Rusia: Asesinato a las puertas del Kremlin

Si bien Nemtsov no podría considerarse un líder opositor que aglutinara adhesiones masivas – no figuraba en la lista de candidatos con opciones para disputarle el poder a Putin - sus críticas eran escuchadas y debidamente amplificadas en el exterior, pues eran las mismas que se emitían desde las cancillerías de Londres, Paris, Bruselas y lógicamente Washington. Autoridades de Moscú e informaciones periodísticas, que se remontan al año 2011, ya señalaban que Nemtsov era un hombre vinculado estrechamente al Departamento de Estado norteamericano, indicando que eran frecuentes sus encuentros con el Embajador de los Estados Unidos en Rusia Michael McFaul aprovechando sus coincidencias respecto al conflicto en la región del Dombas (este de Ucrania).

Si bien Nemtsov no podría considerarse un líder opositor que aglutinara adhesiones masivas – no figuraba en la lista de candidatos con opciones para disputarle el poder a Putin - sus críticas eran escuchadas y debidamente amplificadas en el exterior, pues eran las mismas que se emitían desde las cancillerías de Londres, Paris, Bruselas y lógicamente Washington. Autoridades de Moscú e informaciones periodísticas, que se remontan al año 2011, ya señalaban que Nemtsov era un hombre vinculado estrechamente al Departamento de Estado norteamericano, indicando que eran frecuentes sus encuentros con el Embajador de los Estados Unidos en Rusia Michael McFaul aprovechando sus coincidencias respecto al conflicto en la región del Dombas (este de Ucrania).

El Río Moskova y el viejo puente de piedra que cruza este cauce – el Bolshoy Kamenny – a unas pocas decenas de metros del Kremlin y de la mítica Plaza Roja moscovita, fueron mudos testigos del asesinato del político opositor ruso Boris Nemtsov.

Boris Yefimovich Nemtsov de 55 años, doctor en ciencias físico-matemáticas y ex viceprimer ministro durante el Gobierno de Boris Yeltsin, además de primer gobernador de una de las ciudades más grandes de Rusia, Nizhny Novgorod entre los años 1991 y 1997, fue ultimado , el viernes 27 de febrero a las 23:30 horas, con cuatro disparos efectuados a quemarropa mientras caminaba acompañado por la modelo ucraniana Anna Duritskaya.

Una semana después, el día 7 de marzo y producto de lo que las autoridades rusas denominaron “una investigación conjunta entre varios cuerpos de seguridad de Rusia” fueron detenidos en la república Rusa de Inguchetia (en el Cáucaso Norte) cinco sospechosos de haber cometido el asesinato de Nemtsov. Todos ellos de origen checheno: los hermanos Anzor Gubáshev y Shaguid Gubáshev, Tamerlán Eskerjánov, Ramzán Bajáyev y Zaur Dadáyev – ex agente de las fuerzas especiales chechenas.

Datos más precisos sobre este acusado, entregados por la policía rusa señalan que Zaur Dadáyev, era comandante adjunto de un batallón del Ministerio del Interior de Chechenia y habría reconocido su crimen ante la jueza Natalia Mushnikova alegando que lo habría cometido en virtud de las ofensas que el político ruso emitió contra el islam y por su apoyo al semanario francés Charlie Hebdo. Para Iliá Yashin, dirigente del Partido Republicano, del que Nemtsov era copresidente sostiene que la denominada pista islamista es absurda: “La suposición de que Nemtsov fue asesinado por musulmanes radicales, por sus palabras negativas sobre el islam, devenida en la versión oficial de la investigación, es una tontería. Para mí está claro que esa versión es el resultado del encargo político del Kremlin”

Más allá de la versión judicial, la autoinculpación de uno de los detenidos y las sospechas respecto a la veracidad de lo sostenido, noticias emanadas de medios de comunicación y el Consejo de Derechos Humanos Ruso han señalado que Dadáyev se desdijo el pasado miércoles 11 de marzo de su autoinculpación, afirmando que las efectuó bajo torturas. El propio líder checheno, Ramzan Kadirov, salió en defensa de Dadáyev sosteniendo que su trabajo en las Fuerzas Especiales chechena eran un claro compromiso con la seguridad rusa: “Dadáyev es un auténtico patriota que no podría dar un paso en contra de Rusia”

Previo a estas detenciones, la prensa opositora a Vladimir Putin y los medios occidentales se hicieron eco de las primeras sospechas frente al asesinato de Nemtsov, señalando que se estaba frente a un asesinato por encargo y el responsable en último término era el Kremlin, para quien Nemtsov representaba un peligro con sus críticas a Moscú por el tema ucraniano acusando a Putin de alentar la guerra contra Kiev y que la anexión de Crimea era ilegal. El Presidente ruso también habló, en primera instancia, de un asesinato cuyos responsables buscan alentar la división entre los rusos y fomentar las sospechas contra el Kremlin, “este cruel asesinato, sostuvo Putin, tiene todos los indicios de haber sido encargado y de tener un carácter exclusivamente provocador y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que los organizadores y los autores materiales sean debidamente castigados”.

La creación de un mártir

Si bien Nemtsov no podría considerarse un líder opositor que aglutinara adhesiones masivas – no figuraba en la lista de candidatos con opciones para disputarle el poder a Putin – sus críticas eran escuchadas y debidamente amplificadas en el exterior, pues eran las mismas que se emitían desde las cancillerías de Londres, Paris, Bruselas y lógicamente Washington.

Autoridades de Moscú e informaciones periodísticas, que se remontan al año 2011, ya señalaban que Nemtsov era un hombre vinculado estrechamente al Departamento de Estado norteamericano, indicando que eran frecuentes sus encuentros con el Embajador de los Estados Unidos en Rusia Michael McFaul aprovechando sus coincidencias respecto al conflicto en la región del Dombas (este de Ucrania).

Para la BBC de Londres Boris Nemtsov “a pesar que no era considerado un nombre popular e importante, su asesinato causó una fuerte conmoción en el país”, recordando que este político si bien tuvo participación en el gobierno de Yeltsin, sus aspiraciones presidenciales quedaron enterradas tras la crisis del año 1998, que significó también su salida del gobierno “de ahí en adelante todo fue cuesta abajo”, señala la BBC.

El año 1999, Nemtsov fundó la Unión de las Fuerzas de Derecha, junto a otros liberales como Anatoly Chubais y Yegor Gaidar. Al principio, este grupo obtuvo un moderado éxito electoral alcanzando el 10% en las elecciones legislativas de diciembre del año 1999. Posteriormente, la actitud del partido frente a Vladimir Putin, que pasó de apoyo condicionado a oposición abierta, le hizo perder muchos seguidores. “En las elecciones de 2003, el SPS falló en su intento de lograr el 5% de los votos necesarios para entrar al Parlamento. Entonces, Nemtsov renunció como líder del SPS y siguió su carrera en la empresa privada, mientras intentaba reunir a los liberales rusos. Y fue allí donde se convirtió en un rostro familiar de la oposición en 2011, pero estaba un poco fuera de la primera plana de la política en los últimos años”, concluye el análisis de la BBC.

Por otra parte, para los dirigentes del movimiento antimaidán en Rusia, el asesinato de Nemtsov hay que entenderlo en la lógica de los mecanismos iniciados en Kiev y que se quieren replicar en Moscú, donde el asesinato selectivo es parte de estas estrategias de terror. Según uno de los líderes de este movimiento, el historiador y escritor ruso Nikolái Stárikov, “esta técnica del asesinato como provocación está destinada a alcanzar un cambio de poder, similar a lo utilizado en Siria, Yemen, Egipto y Ucrania. Se trata de la típica técnica de crear una víctima sagrada utilizada para desestabilizar la sociedad, transferir la situación a los disturbios en la calle con el fin de derrocar al Gobierno”, sostuvo este intelectual.

El Presidente de la República de Chechenia, Ramzan Kadyrov, al mismo tiempo que defendió la inocencia de Dadáyev, aseguró que el asesinato de Boris Nemtsov ha sido un acto planeado por los servicios de inteligencia occidentales, en el marco de los acontecimientos de Ucrania, la política de sanciones contra Rusia y el cerco que se pretende imponer al gobierno de Putin, “los organizadores del asesinato esperan que todo el mundo culpe a las autoridades rusas por la muerte de Nemtsov y que esto lleve a manifestaciones masivas antigubernamentales. Los servicios que están detrás de este tipo de acciones criminales tienen un método. En primer instancia se acercan a un individuo, lo vinculan a funcionarios de gobierno de Estados Unidos o de Europa y luego lo matan para después acusar a los líderes ruso de estar detrás de estos crímenes”

El Coronel retirado del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), amigo de Nemtsov y también considerado un político opositor, Gennadi Gudkov, en declaraciones efectuadas al diario Ruso Novie Izvestia, descartó que la muerte de Nemtsov fuera un acto espontáneo, obra de un lobo solitario, “fue un atentado terrorista bien organizado es decir, las acciones fueron dirigidas para generar terror, inseguridad, miedo y desestabilizar la vida social rusa”.

Gudkov coincidió con el premier ruso, Vladimir Putin en el sentido de creer que “la muerte de mi amigo reúne todos los rasgos de una asesinato por encargo y con un carácter netamente provocativo. Para la hija de Nemtsov, Janna Nemtsova, en declaraciones efectuadas a medios alemanes, las autoridades rusas no dicen la verdad: “Estoy segura que fue un asesinato por encargo. Lo mataron porque estaba en contra del Kremlin. Eso está claro y la justicia no encontrará a los verdaderos culpables”, días después señaló que responsabilizaba “políticamente” a Putin de la muerte de su padre

El ex Secretario Adjunto del Tesoro estadounidense bajo el gobierno de Ronald Reagan, Paul Craig Roberts ha señalado que detrás del crimen de Nemtsov se encuentra la CIA, según lo consignó el portal informativo King World News. “Boris Nemtsov, sostiene Craig, a menudo sonaba como un agente de Washington. Su asesinato a tiros me hace recordar el asunto Magnitsky que resultó en sanciones impuestas a los rusos por el Congreso de Estados Unidos. Los medios de comunicación occidentales repetirán indefinidamente, sin pruebas, que Putin mandó matar a su crítico. Pero Putin es demasiado inteligente como para jugar en las manos de Washington de esta manera. Por otra parte, Nemtsov, aunque un bocazas, no tuvo impacto en el 85% de aprobación de Putin. El apoyo de Nemtsov residía en las ONG financiadas por Washington en Rusia. Si la CIA asesinó a Nemtsov, mataron entonces a su propio activo. Queda por ver si los beneficios justifican la pérdida”.

El caso Magnistsky al que hace mención Paul Craig Roberts, refiere a Sergey Magnitsky, un abogado ruso que descubrió un caso de fraude fiscal cometido por funcionarios rusos y que murió bajo custodia policial el 16 de noviembre de 2009, lo que significó la adopción de una serie de sanciones contra el gobierno ruso. Lo consignado trae a la memoria, igualmente, al Grupo Bilderberg, que concentra aún a los viejos cuadros de la que en su momento se denominó la Comisión Trilateral, grupo de influencia siga operando como si la Guerra Fría no hubiese acabado.

El investigador Wayne Madsen, citado en un interesante artículo por el analista Alfredo Jalife reportaba hace un par de años, que el Grupo Bilderberg invitó a prominentes políticos anti-Putin: Anatoly Chubais, Gary Kaspárov y Boris Nemtsov. “Esto, sostiene Madsen, con la idea de proyectar y fomentar mayores disturbios en Rusia. Chubais fue quien abrió las puertas del infierno de la privatización en Rusia en la etapa de Boris Yeltsin, la cual desembocó en la polución financiera oligarca, algunos de ellos encarcelados y otros exiliados en Gran Bretaña e Israel”. Madsen señalaba en su informe que Chubais, Kasparov y Nemtsov representan la ideología política neoliberal apoyada por George Soros, y que gozaban de contactos privilegiados con el polémico embajador de EU en Moscú, Michael McFaul, abiertamente opositor a Putin”

Anatoli Chubais ya no está en primera línea. Su labor hoy es seguir acumulando riquezas como artífice de las privatizaciones tras su paso por el gobierno de Yeltsin donde estuvo a cargo del programa destinado a privatizar la industria y el comercio. Chubais es el autor de aquella máxima política: “Para que una sociedad logre la democracia, se debe establecer una dictadura dentro del gobierno”. En el caso de Gary Kaspárov este ex campeón mundial de ajedrez, asiduo visitante de los Think Tanks neocons como el Instituto Hoover, trata de dar jaque mate al gobierno de Putin sin éxito, y con escasas posibilidades incluso de alcanzar tablas.

El jueves 12 de marzo de 2015, el pleno de la Eurocámara reclamó a Moscú “una investigación internacional independiente” para esclarecer la muerte del líder opositor ruso Boris Nemtsov, que según este organismo recababa pruebas de la participación de Rusia en el conflicto en Ucrania. Como también ha criticado al gobierno de Putin a quien acusa de estar convirtiendo a Rusia en un “Estado opresor, con un discurso de odio y miedo” hacia el adversario, en una resolución que contó con el patrocinio de los grupos: Popular, Socialista, Conservador, reformistas, Liberal y el grupo verde/ Alianza Libre Europea. Mismos grupos que han impulsado las sanciones de la Unión Europea contra Moscú, alimentada por la decisión de Washington de oponerse a la gestión de Putin bajo la excusa de intervenir en la región Este de Ucrania. Por su parte la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, instó a Moscú a investigar de forma “plena y transparente” la muerte de Nemtsov y poner fin al acoso contra la oposición política en el país, declaraciones que implican una clara indicación de buscar responsables de la muerte de Nemtsov en el seno del gobierno ruso.

Cualquiera sea la opinión, las hipótesis respecto a los orígenes del homicidio, si fue por encargo, o un único autor material e intelectual, que se apoyó en amigos y familiares o producto de un “lobo solitario”, las conjeturas tendrán que ir adecuándose, cambiar o definitivamente enterrarse a medida que las investigaciones de la policía rusa vayan dilucidando el papel de cada uno de los que hoy aparecen como involucrados en el crimen.

O, a estas alturas, los que vayan apareciendo a medida que nuevos nombres, nuevas líneas de investigación o simplemente nuevas denuncias aparezcan, ya sea en Rusia o desde el extranjero.

Articulo del autor cedido por Hispantv





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