Concertación definió compromisos para “una nueva etapa”

Conglomerado dio a conocer documento eje con el cual espera recuperar la mayoría política y social aunque precisó que “no sabemos la forma concreta y precisa que adoptará la coalición”. Se establecieron tres ámbitos de reformas: Nueva Constitución, Agenda por la Igualdad y Desarrollo Inclusivo.

Conglomerado dio a conocer documento eje con el cual espera recuperar la mayoría política y social aunque precisó que “no sabemos la forma concreta y precisa que adoptará la coalición”. Se establecieron tres ámbitos de reformas: Nueva Constitución, Agenda por la Igualdad y Desarrollo Inclusivo.

Dos semanas de tensas y ajetreadas reuniones y gestiones culminaron con un documento de cuatro páginas con el cual la Concertación quiere entrar a “una nueva etapa”, revertir su baja electoral, renovar su propuesta programática, convocar a una convergencia a fuerzas políticas y del mundo social y re-encantar a los ciudadanos.

Se quiso presentar en una fecha simbólica: 5 de octubre, celebración del triunfo del NO en el plebiscito de 1988, que puso término a la dictadura e imposibilitó que Augusto Pinochet siguiera en el poder.

El texto se tituló “Nuestro Compromiso” y fue presentado en una puesta de escena simple: los presidentes de los cuatros partidos del conglomerado junto a parlamentarios, alcaldes, dirigentes y el ex presidente Patricio Aylwin, instalados todas y todos en el centro de la Sala de Lectura del Senado en Santiago.

El documento lo leyó Osvaldo Andrade, presidente del Partido Socialista, quien coordinó su elaboración, la cual culminó el lunes pasado al mediodía después de intensos y nada gratos intercambios de apreciaciones entre Carolina Tohá (PPD), Ignacio Walker (DC) y José Antonio Gómez (PRSD). En privado todos coincidieron en que fue un parto con cesárea porque el consenso no llegaba y se discutió prácticamente cada párrafo.

De hecho, uno de los temas más sensibles al interior de la Concertación, el de las alianzas y convergencias, no terminó en un acuerdo o propuesta. “”No sabemos la forma concreta y precisa que adoptará la coalición que en definitiva encarne esta voluntad mayoritaria” para volver a ser alternativa de gobierno.

En el documento se confesó que “hay un legítimo debate entre nosotros respecto de cómo se construirá esta nueva mayoría”, el cual se daría “sin vetos y (con) una agenda sin exclusiones”.

Los dirigentes de las colectividades se mostraron abiertos a acuerdos con fuerzas de centro e izquierda e incluso el ex Mandatario Aylwin, consultado sobre una alianza con el Partido Comunista indicó que “yo no le hago asco a ningún partido”.

Sobre este asunto se desató una controversia en las últimas semanas, cuando desde el PPD se planteó generar una nueva convergencia que incluyera a colectividades como el PC y el Partido Progresista, así como construir un nuevo partido de centroizquierda, al tiempo que la DC y el PS -junto con criticar esas ideas- optaron por reivindicar la fortaleza de su alianza.

En todo caso, en el documento re-oxigenador, la Concertación declaró su voluntad de “converger en un esfuerzo unitario y de coordinación” sustentado ahora en tres espacios: candidaturas únicas de alcaldes (elecciones municipales del 2012), generar una instancia de coordinación legislativa con las bancadas de la oposición y materialización de un Foro Democrático para impulsar “el más amplio diálogo ciudadano” de fuerzas políticas y sociales.

Tres ejes de reformas

La propuesta concertacionista planteó tres grandes ámbitos de reformas a asumir en los próximos años: una nueva Constitución para el país, una Agenda para la Igualdad y el Desarrollo Inclusivo.

En cuanto al primer objetivo, la idea es cambiar la institucionalidad, marcada por la herencia dictatorial y que “el texto constitucional debe reflejar una visión compartida acerca del papel del Estado y las garantías constitucionales de los ciudadanos, superando el sesgo neo-liberal que hoy predomina”.

Sobre la Agenda para la Igualdad se sostuvo la necesidad de “un acuerdo social para terminar con las desigualdades y los abusos (en) la sociedad chilena”, considerándose el cambio del Código del Trabajo, un nuevo modelo educativo, un nuevo trato con los pueblos originarios, la protección de los consumidores y acciones por la igualdad de la mujer.

En cuanto al modelo de desarrollo, el texto concertacionista estableció que no sirve sólo el criterio de crecimiento económico y que hay desechar la lógica del mercado. Se planteó un desarrollo que priorice “trabajos dignos y decentes, sustentabilidad ambiental, calidad de vida, respeto a los derechos de los pueblos originarios, equidad territorial y de género”, así como “un rol relevante” del Estado en “la orientación del desarrollo”.

Al mismo tiempo, las colectividades concertacionistas establecieron su compromiso con la inscripción automática, colocar límites a la reelección, reemplazar el sistema electoral binominal por uno proporcional y terminar con el sistema de quórum  supramayoritarios en el Parlamento. Plantearon asimismo promover “una nueva ley de partidos políticos que establezca estándares de transparencia, democracia interna y financiamiento”.

En las discusiones entre dirigentes y parlamentarios de la Concertación, siempre hubo algo claro. Dar todo el apoyo a los estudiantes universitarios y secundarios. De tal manera que el texto “Nuestro Compromiso” llamó a no permitir “que el gran movimiento por la educación termine en un fracaso y una frustración”. Denunciaron que el gobierno de Sebastián Piñera demostró “no tener ninguna voluntad de acoger la demanda de fondo” de los jóvenes movilizados.

La coalición sostuvo que “debemos poner en acción a esa mayoría con iniciativas concretas de apoyo a las demandas sobre lucro, gratuidad y fortalecimiento de la educación pública”. Sellaron un compromiso: “Esa deberá ser la base de un programa para un futuro gobierno”.
Autocrítica leve.

Antes de que se conociera el texto con las nuevas propuestas, dirigentes de la Concertación hablaron de que habría una “severa autocrítica”. Ello realmente no apareció. Apenas hubo una dedicación de diez líneas, en un tono leve en donde se indicó que “el enfrentamiento decidido de las desigualdades requiere de cambios sustantivos y debemos reconocer que nuestra acción política no se opuso con suficiente determinación al veto de los poderes fácticos…”

Sin ahondar, el documento señaló que “la autocrítica es un componente central de nuestra mirada” y que hubo reformas que no se asumieron y por lo tanto están pendientes. Ignacio Walker, presidenta de la DC, llamó a “ser autocríticos” como una de las claves para construir una mayoría nacional.

Por lo demás, en el texto se afirmó que la Concertación está orgullosa de lo que logró en 20 años y destacó que “la convivencia democrática, la reducción de la pobreza y el crecimiento económico fueron una constante del periodo”.

Con este texto en las manos, partirían legisladores, alcaldes, dirigentes, concejales y equipos de la Concertación implementando planes que permitan materializar las intenciones, en donde un tema esencial es recomponer una base electoral y social, recuperar confianzas y obtener éxitos electorales.

Una vez más, la Concertación partió de un hito, un 5 de octubre, generado en su seno, para presentar una propuesta y levantarse como alternativa a la derecha.





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