El viernes 31 de enero pasado, en el Festival de Folklore de San Bernardo, fue la última actuación pública de Raquel Barros junto a la Agrupación Folklórica Chilena que lleva su nombre.
La investigadora falleció en la madrugada del lunes, luego de permanecer hospitalizada en el Instituto de Neurocirugía y en el Hospital del Salvador, por una caída que sufrió en la tarde del pasado jueves en su casa de la comuna de Vitacura.
Nacida el 2 de diciembre de 1919, Raquel Barros realizó una vasta labor de investigación en torno al folclor chileno, la cueca, el canto a lo poeta y otras manifestaciones.
En 1952 fundó la agrupación folclórica más antigua de su tipo en el país. Seis años más tarde se incorporó al Instituto de Investigaciones Musicales de la Universidad de Chile y luego al Departamento de Música de nuestra casa de estudios, de la cual fue vicedecana y decana subrogante también, en la Facultad de Ciencias y Artes Musicales.
Ahí entró en contacto con destacados investigadores, como Eugenio Pereira Salas, Carlos Lavín y Manuel Danneman, con quien desarrolló algunos de sus trabajos más relevantes.
Su labor docente se extendió en años más recientes a municipios de comunas como Recoleta, Lo Prado y Talagante.
Para Florángel Oberg, directora de la Agrupación Folklórica Chilena Raquel Barros desde hace 25 años, este perfil académico es justamente el que distingue su trabajo de recopilación e investigación de otros aportes, como los de Gabriela Pizarro y Margot Loyola: “Ella no fue intérprete, es lo que la diferencia de las otras dos grandes maestras. Siempre se dedicó a la investigación, fue académica al cien por ciento. La difusión, la enseñanza y la investigación también las tienen Margot y Gabriela, pero ella fue una académica”, enfatiza.
Florángel Oberg, quien conoció a Raquel Barros en 1970 como una de sus alumnas, recordó que hasta el domingo “estaba muy bien, se reía, estaba jugando cartas, conversamos harto y estaba muy lúcida”.
“Es una pérdida no solo para nosotros, sino también para el país. De las grandes, ya nos va quedando solo Margot Loyola”, añadió.
A los 94 años, Raquel Barros continuaba trabajando con su agrupación y supervisaba los bailes que ésta preparaba. Hasta la semana pasada estaba enfocada en un montaje basado en el folclor de la Patagonia, en conjunto con el investigador Osvaldo Cádiz y algunos integrantes de Palomar, el grupo que éste dirige junto a su mujer, Margot Loyola.
El folclorista aseguró que el legado de Raquel Barros es “la seriedad y profundidad de su trabajo, basado en el punto de vista de la antropología. Nada dejado al azar, un análisis profundo del vestuario, de los accesorios, de la puesta en escena, de absolutamente todo. Cada puesta en escena de la agrupación es un ejemplo a seguir. Fue el primer conjunto de tradición folclórica, el primero que tomó nombre de agrupación, y siempre ha hecho un trabajo serio y profundo. Eso fue lo que marcó Raquel”.
“Nos golpea muy fuerte la noticia”, agregó Osvaldo Cádiz, quien sostuvo que “Chile va a quedar en deuda con Raquel Barros, porque debimos hacerle grandes homenajes que no le hicimos”.
Una opinión similar manifestó el musicólogo Luis Merino, quien la conoció durante sus años en la Universidad de Chile: “Era una persona de gran vitalidad, curiosidad, creatividad y proactividad, así la recuerdo. Para ella nunca existían problemas, siempre los enfrentaba para solucionarlo, con ese espíritu la conocí y la recuerdo. En los últimos años se produjo un cierto olvido público de ella -aunque no entre quienes eran más cercanos- que Raquel no merecía por todo lo que había hecho. Como que su nombre desapareció de la escena sin que ella lo mereciese”, afirmó.
Los funerales de Raquel Barros se realizarán este martes en el cementerio Parque del Recuerdo, luego de una misa programada para las 10:30 horas en la iglesia Inmaculada Concepción de Vitacura.