Donald Trump y Hillary Clinton son los grandes ganadores de esta nueva ronda de primarias. En ninguno de los sectores parecen existir amenazas para sus nominaciones.
El polémico magnate Donald Trump y la ex jefa de la diplomacia de Estados Unidos, Hillary Clinton, se impusieron en las primarias cruciales del llamado Supermartes en el que votaban más de diez estados del país. Los dos favoritos vencieron en siete estados. Pero ni Ted Cruz, ni Marco Rubio, del lado republicano, abandonan la carrera. Del lado demócrata en cambio, el socialista Bernie Sanders parece distanciado.
Donald Trump y Hillary Clinton pueden consagrarse, este martes, como favoritos para disputar las elecciones presidenciales en Estados Unidos, si resultan vencedores en las elecciones primarias que se desarrollan, en simultáneo, en 12 Estados de la unión. Por lo mismo ambos comandos comienzan a preparar una campaña donde el tema racial será clave.
El establishment republicano trata de rescatar la atención del público a medida que la ira y la irreverencia de Trump seduce a más votantes.
El próximo desafío es en Carolina del Sur, ahí el republicano y el demócrata deberán confirmar sus triunfos si quieren alcanzar la Casa Blanca.
El primer caucus estadounidense confirma la subida del senador Sanders, justo detrás de Hillary Clinton. En el campo republicano, Donald Trump tiene resultados decepcionantes, a favor de Ted Cruz y de Marco Rubio.
Donald John Trump es un bribón de los negocios, un ladino que se presenta como un empresario dotado de consumado olfatillo comercial, pero que no duda en utilizar las quiebras como un trampolín para iniciar nuevos negocios. Ha reconocido abiertamente que las leyes de bancarrota estadounidenses le han servido como una herramienta de negocios, ya que reestructura sus deudas y sigue creciendo. Es el pícaro, el que se salta las leyes si eso implica “avanzar, desarrollarse y conseguir sus objetivos”
El candidato del Partido Republicano y la carta de los Demócratas son, por ahora, las principales figuras para las respectivas primarias. Mientras Trump insiste en un discurso frontal y provocador que busca captar votos ultraconservadores, Hillary Clinton parece no tener competencia.