Salvar la Amazonía es la consigna

Por primera vez en 14 años los presidentes y ministros medioambientales de los países sudamericanos que comparten la selva amazónica se reúnen para elaborar planes para proteger el ecosistema.

Por primera vez en 14 años los presidentes y ministros medioambientales de los países sudamericanos que comparten la selva amazónica se reúnen para elaborar planes para proteger el ecosistema.

Este martes y miércoles se efectúa en la ciudad brasileña de Belém do Pará la cumbre que reúne a presidentes y ministros de medioambiente de países que comparten el llamado “Bioma Amazónico”, una cita proyectada de alto nivel convocada con el propósito de asumir compromisos políticos enfocados en revertir el deterioro acelerado de la Amazonía y trabajar en su restauración hacia el 2030. La cumbre se realiza en medio de una gran expectación pública por los acuerdos concretos que pudieran tomarse para frenar la destrucción de la mayor selva tropical del planeta. 

Encabezados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, los ocho países de la OTCA, Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (Brasil, Bolivia, Colombia, Guyana, y Perú, Ecuador, Venezuela y Surinam) discutirán estrategias contra la deforestación, el crimen organizado y políticas de desarrollo sustentable posibles de aplicar en esta vasta región, que alberga alrededor del 10% de la biodiversidad del planeta. “Nunca una cita ha sido más urgente que ésta -afirmó Lula- tenemos que preservar (la Amazonía) no como un santuario, sino como una fuente de aprendizaje para la ciencia del mundo entero, para hallar una forma de preservarla generando una economía que permita que los pueblos que viven aquí puedan hacerlo dignamente”, dijo Lula durante el acto oficial de inauguración al recibir a sus colegas y a las representaciones ministeriales.

No obstante, la OTCA es una alianza que se ha reunido apenas tres veces en sus 45 años de existencia. Por ello, Lula expresó la esperanza de que la cumbre dé lugar a medidas eficaces y de amplio alcance. “Nunca fue tan urgente reanudar y ampliar la cooperación. Es el reto de nuestra era y las oportunidades que surjan exigirán acción conjunta”, dijo Lula al inaugurar el evento. La Amazonia ocupa una extensión el doble de la India, y dos tercios de su territorio se encuentran en Brasil. Otros siete países y un territorio comparten el tercio restante. Asisten los presidentes de Colombia, Perú y Bolivia, el primer ministro de Guyana, el vicepresidente de Venezuela y los ministros del Exterior de Surinam y Ecuador.

La destrucción masiva de la selva amazónica es un desastre climático, tal como lo reconocen los ocho países presentes en la cumbre que firmaron el acuerdo climático de París, que obliga a los a quienes lo signan a fijar metas para la reducción de las emisiones de gases de invernadero. Pero en lo concreto, las medidas comunes prácticamente no han ido más allá. Tanto que el crimen organizado está saqueando   bosque virgen y talándolos para provecho de grandes e inescrupulosos estancieros a los que tan sólo les mueve el afán de lucro. Para peor, la vigilancia policial en las fronteras es escasa, lo mismo que la cooperación internacional contra cárteles rivales que se disputan las rutas del narcotráfico. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), tan sólo en junio pasado la incautación de droga  aumentó exponencialmente en Colombia, Brasil, Bolivia y Perú. 

Otro botón de muestra: la tasa de homicidios en municipios de la Amazonía duplican e incluso triplican los ya altos niveles que presenta cada nación, de acuerdo a Rob Muggah, fundador del Instituto Igarape, que estudia los problemas de seguridad. Tanto así que los traficantes han derivado al lucrativo negocio del “narco-deforestación”, que no es otra cosa que el lavado de dinero mediante la agricultura, así como el financiamiento y logística para hacer prospección ilegal de oro que, lo que destruye la selva y envenena las aguas, dice el informe de ONUDD.

Este es el segundo intento de Lula de conformar un bloque amazónico. El primero fue la cumbre anterior en 2009, durante su primera presidencia, pero se le sumó un solo presidente más de la región, el guyanés Bharrat Jagdeo. También asistió el otrora presidente francés Nicolas Sarkozy. Entonces, como ahora, el objetivo era presentar una Amazonía unida durante la conferencia climática anual de la COP en Copenhague. Pero ese intento fracasó.

“El contexto es totalmente distinto hoy”, dijo la ministra de Ambiente y Cambio Climático brasileña Marina Silva a la Associated Press. “El presidente Lula está resuelto a que esta cumbre no sea solo un evento más sin resultados verdaderos para las decisiones que se tomen aquí”, afirmó.





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