Víctor Pérez Vera dice ser un “típico producto de la Universidad de Chile”. Es hijo de profesores primarios. Estudió su educación secundaria en el liceo Manuel Barros Borgoño de Santiago, la que complementó con estudios de piano. Su formación central la adquirió en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile desde donde egresó como Ingeniero Civil Industrial. Sus estudios de postgrado los hizo en la Universidad de Michigan, EE.UU donde obtuvo Master of Science en Ingeniería Industrial.
Ha tenido una carrera académica y administrativa muy comprometida con la gestión de diversas unidades de nuestra Universidad, desde que en 1980 se convirtiera en Director del Departamento de Ingeniería Industrial, luego como vicedecano, decano, prorrector y rector de la Universidad de Chile desde junio de 2006.
En cuatro años, el actual rector y candidato ha obtenido logros que lo enorgullecen, como el haber instalado el Senado Universitario y el Consejo de Evaluación; una Ley de Incentivo al Retiro Voluntario para dar jubilaciones más dignas que busca incorporar a académicos jóvenes; un Convenio de Desempeño que compromete 50 millones de dólares por parte del Estado y otra suma igual para la Revitalización de las Humanidades, las Artes, las Ciencias Sociales y de la Comunicación.
¿Qué es lo que le faltó por hacer en estos cuatro años?
Hace cuatro años atrás señalé que el proyecto más importante era la revitalización de las Humanidades y las Artes que son disciplinas que están en el corazón y misión de nuestra Universidad. Hoy, eso es una realidad luego del compromiso estatal, lo que implica que hemos incidido en las políticas públicas y finalmente, implica un reconocimiento para la educación pública.
Con esto se podría pensar que ya hizo su tarea, ¿qué más le resta por hacer?
Soy hijo de la educación pública y estoy en la Universidad de Chile porque creo en la necesidad de una educación pública de calidad y equitativa de modo que el Chile futuro esté construido sobre los valores republicanos que representa nuestra Universidad. Nos queda pendiente ese país futuro y su educación y mi compromiso es un proyecto emblemático para que la Universidad de Chile recupere el liderazgo nacional en el campo de la educación, especialmente la que va dirigida a las aulas de los colegios municipalizados y subvencionados particulares. Mi sueño es que volvamos a ser líderes y referentes intelectuales en investigación y creación en educación y líderes en la formación inicial de profesores, de tal manera que podamos entregar la calidad disciplinaria y los valores de la Universidad de Chile. Creo que el país requiere de nuestra Universidad una propuesta robusta, contundente respecto del problema más importante que es la Educación. Esto es lo que me impulsa y me entusiasma. Y creo que así como fuimos capaces en su momento de plantear la idea de las Humanidades cuando nadie creía en ese proyecto, demostrando coherencia, credibilidad y capacidad de conducción, podemos hacer lo mismo con la Educación.
El sueño es compartido, pero ¿cómo va a retomar la Universidad de Chile un área tan sensible como las pedagogías y las licenciaturas?
De igual forma como lo hicimos con la Humanidades: convocando a nuestra mejor gente, académicos y estudiantes, para que en un período de seis meses elaboremos una propuesta robusta que podamos presentar a la comunidad nacional.
Ya sabemos lo tacaño que es el Estado con sus propias universidades, pero también los chilenos cuando un estudio reciente establece que son universidades privadas como la Universidad de Los Andes y la Universidad Católica, las que reciben la mayor cantidad de donaciones privadas.¿ Cómo conquistar a esa ciudadanía?
Usted apunta a un problema de fondo, como es la responsabilidad del Estado respecto de la Educación Pública. Nosotros partimos de la base de este compromiso con el Nuevo Trato y esto fue acogido incluso por el entonces candidato a la Presidencia de la República Sebastián Piñera, cuando en abril del año pasado fue a la Casa Central y nos manifestó que estaba abierto a conversar sobre el punto dada la importancia que tienen las universidades estatales. Allí definió que se debía explicitar cuáles eran los nuevos compromisos de las universidades estatales y cuáles asumiría el Estado. En esa conversación, la Universidad de Chile tiene que plantearle al Presidente Piñera tres elementos. Uno, el Nuevo Trato por parte del Estado y el compromiso de la Universidad de Chile de convertirse en referente en educación. Segundo, mejorar la equidad en el ingreso de los estudiantes a nuestra Universidad, de modo de crear modalidades complementarias que permitan que estudiantes talentosos de los sectores más vulnerables de la población cuyas capacidades no se reflejan necesariamente en la Prueba de Selección Universitaria (PSU), tengan la posibilidad de educarse en la Universidad de Chile y, en tercer lugar, ampliar el número de estudiantes de pregrado de la Universidad, de modo que de aquí a 10 años aumentemos la matrícula en, al menos, un 40 por ciento. El tema país está en el campo de la Educación pues es allí donde nos estamos jugando los valores sobre los que se va a construir el país del futuro y en eso la Universidad de Chile tiene una enorme responsabilidad aumentando y mejorando la equidad en el ingreso y la cantidad de alumnos que estudian en nuestra Universidad.
En este intento por aumentar el alumnado, ¿quiere decir que la Universidad de Chile irá a las regiones?
Las Universidades estatales están en todo el país y la responsabilidad de la Universidad de Chile como universidad nacional, es seguir inserta en los temas país y ser un eje importante en la red de universidades estatales. Yo visualizo a las universidades estatales de regiones como polos de desarrollo cultural, social, científico y tecnológico y debieran ser apoyadas para ello. La responsabilidad de la Universidad de Chile debiera ser asumir el compromiso de contribuir para que ellas alcancen esos niveles de desarrollo y, al mismo tiempo, constituirse en una Universidad de clase mundial de calidad internacional. No podemos desperfilar a las universidades estatales regionales, no podemos hacer que ellas pierdan importancia en este proceso.
Cuando usted estuvo en la prorrectoría gestó y condujo el proyecto que le permitió a la Universidad de Chile ser la primera institución iberoamericana en instalar una red de banda ancha para la transmisión de datos, voz e imagen. Estamos hablando de una Universidad que va a la vanguardia, sin embargo, una de las quejas más recurrentes es que la Universidad de Chile tiene un modelo de administración tremendamente engorroso. ¿Cómo resolver esto?
Esto está contemplado en el Nuevo Trato a través de la búsqueda de formas para agilizar el manejo administrativo de las universidades estatales y hacerlas competitivas frente a las privadas. Para ello hay que generar una institucionalidad que permita hacer esto posible. Hoy cualquier peso público que recibe la Universidad tiene que administrarlo y dar cuenta de ello, lo que está bien. Sin embargo, las universidades privadas no tienen que hacer lo mismo con el dinero público que reciben, lo que significa una desventaja a la hora de competir. Además, estamos trabajando en un convenio de desempeño con el Ministerio de Educación por tres mil 800 millones de pesos que está permitiendo el desarrollo de sistema de información y administración integrados de modo de modernizar la gestión institucional para eliminar la mayor cantidad de burocracia posible. Las tecnologías de la información no sólo deben permitirnos mejorar nuestra gestión institucional sino que además mejorar nuestras comunicaciones internas y los niveles de participación internos y externos.
¿Cuál es el rol que le asigna usted a la Radio Universidad de Chile y a otros medios para que se dé a conocer lo que se está creando al interior de la Universidad?
La radio llega a todos los hogares y ahí la Universidad de Chile tiene un instrumento de comunicación que es fundamental y que hay que seguir ampliando y explorando con respaldo institucional, como también la Universidad de Chile necesita un canal de televisión y creo que con la modalidad digital esa es una oportunidad que se nos abre fuertemente.