Alerta en el Simce: Prueba revela nueva baja en índices de enseñanza media

Dispar es el resultado de las pruebas Simce. En la medición de 2016, los test aplicados en enseñanza básica revelaron crecimiento con equidad social y de género, caso contrario ocurre en la enseñanza media, donde el desplome en la prueba de Lenguaje es solo un ejemplo de los malos resultados obtenidos por la aplicación.

Dispar es el resultado de las pruebas Simce. En la medición de 2016, los test aplicados en enseñanza básica revelaron crecimiento con equidad social y de género, caso contrario ocurre en la enseñanza media, donde el desplome en la prueba de Lenguaje es solo un ejemplo de los malos resultados obtenidos por la aplicación.

En 2016, 657 mil 490 estudiantes rindieron la prueba Simce, de ellos 445 mil 7910 corresponden a la enseñanza básica, mientras que 211 mil 700 representan al ciclo final de la educación escolar.  El test que evalúa contenidos fue aplicado a estudiantes de cuarto y sexto básico, además de segundo medio.

El análisis de los resultados es dispar. Mientras en educación básica se celebra el avance en cada una de las pruebas; en media se lamenta una drástica caída en Lenguaje, además del bajo rendimiento obtenido en la prueba de Ciencias.

El Simce en números

Según confirma la información oficial emanada desde la Agencia de la Calidad de la Educación, en Enseñanza Básica se produjeron importantes avances. Por ejemplo, en 10 años, ha habido un aumento de 14 puntos en la prueba de Matemática, históricamente a favor de los hombres, y se confirma una reducción de la brecha socioeconómica gracias al alza de 17 puntos en Matemática y 12 puntos en Lectura de los estudiantes de los sectores más vulnerables.

A juicio del Secretario Ejecutivo de la repartición, Carlos Henríquez, los números confirman los beneficios de la “eliminación de mecanismos de segregación, la profesionalización de la labor docente y el desarrollo de capacidades en los equipos sostenedores”.

En 4° básico, en Comprensión de Lectura, los puntajes suben 14 puntos en la última década. Desde los 255 en 2005 a los 267 puntos en 2016. En el caso de Matemática, los puntajes también aumentan en 14 puntos, pasando de 248 en 2005 a 262 puntos en 2016.

En 6° básico, donde solo existen cuatro mediciones de esta área, se lograron recuperar los resultados de Lectura, que habían caído en 10 puntos en la segunda medición y se mantienen en 2016 en 249 puntos. En Matemática se han mantenido los resultados estables en 252 puntos. En el caso de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, que tiene solo dos mediciones en este grado, los resultados se mantienen en 249 puntos.

Así Henríquez reforzó el sentimiento de éxito por los resultados. A su juicio, una de las importantes conclusiones es la reducción de las brechas de género y socioeconómicas: “Como Agencia creemos que los importantes esfuerzos que el país ha realizado como la inversión en los sectores más vulnerables a través de la Subvención Escolar Preferencial (SEP), el Programa de Integración Escolar (PIE), las mejoras en infraestructura y equipamiento, los programas de acompañamiento docente y las políticas de apoyos y beneficios estudiantiles, generan un impacto positivo, que permite tener una tendencia de mejora”.

Y agregó que , “sin embargo, la tarea pendiente es “asegurar que todos los niños y niñas del país accedan a una educación de calidad, sin importar su origen, y en este desafío son fundamentales las reformas que están en marcha: menor segregación, a través de la Ley de Inclusión; y mejores condiciones de trabajo y oportunidades para el desarrollo de capacidades para nuestros profesores, a través del Sistema de Desarrollo Profesional Docente; todas condiciones que deben ser utilizadas para generar mejores oportunidades de aprendizaje, ya que no se dan por sí solas, deben intencionarse en cada colegio”.

La alegría de las autoridades por los resultados que obtuvieron los estudiantes de Enseñanza Básica contrasta con la preocupación por los números alcanzados por los de II medio.

En ese nivel los resultados en Lectura han disminuido 7 puntos durante la última década (de 254 en 2005 a 247 en 2016), hecho asociado principalmente a una baja en los resultados de los hombres (de 251 puntos en 2005 a 239 en 2016), lo cual es preocupante. En cuanto a Matemática se observa un avance de 14 puntos en la década (de 252 en 2005 a 266 puntos en 2016), manteniéndose los resultados estables entre 2012 y 2016.

En el caso de la prueba de Ciencias Naturales, que cuenta con dos aplicaciones en este grado, existe una disminución de 8 puntos en los resultados, baja explicada especialmente por los magros resultados obtenidos por los estudiantes en Física y Química.

“La buena noticia es que tanto en básica como en media tenemos un avance notable de los resultados de las mujeres en Matemática, donde las antiguas brechas de género a favor de los hombres desaparecen. Sin embargo, la situación es distinta en Lectura, área en que la brecha a favor de las mujeres durante la última década se mantuvo en básica (10 puntos) y se profundizó en media, pasando de 7 a 16 puntos”, dijo Henríquez.

Estos resultados confirmaron, además, que la brecha socioeconómica es profunda. Hay una distancia promedio de 110 puntos entre los grupos favorecidos económicamente y los segmentos sociales excluidos.

Desafíos urgentes

La autoridad es categórica: Lo que pasa en Lenguaje es alarmante: no solo baja el promedio general en la década, sino que la reducción en la brecha socioeconómica se genera por una fuerte caída en los resultados de los grupos socioeconómicos alto y medio alto, caída que afecta con mayor fuerza a los hombres.

Para el Secretario Ejecutivo de la Agencia de la Calidad parte de estos resultados se explican por la extrema segregación de la enseñanza media. Atendiendo a esa realidad, sería imprescindible implementar políticas focalizadas. En el sistema escolar durante los últimos años el foco del trabajo ha estado puesto en la educación parvularia y educación básica, y si bien este esfuerzo debe mantenerse, es necesario complementarlo con programas que apunten directamente a la educación media, entendiendo sus particularidades y la forma de aprender de los estudiantes actuales, junto con los desafíos que la sociedad globalizada y del conocimiento plantean al sistema escolar”

Entre las ideas para mejorar los resultados reflotan algunas como “promover el uso de estrategias pedagógicas que den un mayor protagonismo a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, fomentar el trabajo colaborativo e incorporar las nuevas tecnologías en la sala de clases”, dijo Henríquez.

Los números arrojaron otro dato: la diferencia en Enseñanza Media particular y municipal es aun mayor cuando se compara un establecimiento científico-humanista con uno técnico profesional. Para la Agencia de Calidad esto es un reflejo de la importancia que tiene el modelo educativo, analizado como un factor crítico para entender los resultadps, más allá de las diferencias socioeconómicas entre los establecimientos que imparten ambas modalidades.

Alto al Simce y las críticas al modelo de evaluación

La Campaña Alto al Simce pidió cambios urgentes para evitar el ambiente competitivo asociado a la prueba.

Para la vocera de la organización, Paulina Contreras, “se le ha hecho una cirugía estética a la presión por obtener buenos SIMCE. Mientras se pide a los medios que no hagan ranking -algunos lo hacen de todas formas- la Agencia clasifica a las escuelas según su nivel de desempeño”.

Entre sus críticas exponen los resultados concluídos en un estudio encargado por el Ministerio de Educación en el que se señalaba que los sostenedores veían complicados con las exigencias del SIMCE.”El estudio concluye que “los establecimientos que reciben subvención estatal están fuertemente presionados por el logro de resultados de aprendizaje medidos en la prueba SIMCE”.

En un comunicado emitido por Alto al Simce se suma la voz de Teresa Flórez, académica de la Universidad de Chile, doctora en educación de la Universidad de Oxford y experta en evaluación, quien critica el ambiente de la política que rodea al SIMCE, pues impide cualquier intención formativa que pueda hacer la Agencia de la Calidad con la evaluación. “Mientras persista el contexto de políticas que rodean al SIMCE y ejercen presión
sobre las escuelas, difícilmente la Agencia podrá cumplir con el propósito formativo y de apoyo pedagógico que señala estar promoviendo actualmente”.

En tanto, Iván Salinas, académico del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile, señala que la presión es un problema que no resolverá la Agencia de la Calidad. “Sin cambios en las leyes que usan el SIMCE para presionar a las escuelas, difícilmente veremos algún cambio”. Salinas también apunta a la poca transparencia con que la Agencia de la Calidad se dirige a las escuelas. “Las escuelas reciben un mensaje engañoso, pues por un lado la Agencia les dice que el SIMCE no importa, y por otro la ley –que manda a la Agencia- les dice que si no suben el SIMCE serán castigadas, o intervenidas. Hay un mensaje contradictorio”.

Luego del crítico diagnóstico, proponen disminuir la presión hacia las escuelas desde la política, eliminar el carácter censal de la prueba, e imaginar otras formas de evaluar el desempeño escolar.





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