El proyecto de Codelco no sólo genera expectativas por una mayor producción del metal y mejores ingresos para el Estado. También cuestionamientos legales, económicos y medioambientales. Desde la estatal anuncian un aumento de la producción anual a 600 mil toneladas de cobre fino. Sin embargo, los negativos efectos que esto tendría en los glaciares, en el uso de aguas y en la producción agrícola del Valle del Aconcagua mantienen en alerta a las comunidades y también a los expertos.
Durante la última década, Chuquicamata pasó de ser un símbolo de la extracción cuprífera en Chile a una de las divisiones que genera menores ingresos para Codelco. Para trabajadores y expertos, una seguidilla de malas decisiones y la inexperiencia de la plana directiva han agudizado esta situación, la que también refleja la crisis generalizada de Codelco.
La ONG Chile Cobre denunció, ante el Consejo de Defensa del Estado, una manipulación de cifras y precios en la cuprífera estatal. “A las transnacionales les conviene que los resultados de Codelco se vayan para abajo”, dijo el economista Julián Alcayaga.
El accidente sufrido por un avión F-16 en Antofagasta reabre el debate sobre el gasto en armamento del país y la verdadera necesidad de comprar armas, considerando que un conflicto bélico está lejos de producirse. Analistas apelan a razones políticas y de posicionamiento internacional por las cuales el Estado chileno está invirtiendo en armamento mucho más de lo que debería.
Siguen las reacciones por el anuncio de Gobierno, que destinará mil millones de dólares a la capitalización de Codelco. Este monto proviene de utilidades en la compra de acciones a Anglo American, algo objetado por distintos actores. El director ejecutivo, Thomas Keller, llegó a la comisión de Minería del Senado, y ambas partes manifestaron su desacuerdo.
El cobre anotó su cuarto día consecutivo al alza, derivado del cierre de la segunda mina más grande del mundo en Indonesia. Por otro lado, investigaciones hablan del grafeno como material que lo remplaza. Ante este fenómeno, el debate gira en torno al real estado de su demanda internacional, y los recaudos que el Estado debe tomar en función de anticiparse a lo que se ha llamado “el fin de un ciclo exitoso”.
La producción de los yacimientos explotados solo por la firma estatal cayó un 5,1 por ciento en 2012 y registró las peores cifras desde 2008. De acuerdo a la empresa, esto se explica por la menor ley del mineral. Sin embargo, desde otros sectores apuntan a la mala gestión de la actual plana ejecutiva.