El claro triunfo de la izquierda griega tiene dos lecturas: la persistencia en la porfía de los griegos ante las imposiciones de Alemania y la Troika, o la resignación que consagra el matrimonio entre Tsipras y las políticas de ajuste. Una cosa está clara: la épica esta vez estuvo muy lejos de la del pasado 25 de enero.
Los griegos vuelven a las urnas por tercera vez este año, esta vez para las elecciones legislativas anticipadas. El ex primer ministro Alexis Tsipras y el conservador Vanguelis Meimarakis son los dos favoritos para ganar estos comicios que se anuncian muy parejos entre ambos contrincantes. De cualquier modo, el vencedor de las urnas deberá ejecutar el tercer rescate financiero y aplicar nuevos recortes.