El líder catalán Carles Puigdemont pidió una amnistía para independentistas catalanes como condición para negociar el eventual apoyo a la investidura del socialista Pedro Sánchez como jefe del nuevo Gobierno español.
En una conferencia de prensa en Bruselas, el expresidente dijo que una ley de amnistía, el reconocimiento y el “respeto a la legitimidad del independentismo” catalán, el abandono de las acciones judiciales contra los independentistas, y la creación de un mecanismo de verificación del cumplimiento de los acuerdos son las condiciones previas para que su formación política inicie las negociaciones para la investidura del próximo gobierno de España.
Asimismo, Puigdemont recalcó que dichas condiciones, que no son contrarias a la Constitución, hoy día “no se dan”.
El expresidente catalán consideró que “no parece” que el líder del derechista Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, tenga los apoyos suficientes para ser elegido en primera o segunda votación. “Tampoco los tiene el actual presidente (Pedro Sánchez) ni el bloque de sus socios parlamentarios de los próximos cuatro años”.
“Por tanto, España se ve confrontada ahora mismo a uno de sus dilemas que no siempre ha resuelto bien: o vive en el bloqueo que podría cronificar la confrontación entre los dos bloques ideológicos que han polarizado las últimas elecciones, o bien, pacta”, aseguró.
Ante tal disyuntiva, Puigdemont pidió un “acuerdo histórico” antes de negociar la investidura, que incluya tres grandes condiciones. La primera, dijo, es “reconocer y respetar la legitimidad democrática del independentismo”. En ese sentido, Puigdemont dijo que la segunda condición es una ley de amnistía “que incluya el amplio espectro de la represión iniciada desde antes de la consulta del 9-N (noviembre) de 2014”. Afirmó que ello es responsabilidad del Gobierno en funciones, a través de la Fiscalía General del Estado y de la Abogacía del Estado.
“Se tiene que hacer para reparar una injusticia, no para olvidar ni para poner un punto final ni, por supuesto, para igualar a las víctimas de estas injusticias a sus victimarios”, precisó.
Por último, Puigdemont pidió la creación de un mecanismo de verificación del seguimiento y cumplimiento de los acuerdos, porque “la total falta de confianza entre las partes hace que este mecanismo sea imprescindibles y que deba operar desde el inicio de las negociaciones”.
“Nuestra experiencia nos impide tener ninguna confianza en la palabra que nos den y sería una irresponsabilidad emprender una negociación de futuro que no cuente con este mecanismo”, apuntó el expresidente.
Puigdemont aseguró que no le inspira “el ánimo de revancha personal o partidista”, porque de haber sido así, aseguró, no hubieran apoyado el acuerdo para la formación de la mesa del Congreso, que dio la presidencia del órgano a Francina Armengol. “Ahora mismo nada hace pensar que la necesidad de apoyo parlamentario sea suficiente como para empujarles (al PP y PSOE) a un acuerdo histórico en el que las viejas naciones sean reconocidas y dispongan de todos los derechos inherentes a su condición”, dijo Puigdemont.
“No parece que tengan que hacerlo ahora simplemente porque necesiten el voto de siete diputados. ¿O si? O realmente pueden hacer de la necesidad virtud?”, se preguntó.
Por su parte, el expresidente socialista Felipe González criticó con dureza la reciente reunión de la líder de Sumar, Yolanda Díaz, con Puigdemont, así como la posibilidad de que haya una amnistía, y ha afirmado que no le gusta la mayoría progresista que intenta aglutinar Pedro Sánchez para ser investido y dijo estar más preocupado que antes por el futuro de la situación política en España.