto Fernández, afirmó en relación con la Unión Europea que: “Creemos que la profundización del vínculo entre ambas regiones es una acción política importante en un contexto internacional de conflicto e incertidumbre creciente. El Acuerdo también significa una oportunidad concreta en el marco de la reconfiguración de los mapas productivos, de nuevas tecnologías y nuevos empleos que suponen las nuevas cadenas de valor”, indicó.
El bloque sudamericano alcanzó en 2022 el mayor volumen comercial de su historia. Según un informe oficial al que pudo acceder Ámbito Financiero, la compra y venta de bienes con el resto del mundo superó los U$S 752.600 millones. También se recuperan las exportaciones dentro del bloque. Un buen ejemplo de ello es la unión aduanera regional, la que sigue mostrando indicadores que dan cuenta de su relevancia. Luego de una etapa de desaceleración, en los últimos dos años el comercio entre los socios plenos volvió a cobrar impulso y superó en un 38% los niveles alcanzados antes de la pandemida, es decir, pasó de US$ 33.000 millones en 2019 a US$ 46.000 millones en 2022, alcanzando así su nivel más alto desde 2014.
Cerca del 60% de esas exportaciones se concentran en manufacturas industriales, principalmente en sectores de tecnología media, como el automotriz, la metalmecánica y la química, seguido por agroindustria y combustibles. Con estos datos sobre la mesa, uno de los desafíos para la gestión que encabezará Brasil durante el próximo semestre es alcanzar nuevos acuerdos comerciales. A pesar de las dificultades para avanzar en ese sentido, en 2022 el comercio total de bienes del Mercosur con el resto del mundo alcanzó también su mayor valor histórico con un total de US$ 752.600 millones, lo que lo mantiene como un actor de peso en el concierto global.
La Unión Europea ya tomó nota de ello y busca acelerar el convenio que, pese a que fue anunciado con bombos y platillos en 2019, tiene aún “cuestiones pendientes por resolver”. En su reciente visita a Sudamérica, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen lo dejó claro al declarar que desea cerrar el convenio entre las dos partes “cuanto antes, a más tardar a fin de este año”.
Por su parte, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería argentina, Cecilia Todesca, reconoció que “en este nuevo contexto mundial, que es desafiante, el acuerdo tiene mayor valor estratégico del que tenía años atrás”, aunque “hay que actualizarlo y sumarle algunas cuestiones que hagan que el acuerdo sea bueno para los dos bloques”.
Sobre este último punto, los países que integran el Mercosur ponen la lupa muy específicamente en el impacto que tendrá para sus exportaciones el nuevo Pacto Verde Europeo que prevé fuertes penalizaciones arancelarias para los productos que no cumplan con los requerimientos ambientales pautados. La normativa apunta a alcanzar la “neutralidad climática” hacia el año 2050. El plan para promover inversiones en la región por más de US$ 10.000 millones que ofrece la Unión Europea se llama “Global Gateway” y es un programa de financiamiento dedicado a la agenda de desarrollo y de apoyo a las tecnologías verdes.
Una bonita “zanahoria” que no es seguro que los países del Mercosur estén dispuestos a tragar.