Preocupación internacional han generado una serie de ataques en el sur del Líbano, perpetrados por Israel, en contra de la milicia chií, Hezbolá.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el analista internacional y académico de nuestra casa de estudios, Gilberto Aranda, aseguró que “el golpe inferido por Israel respecto de los beepers, los buscapersonas y los walkie-talkies, es bastante novedoso”, a pesar de que se han visto otros mecanismos similares por parte de ese país.
“Todo esto es una preparación de una antesala que sí tiene símiles, como la operación llamada Paz para Galilea en 1982, donde Israel creó una franja de seguridad en el sur del Líbano. Pareciera ser que estamos en la antesala de un movimiento de esta magnitud, sobre todo si tenemos en cuenta las amenazas de Benjamín Netanyahu, quien está diciendo que si Hezbolá no entiende el mensaje, pues lo recibirá de todas maneras. Sobre todo por las advertencias que circulan en hebreo y en árabe respecto a llamar a la gente a salir inmediatamente del sur del Líbano”, dijo.
“Eso hace prever la inminencia de un ataque terrestre israelí con un guion no muy distinto a lo que ocurrió después de los ataques de Hamás en el sur de Israel”, añadió.
Por otra parte, respecto al efecto que estos ataques tendrán en los procesos de negociación entre Israel y sus adversarios, Aranda afirmó que “la paz parece muy lejana en esta zona”.
“El cese de hostilidades se ve lejísimo, las informaciones hablan de alrededor de 41 mil muertos en la Franja de Gaza, una cifra enorme. Yo diría que lo que tenemos más bien, al contrario de un cese de hostilidades, es la posibilidad de una expansión del teatro de operaciones, ya no solamente remitido a la Franja, sino que incluyendo el sur del Líbano. Así como la potencialidad, y este es el escenario más terrible, de que esto se expanda a una guerra regional”, detalló.
“Si Hezbolá es atacado en forma directa siempre está la posibilidad de que Siria y sobre todo Teherán se involucren”, advirtió.
El académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile además abordó el rol de Estados Unidos en el conflicto. Pese a que reconoció que el papel de dicho país “es muy importante en la zona”, Aranda apuntó a que “no estamos en ese liderazgo único y exclusivo, hegemónico de los años 90 o principios del siglo XXI”.
“Aquí hay otros actores que pueden ayudar mucho a destrabar la situación y que pueden presionar en uno u otro sentido. De todas maneras, Estados Unidos tiene un vínculo especial con Israel, por su comunidad judía doméstica, por el lobby que ya es conocido que ejerce esta comunidad en el aparato decisional de Estados Unidos y puede de alguna manera jugar un papel muy especial respecto a presión, convencimiento, incidencia, en lo que es el Gobierno de Israel”, estimó.
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