El 22 de mayo de 1960, a las 15:11 horas, un ruido subterráneo rompió la quietud dominical de las y los valdivianos. En pocos segundos, el temblor se convirtió en el terremoto de mayor magnitud registrado en la historia: 9,5 en la escala de Richter.
Terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, aluviones e incendios forestales, como los que ha sufrido el país en las últimas semanas, son algunos de los eventos devastadores para los cuales es necesario estar preparados y minimizar los riesgos.
El estudio que cuenta con la colaboración del Centro Sismológico Nacional (CSN) busca disminuir los tiempos de reacción ante la posibilidad de una situación de alarma.
El Proyecto de Observación Submarina de Terremotos (POST), liderado por científicos del centro de investigación francés Géoazur, en colaboración con el Centro Sismológico Nacional, ya inició la primera etapa de experimentación al utilizar uno de los filamentos del cable de fibra óptica submarina Prat de Gtd como sensores sísmicos.
Tras casi 10 años de tramitación, este 2021 se proyecta la implementación de la ley que sustituirá a la ONEMI por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres. Investigadores de la U. de Chile alertan que, dado el tiempo de tramitación, “existen aspectos que no han sido abordados de acuerdo al panorama actual”.
En nuestro programa Rocadictos, la periodista Luz Fariña junto a los panelistas Valentina Flores, Rodrigo Fernández y Daniel Díaz conversaron con el académico del Departamento de Geofísica Sergio Ruiz sobre los terremotos lentos y otros avances de la sismologia nacional.
En entrevista con Radio y Diario de la Universidad de Chile, el académico del Departamento de Geofísica de nuestra casa de estudios, Sergio Ruiz precisó que se ha establecido una diferencia entre terremotos y megaterremotos, este último con una frecuencia promedio de dos por siglo.
En el marco de la celebración del Día Internacional para la Reducción de Desastres, cabe reflexionar respecto a la falta de una política pública que incorpore la comprensión local del riesgo para así avanzar en reflexionar sobre prevención, mitigación, emergencia y reconstrucción. En 2015 y por ausencia de medidas concretar, el país invirtió 3100 millones de pesos.