Trabajadoras encerradas en una mina en Lota: “Lo único que necesitamos es trabajo”

Revuelo causó la decisión de 33 mujeres de introducirse en la mina conocida como el “Chiflón del Diablo” a cerca de 900 metros de profundidad para protestar por el cierre de los programas de empleo. Si bien, las autoridades regionales respaldan las exigencias, desde el Gobierno aún no ha habido respuesta.

Revuelo causó la decisión de 33 mujeres de introducirse en la mina conocida como el “Chiflón del Diablo” a cerca de 900 metros de profundidad para protestar por el cierre de los programas de empleo. Si bien, las autoridades regionales respaldan las exigencias, desde el Gobierno aún no ha habido respuesta.

33 mujeres que quedaron cesantes a partir del cierre del programa de empleos de emergencia por la reconstrucción impulsado por el gobierno a través del Cuerpo Militar del Trabajo, se introdujeron a la mina conocida como el Chiflón del Diablo en Lota.

Las 33 mujeres están a 900 metros de profundidad como medida de presión para que el gobierno reactive el programa, al menos, hasta el próximo año, en vista de la dificultad para que la región del Bío Bío se reactive económicamente después del terremoto y maremoto del pasado 27 de febrero.

La semana pasada un grupo cercano a las dos mil personas llegó hasta La Moneda y el Congreso Nacional para pedir ser escuchadas por las autoridades, pero desde el gobierno no han obtenido respuesta alguna.

“Hemos hecho marchas, hemos ido al Congreso y a La Moneda y en la única parte que nos han recibido ha sido el Parlamento. La intendenta ni siquiera nos mira”, dijo Ivania Anabalón, vocera de las trabajadoras de Lota.

Las 33 manifestantes aseguran estar dispuestas a emprender una huelga de hambre si las autoridades no entregan una solución a sus demandas.

Mientras, a las afueras del peligroso yacimiento de carbón hay más de 250 personas pertenecientes al programa coordinado por el Cuerpo Militar del Trabajo haciendo ollas comunes y recolectando alimentos y ropa para sobrevivir a las pésimas condiciones en las que quedaron con el término de sus empleos.

“Recibimos un finiquito escuálido y tenemos que seguir alimentando a nuestros hijos. Hemos tratado todas las instancias y no podemos hacer que el gobierno entienda que lo único que necesitamos es una fuente de trabajo”, aseguró Anabalón.

Las demandas son apoyadas por alcaldes de diversas comunas de la región del Bío Bío, quienes aseguran que en total son 12 mil personas que quedaron desempleadas sin que en el sector privado pueda amortiguar la falta de empleo en la zona.





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